La cobertura de À Punt de la dana de Valencia: entrega, servicio público y tecnología

A equipe de Em Punt, representado por Iván Esteve, director de informativos; Higinio Añó, director de explotación e ingeniería, y Luis López, director de la unidad de sistemas y comunicación, trasladan las claves del despliegue técnico y humano que permitió arrojar luz y dar voz a los afectados de la dana de Valencia, catástrofe que arrasó Valencia el pasado 29 de octubre dejando a su paso 224 víctimas mortales.

“Al tercer día de la dana, nos llamó una vecina de Paiporta que había trabajado en Canal Nou, nuestra anterior etapa. Nos contó que su marido era informático y había volado un drone al día siguiente cuando no había llegado nadie; las imágenes eran un documento histórico, y nos las quería dar a nosotros… Pero no tenían Internet y teníamos que ir andando, llevar un disco duro, recoger las imágenes y volver…”.

Ele 24 de octubre, la AEMET, Agencia Estatal de Meteorología, envío un primer mensaje advirtiendo de una dana, todavía sin conocimiento de su posición final. El día 27, la agencia emitió un “aviso especial” indicando que en el área mediterránea los chubascos serían “mucho más fuertes o incluso torrenciales”. Un día después, la Universitat de Valencia convocó a su comité de emergencias y decidió, a última hora de la tarde, suspender las clases del día siguiente, una decisión compartida por la Universitad Politécnica. A las 07:31 del martes 29 de octubre, la Aemet de Valencia avisa a Protección Civil para elevar el aviso a nivel rojo en la zona interior norte de la provincia. Cinco minutos después, tal y como detalla el excelente artículo de Natalia Junquera para El País, recopilando la secuencia completa de los hechos, la alerta se extiende al litoral sur.

“Cuatro días antes, o sea, el viernes por la mañana, Victoria Rosselló, la jefa del servicio de meteorología, me mandó un mensaje para decirme que se confirmaba y avanzaba algunas cantidades de precipitaciones: 100 y 200 litros generalizados. Añadió una expresión: “Y al que le toque, o donde toque, le caerán más de 500””. – Iván Esteve.

Frente a un relato oficial que justifica una negligencia en la imprevisibilidad, acompañado con las habituales acusaciones cruzadas, Em Punt, la televisión pública valenciana, asegura que la dana les “cogió prevenidos”. Tanto es así que, en la misma mañana del día 29, los informativos de la cadena ya informaban de las primeras inundaciones y riadas; todo, con equipos técnicos como mochilas o DSNG alquilados con anterioridad.

Iván Esteve recibió el aviso del área de meteorología de la casa, l’oratge, de que se estaba formando una dana con una semana de antelación: “Cuatro días antes, o sea, el viernes por la mañana, Victoria Rosselló, la jefa del servicio de meteorología, me mandó un mensaje para decirme que se confirmaba y avanzaba algunas cantidades de precipitaciones: 100 y 200 litros generalizados. Añadió una expresión: “Y al que le toque, o donde toque, le caerán más de 500””, relata el director de informativos.

A equipe de Em Punt estaba prevenido: diseñó un plan de acción durante todo el fin de semana previo para reforzar equipos desde primera hora de la mañana del 29 de octubre.

Las previsiones eran preocupantes. Recordaban a un fenómeno meteorológico similar acontecido en la Vega Baja en Alicante en el año 2019, el cual dejó registros de hasta 543 litros por metro cuadrado en 48 horas. Fue el desastre natural con mayor coste económico de la historia de España (1.300 millones de euros) y se llevó la vida de seis personas. Este precedente llevó al equipo de À Punt a diseñar un plan de acción durante todo el fin de semana previo y reforzar equipos desde primera hora de la mañana del 29 de octubre. Entre otras decisiones, se decidió sumar seis mochilas Ao vivoU, que complementarían a las unidades Aviwest existentes. Estuvieron acompañadas de cámaras ligeras de Sony, como los modelos PXW-280 ó PXW-X400. Este alquiler no fue suficiente para responder a lo que precedería: la mayor cobertura informativa de la historia de À Punt, y la más agotadora, física, mental y emocionalmente.

“Natacha Díaz, directora de producción, la llamó para gestionar las imágenes de los drones. “¿Qué quieres por las imágenes?”, preguntó. Estamos acostumbrados a pagar por ese tipo de material. La chica se negó a cobrarnos nada. Pero sí que nos dijo: “Yo os la doy, pero ya que vais a venir, si pudierais traernos pilas para la linterna… Tampoco tenemos luz y se nos están acabando””.

Con aquellas primeras informaciones, comenzó una labor de serviço público que acabaría siendo la “más difícil”, en palabras de Esteve, que el equipo de À Punt ha tenido que enfrentar. “El esfuerzo de la redacción ha sido brutal. La gente venía hecha polvo, reventada. Pero preguntaba cuándo podía volver a salir a la calle”, recuerda, reconociendo con la voz temblorosa el “impacto emocional” que ha tenido lo acontecido sobre todo el equipo.

“El esfuerzo de la redacción ha sido brutal. La gente venía hecha polvo, reventada. Pero preguntaba cuándo podía volver a salir a la calle”. – Iván Esteve

En la tarde-noche se vivieron las peores horas de la dana. Alaquàs, Albal, Albalat de la Ribera, Alborache, Alcàsser, l’Alcúdia, Aldaia, Alfafar, Alfarb, Algemesí, Alginet, Almussafes, Alzira, Benetússer, Benicull de Xúquer, Benifaió, Beniparrell, Bétera, Bugarra, Buñol, Calles, Camporrobles, Carcaixent, Carlet, Castelló, Catadau, Catarroja, Caudete de las Fuentes, Chera, Cheste, Chiva, Chulilla, Corbera, Cullera, Dos Aguas, Favara, Fortaleny, Fuenterrobles, Gestalgar, Godelleta, Guadassuar, l’Ènova, Llaurí, Llombai, Llíria, Llocnou de la Corona, Loriguilla, Macastre, Manuel, Manises, Massanassa, Millares, Mislata, Montroi/Montroy, Montserrat, Paiporta, Paterna, Pedralba, Picanya, Picassent, Polinyà de Xúquer, La Pobla Llarga, Quart de Poblet, Rafelguaraf, Real, Requena, Riba-roja de Túria, Riola, Sedaví, Senyera, Siete Aguas, Silla, Sinarcas, Sollana, Sot de Chera, Sueca, Tavernes de la Valldigna, Torrent, Tous, Turís, Utiel, València (pedanías sur: Castellar-L’Oliveral, El Palmar, El Forn d’Alcedo, La Torre-Faitanar, El Perellonet, Pinedo, La Punta y El Saler), Vilamarxant, Xirivella y Yátova fueron afectadas, en mayor o menor medida. Inundaciones, riadas y desconcierto.

En esas horas críticas, cinco equipos de À Punt se vieron sin la posibilidad de volver a la sede de la cadena en Burjasot o a sus propios domicilios. Dos se quedaron en la carretera A3, en Buñol y en Requena; tres tuvieron que ser alojados por vecinos de municipios de la Horta Sud. Las redes de telecomunicaciones empezaron a fallar, y la labor informativa se tenía que sobrellevar con la incertidumbre acerca de los allegados de los propios periodistas y equipo técnico de la radiotelevisión, como comenta Higinio Añó: “En mi caso, dejé de tener contacto con mi familia. No había manera humana de poder saber en qué condiciones estaban”.

A las 21:30, para cuando el president de la Generalitat, Carlos Mazón, se dirigió a la ciudadanía y comunicó que À Punt se convertiría en el “Canal oficial de información” de la dana, las redes de comunicación estaban caídas. El 112 también se encontraba estaba saturado, y la radiotelevisión pública dio un paso al frente para que la gente contara cómo se encontraba, o si tenía a alguien desaparecido, a través de una emisión especial radiofónica. Para ello, se habilitó el teléfono general de la casa: “Aunque realmente no podíamos hacer mucho en ese sentido, sirvió para que esas personas se sintieran escuchadas”.

Las redes fallaron, y la labor informativa se tenía que sobrellevar con la incertidumbre de los allegados de los propios trabajadores, como comenta Higinio Añó: “En mi caso, dejé de tener contacto con mi familia. No había manera humana de poder saber en qué condiciones estaban”.

El equipo de tecnología procedió el cambio de líneas de audio para que Gustavo Clemente, conductor del deporte de programa de la noche, informara de lo acontecido a tiempo real. Las llamadas, en palabras de Esteve, eran “escalofriantes”: “Nos llamaban desde arriba de un árbol, el techo de un camión en la V-30 o desde el tejado del cuartel de la Guardia Civil de Paiporta, donde había 50 personas entre familiares y vecinos. De hecho, allí nos dijeron que habían perdido de vista a cinco compañeros. Finalmente, hubo dos guardias civiles que fallecieron porque la ola los arrastró al garaje del cuartel”. El programa está colgado en la web. Para el director de informativos, es un “documento histórico de À Punt y de la Dana”.

Acompañando a los testimonios sonoros, el equipo de informativos de À Punt recibió imágenes “durísimas”. “Sabemos las imágenes que hemos emitido y las que no”, comenta Esteve, refiriéndose a vídeos de gente flotando en el agua o aferrados durante minutos a árboles o mobiliario urbano para, posteriormente, ser arrastrados por el agua. En todo momento, se trató de evitar causar dolor a los espectadores: “Contamos con un vídeo de Catarroja de una mujer que va flotando por la calle. Se le ve la cabeza, se hunde, vuelve a subir hacia arriba. Intenta cogerse a un árbol y no lo consigue. Estas imágenes las descartamos la noche del 29, pero a los dos días un periódico publicó que un camionero había conseguido salvar a esa mujer. Era una historia feliz. (…) Incluso en ese momento, tampoco dimos las imágenes. Hubiéramos recordado a las familias de las víctimas la manera en la que murieron sus familiares”.

“Natacha le respondió que claro que le podíamos llevar pilas. Y colgó el teléfono. Pero se quedó pensando, la volvió a llamar y preguntó: “¿Qué necesitas, realmente?”. A lo que respondió: “Si nos puedes traer un poco de agua, papel higiénico y fiambre…”. Es posible hacerse una idea de las necesidades que tenía la gente en las zonas en esos días”.

La cobertura se extendió a la mañana siguiente, y acompañó durante más de un mes a ciudadanía valenciana. Hasta el día 29 de noviembre, cuando se sacaron los informativos a la calle para una emisión especial desde la “zona cero”, el casino de Paiporta, el equipo de À Punt ofreció más de 17 horas diarias de información en directo.

Conformar los equipos humanos de la cobertura del día 30 de octubre fue una labor compleja. Algunos trabajadores tuvieron que dormir en la propia televisión ante la imposibilidad de volver a sus domicilios; otros, pudieron ser alojados en hoteles cercanos para poder dar cobertura de lo acontecido; muchos, no podían salir de sus pueblos porque todo estaba “cortado y anegado”.

En muchos municipios de la Horta Sud tampoco había cobertura telefónica, lo que hacía que se tuvieran que grabar falsos directos, salir de la zona para “intentar buscar algo de cobertura” y enviarlos para añadirlos a la parrilla de informativos.

Estas dificultades se extendieron al trabajo informativo. Los vehículos no pudieron entrar en los municipios afectados hasta cinco días después, lo que hacía que los equipos de redacción, cámara y mochila al hombro, tuvieran que caminar varios kilómetros para desplazarse a lugares donde no había llegado ni policía ni ejército. En muchos municipios de la Horta Sud tampoco había cobertura telefónica, lo que hacía que se tuvieran que grabar falsos directos, salir de la zona para “intentar buscar algo de cobertura” y enviarlos para añadirlos a la parrilla de informativos.

El equipo de ingeniería de À Punt reforzó el área de telecomunicaciones con el alquiler de una unidad DSNG y el uso esporádico del sistema satelital StarLink. También se tomó la decisión de activar contratos de emergencia para incorporación de personal adicional (redactores, operadores de cámara y operadores de sonido) y para comprar las mochilas LiveU que habían sido, inicialmente, alquiladas: “Las adquirimos porque teníamos un remanente para inversión a final de año. Hemos dejado varios proyectos para 2025, y hemos puesto todo el esfuerzo económico en equipamiento para poder dar el servicio informativo”.

El día 29 desapareció un vehículo con cámaras, focos, micrófonos y mochila de retransmisión: el redactor y el cámara tuvieron que abandonar el coche por las riadas. Fue encontrado dos meses después en Catarroja destrozado.

O lluvia, la humedad y el barro afectaron directamente a los equipos utilizados para la cobertura informativa. Añó confirma que numeroso equipamiento ha tenido que ser revisado para certificar si podía seguir siendo utilizado o tendría que pasar por soporte técnico. También, en la jornada del día 29, desapareció un vehículo con cámaras, focos, micrófonos y mochila de retransmisión: el redactor y el cámara tuvieron que abandonar el coche por la fuerza de las riadas. Fue encontrado dos meses después en Catarroja completamente destrozado.

“Abrimos el informativo de la noche con esas imágenes. Eran brutales. Espectaculares. Hubiéramos pagado por esas imágenes lo que fuera, y la mujer solo nos pidió un poco de agua, papel higiénico y fiambre. Fue duro”.

Mais de 300 personas participaron en la cobertura informativa de la dana de À Punt. Los redactores, a pesar del desgaste físico y emocional, se volcaron en su trabajo. Personal del equipo de tecnología se presentó voluntario para desplazarse a la sede de la radiotelevisión para ayudar en la cobertura o responder ante las posibles eventualidades técnicas.

También se tomó una decisión sin precedentes: iniciar desde el primer minuto una colaboración humana y técnica entre los equipos de informativos y de programas. En palabras de Esteve: “Con la dirección general, decidimos que íbamos a saltarnos la ley que impedía que las productoras externas participaran en los informativos de la casa. La emergencia justifica que todos los equipos de los informativos estuvieran a disposición de los programas y al revés”. Los recursos técnicos también se pusieron a disposición de esta cobertura. El equipo liderado por Añó compartió las mochilas de À Punt con los magazines, “pareando directamente codificadores y decodificadores”, propios y ajenos, para “duplicar o aumentar la captación de imagen para esos magazines”.

“La gestión de esta dana ya está judicializada, y muy probablemente acabará en un gran juicio de lo que pasó ese día. Y, obviamente, una de las pruebas documentales serán las grabaciones y las emisiones de À Punt”. – Iván Esteve

Los cientos de horas de contenido relacionado con la dana del 29 de octubre son testimonio del esfuerzo de una radiotelevisión dispuesta a cumplir una labor de servicio público, y evidencia de unas decisiones políticas que la justicia dirá si han sido consecuencia directa de la pérdida de 224 vidas. “La gestión de esta dana ya está judicializada, y muy probablemente acabará en un gran juicio de lo que pasó ese día. Y, obviamente, una de las pruebas documentales serán las grabaciones y las emisiones de À Punt”, explica Esteve.

Hoy, los informativos de À Punt siguen trasladando un regreso a una ficticia normalidad. Las heridas siguen abiertas en huellas que permanecen en calles y viviendas. También en las ausencias. “Tenemos que pasar página, contar otros contenidos. (…) Fuimos los primeros en llegar, pero también queremos ser los últimos en irnos. Estas personas, dos meses después, aún tienen los garajes llenos de barro, montañas de coche que se prenden fuego y, además, no les llegan las ayudas. (…) Estaremos y volveremos a ir a esos pueblos, mañana, pasado y todas las veces que hagan falta”, comenta el responsable de informativos.

“Hay un cierto consenso a nivel social de que, al menos nosotros, sí que hemos estado a la altura en la cobertura de la dana”. – Iván Esteve.

La utilidad de la televisión autonómica como servicio público ha quedado de manifiesto con una cobertura informativa completada, aseguran Esteve, con “independencia informativa, sin injerencias y, además, sin caer en sensacionalismos”. “No hemos hecho nada extraordinario, sino lo que se esperaba de nosotros. Estamos muy orgullosos y en estos últimos días todo están siendo agradecimientos y reconocimientos”, cuenta, confiando en que su labor haya servido para demostrar el valor de À Punt para toda la ciudadanía valenciana: “Si nuestro trabajo ha servido para que haya una parte de la sociedad que conecte o reconecte con sus medios públicos, pues bienvenido sea. Hay un cierto consenso a nivel social de que, al menos nosotros, sí que hemos estado a la altura en la cobertura de la dana”.

Um artigo de Sergio Julián Gómez
Foto portada: Octavio Alcaraz

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