El valiente debut de Kike Maíllo en ‘Eva’ le vale el Goya como director novel
La poco habitual ciencia ficción en el cine español fue escogida por el catalán Kike Maíllo para su debut con ‘Eva’ y le ha valido el Goya a la Mejor Dirección Novel.
El director catalán Kike Maíllo ha ganado el Goya a la Mejor Dirección Novel gracias a su sorprendente trabajo en Eva, la primera película de ciencia ficción de la factoría ESCAC. Maíllo se ha impuesto a los otros tres nominados: Paula Ortiz por De tu ventana a la mía, Paco Arango por Maktub y Eduardo Chapero-Jackson por Verbo.
Con evidentes ecos de ‘Inteligencia Artificial’, de Steven Spielberg, la película narra la historia de un científico (Daniel Brühl) que regresa a su pueblo natal para terminar el prototipo de niño robot que en su día dejó inacabado. El objetivo era “volver a las raíces del mito universal de la máquina”, y en el desarrollo del guión contaron con la colaboración de Sergi Belbel para poner en pie una historia que se desarrolla en un paisaje nevado del 2041 y en la que Brühl y Alberto Ammann son dos hermanos unidos por su pasión por la creación de robots y separados por el amor a la misma mujer, Lana (Marta Etura).
Rodada en la Suiza francesa y en Huesca, Eva tiene además un especial tratamiento de la imagen para hacerla creíble en el futuro, pero con un aire retro que la hace totalmente atemporal. Una estética de los setenta buscada por el director porque “en aquella época se desarrolló la mejor ciencia ficción, más discursiva que la actual, más reflexiva y más interesante. Es una historia de futuro con pasado”.
Kike Maíllo ha asegurado a Panorama Audiovisual sentirse “como Pedro Almodóvar en los Óscar. De bien nacidos es ser agradecidos y creo que 12 nominaciones para la película de un debutante es una barbaridad, creo que tenemos que estar muy contentos, el equipo ha entendido el mensaje. Ésta es una buena línea, hay que seguir por aquí, seguir trabajando, en la brecha, seguir buscando a ese público, que en algún momento perdimos, que nos está viendo hoy a través de la televisión pero que no está yendo al cine”.
El joven director catalán ha afirmado que abordar en su ópera prima un trabajo de tanta complejidad técnica como esta película no le amedrentaba lo más mínimo. “Me produce más miedo no conseguir una buena interpretación de un actor o escribir una buena o mala secuencia más que sentir que tengo la responsabilidad sobre mis hombros de cierto presupuesto o cierta sofisticación. Ese tipo de ‘marrones’ me gustan, me gusta intentar hacer un cine que solamente yo pueda hacer y que nadie más haga, no tengo ninguna intención de hacer las mismas películas que otros pueden hacer bien y eso a veces supone meterse en camisas de once varas”, ha comentado.
“Yo pertenezco a una generación que ha crecido viendo películas de ciencia ficción y lo extraño es que no pudiésemos hacerlas, y no las podíamos hacer antes porque los métodos de producción no lo permitían, hacer estos efectos hace 10 o 15 años era muchísimo más caro”, ha indicado Maíllo. “Nosotros, con un presupuesto medio-alto para un película española, pero bajísimo, ínfimo, para una película de ciencia ficción en cualquier otro sitio del mundo, hemos conseguido sacarla adelante porque ahora existe el talento y, sobre todo, la metodología, para poder sacarla adelante”, ha agregado el realizador barcelonés, que también ha apuntado que España tiene el cine que se merece y que se harán películas tan buenas como inteligentes, atrevidos y valientes sean los productores”.
Kike Maíllo cuenta con una dilatada experiencia en la realización de anuncios publicitarios y videoclips, lo que, según él, se refleja “en la creencia por la belleza de las cosas, por la estética, por el cuidado de las cosas. Creo que algo que tendríamos que seguir ofreciéndole al público son películas bellas, la idea de que tú pagas por ir a ver en el cine una cosa que es difícil que vayas a ver en cualquier otro sitio. La publicidad y los videoclips son importantes para no perder músculo, los directores tardamos tanto en levantar un proyecto, en volver a rodar, y el hecho de estar en la brecha nos ayuda a no perder el pulso, a no coger miedos o temores”.
Tras recibir el galardón de manos de Eduardo Noriega y de la actriz de su película y vicepresidenta de la Academia de Cine, Marta Etura, el director catalán también ha tenido tiempo para aconsejar a la joven actriz de su filme, Claudia Vega, que estudie y que reconozca los esfuerzos de sus padres, de defender la escuela pública y de agradecer a sus abuelos cordobeses que se mudasen a Cataluña y le permitieran vivir en “la ciudad más bonita del mundo, Barcelona”, lo que dijo en catalán.
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