‘Drive My Car’, Óscar a la Mejor película extranjera, etalonada con DaVinci Resolve Studio
El colorista Yumeto Kitiyama (Imagica) decidió emplear DaVinci Resolve Studio de Design Blackmagic para etalonar Drive My Car, ganadora del Óscar a la Mejor película internacional.
Drive My Car, dirigida por Ryusuke Hamaguchi, está inspirada en el relato corto homónimo de Haruki Murakami. En la película, Kafuku, un actor y director que quedó viudo, enfrenta sus sentimientos y da un nuevo paso adelante al encontrarse con Misaki, un chofer taciturno que conoce en un festival de cine. La historia se trata de la pérdida y la esperanza de aquellas personas que se han quedado sin sus seres queridos y ha ganado numerosos premios en diversos festivales, tanto en Japón como en el exterior, incluso en el Festival de Cine de Cannes. Asimismo, recibió cuatro nominaciones a los premios de la Academia, entre ellos a la Mejor Película, al tiempo que se llevó el galardón a la Melhor Filme Internacional.
Antes de comenzar el rodaje, Kitayama unió fuerzas con el director de fotografía Hidetoshi Shinomiya para crear LUTs en Resolução DaVinci, las cuales se usaron posteriormente para supervisar las imágenes en el set. El objetivo era crear una apariencia con tonalidades azuladas, al estilo de las películas europeas, en contraposición a la apariencia convencional de los filmes nipones. “Tratamos de que el efecto no fuera exagerado y, por el contrario, creamos una visual natural con matices de azul sutiles”, recuerda Kitayama.
El uso del azul se contrapone con el coche de Kafuku, un Saab rojo que tiene un papel simbólico en la historia. El color rojo brillante aparece en varias de las escenas de la película y es particularmente llamativo. «La tonalidad general de la película era más tendiente al azul, así que quería que esto contrastara con el rojo del Saab», explicó Kitayama.
Un enfoque para cada ciudad
La película se filmó en varias ciudades, entre ellas, Tokio, Hiroshima y Hokkaido. Kitayama se centró en hacer que cada una de las ubicaciones transmitiera una sensación particular en cuanto a la temperatura y el ambiente. Por ejemplo, las ciudades de Tokio y Hokkaido son más frías, con matices más azulados y cian. Hiroshima, por otra parte, tiene una tonalidad levemente más cálida. Es sumamente importante transmitir los aromas y la temperatura que evocan las imágenes. Creo que los buenos directores de fotografía y de cine pueden conseguir imágenes de una calidad excelente, pero el despertar de los sentidos es una tarea a la que el proceso de etalonaje contribuye gran medida. El material registrado por los directores Hamaguchi y Shinomiya era fantástico, y yo traté de transmitir los aspectos sensoriales mediante la corrección cromática, a fin de lograr una calidad incluso superior”.
La película ha tenido múltiples desafíos a la hora de su fase de postproducción, pero Kitayama recuerda especialmente uno: “En la escena que se desarrolla en el bar, había dos tipos de iluminación, azulada y de tungsteno, por lo que era complejo equilibrar la intensidad de la luminosidad. Además, en la escena en que los actores leen el guion en la sala de ensayo, el color y la luminosidad de la pared de fondo variaban levemente dependiendo de dónde enfocaba la cámara. Así que retoqué el color de cada toma para que no resultara desagradable a la vista al mirar la escena”.
“Resolução DaVinci me permite ajustar la opacidad del nodo de la capa, lo cual resulta muy útil a la hora de hacer modificaciones leves en el etalonaje. Es por eso que lo usé tanto. (…) DaVinci Resolve me permitió etalonar sin dificultades y concentrarme en el aspecto creativo, para poder conseguir la mejor calidad posible”, subraya.
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