Todos los secretos de ‘John Carter’, la última superproducción de Disney
Aunque John Carter contiene un buen número de efectos visuales, los realizadores querían utilizar localizaciones y paisajes naturales para dar la sensación de que los lugares son reales, ofreciendo al espectador una autenticidad que contribuye a la credibilidad y al realismo de la nueva película de Disney.
Del realizador galardonado con un premio de la Academia Andrew Stanton, llega este viernes a las pantallas de todo el mundo John Carter, una aventura de acción espectacular ambientada en el misterioso y exótico planeta Barsoom (Marte). La película está basada en una clásica novela de Edgar Rice Burroughs, cuyas imaginativas aventuras sirvieron –y sirven hasta hoy- de inspiración para muchos cineastas.
El film narra la historia de un veterano de guerra, el ex militar Capitán John Carter (Taylor Kitsch), quien inexplicablemente es transportado hasta Marte donde, pese a su reticencia, se verá inmerso en un conflicto de proporciones épicas con los habitantes del planeta, entre los que se encuentran Tars Tarkas (Willem Dafoe) y la cautivante Princesa Dejah Thoris (Lynn Collins). En un mundo al borde del colapso, Carter redescubrirá su humanidad al advertir que la supervivencia de Barsoom y su gente está en sus manos.
Este año se celebra el centenario de la novela épica de acción y aventuras escrita por Edgar Rice Burroughs y titulada Una Princesa de Marte (después pasó a denominarse Bajo las lunas de Marte). Debido a su enorme éxito, Burroughs escribió otros diez libros más que se conocieron como la serie de Barsoom que era el nombre que le había dado al planeta. El personaje de John Carter está en todos los libros y en nuestros días está considerado el primer héroe espacial. Carter se ha convertido en un paradigma del héroe en todos los ámbitos de la cultura popular, desde los libros de cómics, la ilustración y la animación, la televisión y ahora el cine. De hecho, John Carter ha sido fuente de inspiración para algunas de las mentes más creativas del siglo pasado.
Es indudable que la figura heroica de John Carter ha inspirado al guionista y director Andrew Stanton, ganador de los Oscar, que leyó los libros cuando tenía 12 años y se convirtió en un fan total. El sueño de Stanton de ver los personajes de Burroughs en la gran pantalla se ha realizado por fin ya que Walt Disney Pictures estrena ahora John Carter para conmemorar el aniversario del libro.
Cuando estaba montando la película, Stanton recibió la visita de un pequeño grupo a los Barsoom Studios y reconoció su pasión por estos libros. Rodeado de magníficos dibujos y elaboradas maquetas, Stanton habló con entusiasmo sobre el proyecto. “Casi todo el mundo conoce el libro Tarzán que también escribió Burroughs”, afirma Stanton. “Ese es el libro que le hizo rico e increíblemente famoso. Pero cuando era niño la serie de Marte me parecía más entretenida. Me intrigaba mucho más ese mundo ficticio, los personajes y los escenarios. ‘Una Princesa de Marte’, que más tarde se llamaría ‘Bajo las lunas de Marte’, está considerada la piedra Rosetta de la ciencia ficción. Para mí, este y todos los libros de la serie que salieron después eran el equivalente de los libros de Harry Potter actuales”.
Antes de empezar a trabajar en John Carter, Stanton se forjó una magnífica y prolífica carrera en el cine de animación. Stanton ha ganado dos veces los Oscar de la Academia a la Mejor Película Animada. Una vez por Buscando a Nemo y otra por Wall-E. Escribió y dirigió ambas cintas. También ha coescrito los guiones de Toy Story, Toy Story 2, Toy Story 3, y Bichos. Una aventura en miniatura y producido Monstruos, S.A., Up y Parcialmente nublado。
“En 2006, cuando estaba a medio camino de Wall-E, empecé a pensar en lo que quería hacer después. La idea de ver en la pantalla la historia de Marte, la obra de Burroughs, me entusiasmaba. Llamé a Disney y pregunté: ‘¿Amigos, me daríais la oportunidad de hacer este proyecto? Yo lo veo como un híbrido, con material generado por ordenador y acción real. Digamos que mitad y mitad. Puede que tengáis dudas sobre la parte de acción real, pero de lo que sí estoy seguro es de poder hacer la parte generada por ordenador”. Probé suerte. Y dijeron que sí”.
Stanton empezó a escribir el guión de John Carter con Mark Andrews, que fue Jefe de Historia en Ratatouille y Los Increíbles y que está dirigiendo Indomable, la próxima película de Pixar. Descubrieron que habían sido fans de la serie de Barsoon en su infancia y mientras escribían el guión “intercambiaron historias de frikis”. “Después, cuando el guión se complicó, comprendimos que necesitábamos otro escritor para seguir avanzando mientras empezábamos a preparar la película”, dice Stanton. “En una fiesta de Navidad alguien me contó que Michael Chabon, que ganó el Premio Pulitzer por ‘Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay’, era muy aficionado a los libros de Burroughs. Le conocía, así que le llamé. Pensé que estaría muy ocupado, pero tuve suerte y aceptó. Los tres empezamos a trabajar juntos y una de las cosas que descubrimos es que todos habíamos hecho dibujos de los personajes de los libros cuando éramos pequeños. Las habíamos guardado y las enseñamos los unos a los otros”.
Cómo se rodó
En el aspecto técnico, rodar escenas con actores que hacían de Tharks supuso problemas físicos y técnicos para todos. Después de ver una maqueta a escala real de uno de ellos en Barsoom, fue fácil comprender el porqué: miden tres metros y tienen la piel verde, colmillos y cuatro brazos.
“Pensé: ‘Bueno, tengo dos protagonistas generados por ordenador que están en pantalla casi tanto tiempo como los reales. Así que necesito estar seguro de que están bien hechos y de que el público cree que son reales”, dice Stanton. “Como espectadores, nuestra gramática para comprender y creer las señales físicas está en una escala que va de grandes movimientos a pequeños. Por ejemplo, se puede sentir cuando alguien está reaccionando antes de que digan nada. No sabía cómo lograr el nivel de credibilidad que quería si no había un gran actor dándole la réplica a otro gran actor en la misma escena. Se lo expliqué a mi reparto y lo entendieron. Les dije: ‘¿Os gustaría llevar pijamas grises en el desierto a 38 grados subidos a unos zancos?’ Y todos dijeron: ‘¿Dónde hay que firmar?’ Fue la mejor forma de venderles la mercancía, diciéndoles la verdad por muy horrible que fuera”.
Los actores que interpretan a los Tharks también llevaban cámaras faciales para capturar todas sus expresiones y los movimientos de sus rostros. “Por suerte, los Tharks llevan zancos”, dice Stanton. Y añade: “De esa forma pudimos colocar las cámaras donde las necesitábamos como si formaran parte de la estructura facial. Así, los actores podían utilizar las cámaras para el personaje y no resultasen pesadas y molestas”.
Puede que a Stanton le preocupase el paso de las películas animadas a rodar acción real, pero sus temores se vieron disipados el primer día en el plató. “El primer día, Lynn llegó vestida de Dejah, Taylor de Carter y Samantha Morton llevaba su estrafalario traje. Yo estaba detrás de la cámara y ellos pasaron delante de mí para colocarse en el plano. No me lo podía creer. No había querido pensar en ese momento, lo había desterrado de mi mente. Temía sentirme demasiado abrumado o intimidado. Pero dejé de estar preocupado en ese mismo momento.
Lo cierto es que la gran sorpresa fue ver la escasa diferencia que había entre la animación y la acción real”, dice el director. “Me preguntaban qué tal llevaba trabajar con gente. Y yo siempre decía que en Pixar trabajo con 200 personas todos los días y que no hablo con los ordenadores. No le digo a los ordenadores lo que tienen que hacer. Hablo con un artista sobre un traje que va a diseñarse, dónde hay que poner la cámara y sobre la motivación de un actor. Nada de eso cambió mientras rodaba ‘John Carter’. La diferencia estuvo en el entorno y en la inmediatez de las decisiones creativas que tenía que tomar. De esto tuve que hablar mucho”.
Stanton también trabajó estrechamente con el diseñador de producción Nathan Crowley para crear un mundo marciano como no se había visto nunca. El quería que el público viese Marte de una forma totalmente nueva. En el léxico de la ciencia ficción hay muchos clichés sobre el aspecto que tiene Marte y los marcianos. Si nos basamos en los dibujos y pinturas que vieron los visitantes, está claro que lo han logrado.
“Quiero que el público sienta que las cosas ocurren de verdad en esta película, que vean el desorden y la crudeza de la realidad”, dice el director. “He abordado la película como una especie de documental sobre viajes, como alguien que se estuviera documentando sobre Marte como si fuera un país extranjero del pasado. El libro se desarrolla en 1912 y ahonda en la época anterior al cambio de siglo, así que la descripción de la Tierra corresponde a esa época. Eso me permitió desprenderme de lo fantástico, del aspecto de fan infantil de la historia y hacerla más ‘legítima’, a falta de otra palabra mejor. Eso significa que las cosas tenían que estar envejecidas y usadas por el paso del tiempo. Necesitábamos que la cultura de Marte estuviera muy arraigada, que diera la impresión que en ese mundo habían pasado muchas cosas antes de que nosotros lo viéramos por primera vez. Me pareció una visión totalmente nueva.
Stanton añade: “Marte es un planeta desierto y moribundo. Acabamos utilizando localizaciones reales como la antigua ciudad de Petra y otros lugares en Jordania que retocamos muy ligeramente. Es una maravilla porque en esos lugares la historia antigua está construida en la roca. Te percatas que la historia se construye sobre una etapa anterior de la historia, y que la gente forma capas, como el sedimento. Cada vez que pongo la televisión aprendo algo nuevo en el Discovery Channel sobre culturas antiguas. Quiero que la gente esté en esa misma longitud de onda cuando vean el Marte que hemos creado. Quiero que se pregunte si están viendo algo ficticio o real. Quiero que piensen: ‘¿Dónde demonios han rodado eso?’”
Stanton ha destacado que “hemos estado trabajando para sustituirlo todo con elementos generados por ordenador y para ampliar los mundos. Todo está saliendo bien y la verdad es que tiene muy buena pinta. Y tiene las sutilezas que yo quería. Si mañana tuviera que rodar otra película, haría exactamente lo mismo que en John Carter“.
El rodaje de John Carter empezó en el Reino Unido el 4 de enero de 2010. El grueso del rodaje en estudio (junto con las secuencias exteriores ambientadas en la Tierra) tuvo lugar en los Shepperton Studios de Londres y en los Longcross Studios de Chelburn, y duró cuatro meses.
A finales de abril, el equipo de la película se trasladó a Utah para rodar otras 12 semanas con localizaciones en Moab, Lake Powell, las salinas del Delta, Hanksville (donde la NASA ha probado vehículos robóticos), y Big Water -una enorme meseta de pizarra y piedra granulada que se extiende ante un impresionante círculo de desfiladeros rojos que bordea el Grand Staircase-Escalante National Monument.
Un trozo de Marte
Aunque John Carter contiene un buen número de efectos visuales, los realizadores querían utilizar localizaciones y paisajes naturales para rodar la acción. El productor Jim Morris nos explica por qué. “En la medida de lo posible, decidimos rodar en localizaciones reales y reducir al mínimo la construcción de platós digitales para que el público tenga la sensación de que los lugares son reales. Esperamos que esto añada una capa de autenticidad que contribuirá a la credibilidad y al realismo de la película”.
“Es lo que yo llamo nuestro pequeño ‘trozo’ de Marte”, afirma el productor Colin Wilson al referirse a las localizaciones en Utah, aunque lo cierto es que ‘pequeño’ no es la mejor palabra para definir un plató que se extiende a vista de pájaro. Los restos de una ciudad marciana se terminarán digitalmente en la posproducción utilizando la grandiosidad de los enclaves naturales. “Nuestra filosofía se ha basado en utilizar localizaciones prácticas con platós reales y escenarios que marcan un hito en nuestro mundo digital”, explica Wilson. “Los edificios sólo tienen una planta terminada, pero en la película el público verá torres y más torres”.
Sin embargo, en el plató, la mezcla de realización tradicional y magia generada por ordenador se convierte en un arte gracias a la maestría de Stanton y su equipo de producción.
Para Nathan Crowley, diseñador de producción, crear el aspecto de tres culturas diferentes marcó el punto de partida del diseño de producción. “En Barsoom abarcamos tres culturas: Zodanga, Helium y la cultura Thark. Al haber tres culturas necesitábamos tres tipos diferentes de arquitectura. Por ejemplo, he creado lo que yo llamo ‘modernismo antiguo’ y lo he adaptado para las criaturas Thark que miden 2,40 metros. He tomado la arquitectura modernista de los 60 para recrear la Tierra pero traducida en versiones marcianas de tamaño muy superior. Después he derruido los edificios para crear las ciudades desmoronadas. La idea surgió cuando encontramos las localizaciones reales porque quería que el paisaje natural formara parte de la arquitectura”.
A la hora de diseñar los trajes para John Carter, la mayor fuente de inspiración de Mayes C. Rubeo, diseñadora de vestuario, fue sin lugar a dudas el director Andrew Stanton. Lo explica así: “¡La visión de Andrew es de Barsoom! Es como si hubiera hecho un viaje de ida y vuelta a Barsoom y hubiera registrado todos los datos en su cerebro. Ha sido de gran ayuda porque es un auténtico visionario y comprende la importancia de mi trabajo”.
Trabajar en una película del género fantástico le dio a Mayes una gran libertad creativa. “Quería reproducir un look antiguo pero dentro de una película de ciencia ficción ya que esta visión la inventó Burroughs hace cien años. Tenía que pertenecer al género fantástico con mucha imaginación y color. La forma en la que los Barsoomianos llevan los accesorios, los peinados o un elemento en particular de un traje tiene un fuerte impacto en la película y contribuye a diferencias a los habitantes de las dos ciudades. Realicé un trabajo de documentación exhaustivo. Logramos que el aspecto de las tribus fuera efectivo y dramático a la vez”.
Además del vestuario, el proceso de dar vida a los personajes fue responsabilidad del director y los actores, sin olvidarnos de los maestros de los efectos visuales y los magos del maquillaje que aportaron a los personajes sus rasgos tribales.
En el caso de Taylor Kitsch y Lynn Collins, que tienen forma humana en la película, el proceso fue más directo pero físicamente agotador. “Es el papel más físico que he hecho en toda mi vida”, afirma Kitsch sobre John Carter, su heroico personaje que se ha liberado de las limitaciones físicas que impone la gravedad de la Tierra. “Los saltos, las escenas peligrosas, aprender a manejar la espada… la verdad es que todas las escenas en Marte han sido agotadoras”.
“Nos colgaban de todas las maneras imaginables”, dice Lynn Collins. Está claro que las cualidades de princesa de su personaje están a la altura de sus habilidades de guerrera. “Después de hacer esta película, mi miedo a las alturas ha desaparecido completamente”.
Sin embargo, para los actores que hacen los papeles de marcianos “Thark” de Stanton, el proceso es más complejo. Por ejemplo, el Tars Tarkas de Willem Dafoe, por ejemplo, será un alienígena de 2,75 metros con cuatro brazos, así que destaca mucho sobre John Carter. En el plató, Dafoe se sirve de zancos para igualar la altura de su personaje. Lleva el cuerpo cubierto con un mono gris marcado con lunares negros. Son puntos de referencia para los animadores que recrearán sus movimientos digitalmente en posproducción. En la cara también tiene lunares negros y dos cámaras, suspendidas de un casco, graban sus movimientos faciales.
“Se metieron totalmente en la piel de los personajes”, afirma Wilson al referirse al reparto. “Les contamos a todos nuestros personajes Thark lo que les íbamos a hacer pasar. Cuando salían de las reuniones con Andrew preguntaban dónde había que firmar. Y creo que ese entusiasmo se debe a que los personajes están muy bien escritos. Para ellos, contar una historia que nunca se ha contado y crear un mundo que no ha visto nadie constituye una oportunidad única”.
Y el director Andrew Stanton está entusiasmado con contar esa historia que nadie ha contado antes y crear ese mundo que no ha visto nadie. Y es el mismo entusiasmo que le produjo la lectura de los libros cuando era niño. Afirma: “Mi objetivo es querer creerlo. Creer que existe en realidad. Esa sensación que tienes cuando lees un buen libro fantástico en el que te preguntas: ¿Cómo sería…?”
El trailer
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Making of
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