La decadencia del Flash: migrar con éxito a HTML5

La inminente muerte del Flash puede afectar a un gran número de medios de comunicación. Incluso para aquellas compañías a priori más preparadas para el cambio, la migración supone un gran reto y que hay que tener en cuenta varias consideraciones. El uso de reproductores HTML5 pronto será necesario para todos los navegadores y es esencial que las compañías tomen conciencia de la urgencia de este tema. Cualquier empresa que monetice contenido en vídeo debe evaluar su situación y planificar el cambio de manera que impacte lo mínimo posible en su negocio. Una vez completada la migración, se podrán beneficiar de las numerosas ventajas del entorno HTML5 y olvidar para siempre los riesgos de seguridad del ecosistema Flash.

Los navegadores web se están amoldando a la paulatina muerte del Flash, y las compañías que confiaban en este reproductor multimedia se ven forzadas a hacer cambios para adaptarse a la nueva realidad. Algunos medios de comunicación ya migraron a los reproductores de vídeo HTML5 en el año 2016, previendo los cambios que se aproximaban. Sin embargo, otras compañías esperaron a ver cómo evolucionaba el panorama y comprobar si efectivamente el Flash desaparecía o no. Estas últimas están ahora entre la espada o la pared: o se arriesgan a que se deshabilite definitivamente Flash y tener que reaccionar a marchas forzadas, o llevan a cabo una migración urgente. En muchos casos, las empresas han optado por seguir confiando en Flash hasta ahora porque no habían podido hacer una evaluación adecuada de los riesgos y de las soluciones posibles.

Dado que llevar a cabo una migración segura es algo vital para muchas empresas, vamos a repasar los aspectos más importantes.

¿Qué se necesita para migrar al reproductor HTML5?

Pasar de una experiencia basada en Flash a otra HTML5 requiere tener en cuenta una serie de aspectos para asegurarse de que realmente se está preparado para la migración. En muchos casos esta decisión implica muchos meses de evaluaciones antes de llevar a cabo ninguna acción, primero para entender las implicaciones que tiene este cambio en el negocio y segundo para planificar la migración en sí. Esto implica saber si se necesitará o no reprocesar los vídeos, comprender el impacto en el inventario de anuncios en vídeos y solventar los problemas logísticos y técnicos antes de avanzar.

En ecosistemas abiertos, las empresas tienen menos ayuda que con las tecnologías propietarias. Podemos tomar como referencia la configuración de aplicaciones iOS o Android. Apple y Google cuentan con un potente soporte que facilita el desarrollo y personalización de las aplicaciones. Y han invertido en ello porque les interesa tener miles de apps en sus app stores. HTML5 no es una tecnología propietaria, por lo que ninguna empresa está especialmente interesada en que migres sin problemas a vídeo HTML5. Por el contrario, Adobe sí fue el único beneficiario de la adopción masiva de Flash e hizo una fuerte apuesta para que se convirtiera en la solución predominante. Por eso ahora las empresas están solas ante el peligro y deben evaluar y planificar por su cuenta cómo operar con HTML5.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las compañías que monetizan vídeo necesitan la colaboración con otras empresas (como los anunciantes o las agencias de publicidad) para hacer que la transición sea suave. Si las distintas empresas no trabajan conjuntamente, existe un riesgo de que las incompatibilidades técnicas afecten a sus ingresos. Esto puede ser a través del impacto en el rendimiento de la reproducción del vídeo o suponer un fuerte descenso de la tasa de relleno de anuncios. Por eso, es vital para todas las partes que esta transición vaya bien.

Velocidad y rendimiento

En un primer vistazo, el reproductor HTML5 parece una alternativa más ligera al Flash. Sin embargo, Flash tiene la ventaja de que opera en un mundo independiente del navegador. Por el contrario, el reproductor HTML5 se convierte en una nueva (y bastante pesada) entidad que usa las conexiones JavaScript de la web para funcionar. A día de hoy, muchas webs usan JavaScript para otras muchas cosas, por lo que todas compiten por los recursos del navegador. Por esa razón, el relativamente ligero reproductor HTML5 puede ser más lento que el Flash.

Limpiar el código JavaScript que no sea necesario puede ser algo muy beneficioso, no solo para el reproductor, también para mejorar la velocidad de la web. Dado que con el Flash pasaban más desapercibidos algunos códigos innecesarios, se puede aprovechar la migración para hacer limpieza de la web en general. Un test rápido como el de Pingdom puede indicar qué áreas están afectando negativamente al rendimiento de la web. Depurando se asegura que haya menos elementos que ralenticen el reproductor.

Seguridad

Para llevar a cabo la migración también hay que tener en cuenta las reglas de seguridad SSL. Si la web tiene un dominio seguro (HTTPS) no podrá reproducir vídeos no seguros (HTTP), aunque el entorno Flash sí lo permitiera anteriormente. Esta es una de las razones por las que se empezó a dudar de la seguridad del Flash e y se aceleró su decadencia. Si se opta por un reproductor de vídeo HTML5, la web tiene que cumplir algunos estándares de seguridad, lo que en realidad es bueno para todos. Solo hay que tener en cuenta que hay algunos factores que evaluar en términos de seguridad para que se garantice que el SSL.
Reprocesar o no reprocesar el contenido, esa es la cuestión

Los formatos que funcionaban en flash no siempre son compatibles con el reproductor HMTL5, por lo que se debe evaluar si reprocesar (o re-transcodificar) el contenido de vídeo. Esta tarea consume tiempo y recursos, por lo que lo primero es identificar si hace falta y qué contenidos se necesitan procesar. Si la web ya está sirviendo mucho contenido a dispositivos móviles, es muy probable que ya se estén usando formatos compatibles (como HLS). Aún en este caso, reprocesar puede ser interesante si queremos mejorar la calidad del vídeo. Reprocesar puede ser una buena opción para el contenido nuevo, pero si se cuenta con un repositorio antiguo muy extenso, quizá sea preferible simplemente ofrecerlo en un formato básico compatible con HTML5, como puede ser MP4.

Anuncios en vídeo

Al igual que el grueso de contenido en vídeo, los anuncios que se insertan en ellos necesitan tenerse en cuenta a la hora de cambiar de reproductor. Desafortunadamente, esto supone un problema para los anunciantes. Los entornos Flash permiten construir contenidos interactivos sobre los anuncios, lo que aumenta las posibilidades de las creatividades y permite a los anunciantes conocer el rendimiento de su anuncio. Aunque el ecosistema HTML5 está, en general, al mismo nivel que el Flash, la conversión de anuncios no siempre es posible. Por ello, los flujos de trabajo de creatividad necesitan cumplir con los requisitos del HTML5, lo que es normalmente caro. Pese a que la transición general a HTML5 está ya muy avanzada, este aspecto supondrá un esfuerzo para la industria.

Una de las premisas fundamentales para que la migración funcione correctamente es que todas las partes involucradas comprendan los aspectos técnicos. Los anunciantes deben conseguir que sus anuncios tengan formatos compatibles con el mundo HTML5. Aunque los detalles están establecidos desde hace tiempo, las especificaciones de los estándares VAST, que permiten la reproducción de anuncios sin problemas, son bastante complejas.

En este tiempo de transición, viviremos una combinación no muy recomendable de reproductores HTML5 con anuncios basados en Flash. Eso implica, sin entrar en detalles técnicos, que los anuncios son más lentos, los usuarios están descontentos, abandonan los contenidos o hacen que las tasas de finalización caigan estrepitosamente. Por eso, combinar el reproductor HTML5 con un extenso contenido Flash puede afectar muy negativamente a las cifras de audiencia.