La DAB no se cierra en España, pese a ‘El País’
Gorka Zumeta, periodista y consultor de radio y comunicación, sostiene en esta Tribuna que el DAB continúa, de momento, en España, pese a la información publicada recientemente por el diario ‘El País’, que asesina el proceso a raíz de la subasta de una banda de frecuencias.
El pasado 23 de agosto, coincidiendo con la amable invitación que me hizo Carlos Santos, subdirector de Não é um dia comum, en RNE, a charlar sobre mi libro ¡Comunica bien, jef@!, escuché, en la misma cadena, minutos antes de empezar la entrevista, el titular de que la DAB moría en España, y el proceso de digitalización terrestre de la radio se interrumpía, debido al fracaso al que había llegado, lo que conducía al Gobierno a subastar su banda de frecuencias.
El titular de la información publicada en ‘El País’ decía: “La radio digital terrestre se apaga antes de nacer. El Gobierno subastará para cobertura móvil las frecuencias que destinó al sistema radiofónico que nadie usa porque administración y empresas le dieron la espalda”.
Debo reconocer que, oída la fuente, ‘El País’ nada menos, y el precedente histórico del más que dudoso éxito de la DAB en España, pese a ser, en su día, pionera, me dejé llevar y me lo creí, tanto que hasta tuiteé: “Era de esperar. La radio online adelantó a la DAB hace mucho! Y ahora, ¿quién paga este fiasco gubernamental?”.
Pero, leída la noticia más pausadamente, firmada por Ramón Muñoz, me di cuenta de mi error: había caído en las redes de una presunta credibilidad atribuida al diario más importante del país, que este caso resulta mucho más que quebradiza.
Un proceso como el que sigue la digitalización terrestre de la radio en España, con sus evidentes altibajos, no podía desarrollarse con éxito de ninguna manera sin dos puntales imprescindibles que garantizasen su implantación: la industria y la administración europea. Para los primeros, el mercado español es ‘casi’ un escaparate local… Para las empresas de electrónica de consumo o los fabricantes de teléfonos móviles establecer una línea de producción de receptores de radio digital DAB o DAB+ sólo para atender la demanda de nuestro país no resulta posible por las economías de escala. Hablar del mercado americano, o el europeo, es bien diferente. España caminó en solitario, y quebró. Por si fuera poco, la Unión Europea ha actuado, claramente, con cicatería en el caso de la radio y la abandonó a la suerte de cada gobierno miembro, y así nos ha ido. La radio digital terrestre en Europa es un Reino de Taifas.
Es cierto, como anuncia el artículo que “El Ministerio de Industria subastará a finales de 2015 o comienzos de 2016 la banda de frecuencias de 1,5 GHz que se asignó al servicio” de DAB en España, pero ello no significa, en absoluto, que con esta decisión se rompa todo el proceso. Afirmarlo supone ignorancia atrevida, cuando no otros intereses… Esta banda, asignada, es cierto, a la DAB en su día, no se ha utilizado en ningún momento. “En España, desde el principio, se ha utilizado la Banda III para el DAB, como en el resto de Europa, salvo casos muy puntuales y casi anecdóticos en los que se probó en Banda L”, afirma Javier Sánchez, presidente del Programa Estratégico de Plataformas de Radio Digital de la UER, toda una autoridad en la materia. “Es más, -añade- la propia R 138 de la UER lo que recomienda es el despliegue de DAB+ en Banda III, que es lo que están haciendo todos aquellos países que están desarrollando la radiodifusión digital sonora terrestre”.
“Es cierto –continúa Sánchez- que el primer Plan Técnico de la Radio Digital contemplaba el uso de esa banda, pero nunca se utilizaron las frecuencias de la Banda L porque al ser más elevadas que las de la Banda III eran bastante más direccionales y tenían un alcance muy inferior; de ahí que se reservasen para coberturas locales en DAB”.
Por si fuera poco, en este proceso, concurre otra circunstancia, y es que detrás de la Banda L, a nivel internacional, ha estado la multinacional Qualcomm, una compañía privada, que ha luchado por sacar más beneficios. Llevaba algunos años detrás de esta operación, y finalmente la ha conseguido gracias a que no existían prácticamente servicios asignados y en servicio en dicha banda a nivel mundial.
Para salir de dudas definitivamente -y oficialmente-, basta con consultar el Registro Público de Concesionarios de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y comprobar que cualquiera de las 89 concesiones existentes tiene en su referencia como “nombre de estación” el número del Bloque de la Banda III en el que están autorizadas a emitir. “También se puede comprobar cuándo caducan las concesiones, la mayoría de ellas en 2025. Aquí, a diferencia del primer dividendo de la TDT en donde se reasignaban frecuencias en otra parte de la banda de UHF, si se destinase a otro uso la Banda III, no habría alternativa para la radiodifusión sonora digital terrestre. Ello plantearía un grave problema a nivel legal” –concluye Sánchez-.
De hecho, advierte Sánchez, “profundizando un poco más en el marco legal de la radiodifusión sonora terrestre, un hipotético cierre de Banda III en España para destinarla a un uso no autorizado en el propio Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias ni en el propio Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones colisionaría con legislación nacional, legislación europea y recomendaciones (equivalentes de facto a acuerdos internacionales una vez ratificados) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones”. Ahí es nada.
La información de ‘El País’ no utiliza ninguna fuente acreditada que apoye el argumento tan rotundo que afirma (preguntando se hubieran evitado este desatino) lo que supone lanzar un aldabonazo brutal (y mortal) a la industria y, sobre todo, a los operadores radiofónicos, que continúan disfrutando de la concesión de DAB (las únicas emisiones en DAB+ son de Radio María y no tienen título habilitante. Están en pruebas. Para cambiar el estándar de DAB a DAB+ tiene que haber, según la legislación vigente, acuerdo unánime del Foro de la Radio Digital) que se les otorgó en su día y gastando verdaderas millonadas en su costosísimo mantenimiento (más antes que ahora, que han conseguido rebajar coberturas a un veinte por ciento en Madrid y Barcelona).
Personalmente, apoyo la crítica al Gobierno (entonces del PP, con José María Aznar a la cabeza), e incluso sumo razones políticas, e ideológicas, como impulsoras del proyecto, al que se introdujo un ritmo de implantación insólito en su día. Pero ello no obsta para que a un proceso que se prolonga desde 1996 y va para veinte años se le dé carpetazo administrativo de esta manera, lo que podría provocar, con razón, el descontento generalizado de los concesionarios y hasta contenciosos-administrativos, a mi modo de ver, con base legal de argumentación más que suficiente para apoyar el procedimiento.
En todo caso, sí se empieza a demoler parte del chiringuito, en lugar de apoyarlo firmemente, allá donde sea menester, en los foros europeos, toda vez que algunos países ya han anunciado el apagón analógico de su FM, en beneficio de la radio digital terrestre (DAB+), como es el caso de Noruega, Suiza, Suecia y Dinamarca. La implantación de la tecnología digital en la radio española es un cúmulo de despropósitos de enormes proporciones que está costando mucho dinero pero es algo que llegará, tarde o temprano, no sé si con ésta (DAB+) u otra tecnología, siquiera por el ahorro de costes de emisión que supone, amén de las mejoras técnicas que incluye para los oyentes.
La DAB continúa, de momento, en España, pese a la información del diario ‘El País’, que asesina el proceso a raíz de la subasta de una banda de frecuencias, inicialmente atribuida a la difusión de la DAB, pero que nadie ha utilizado hasta ahora. Todo es, en definitiva, y una vez más, cuestión de dineros y de rentabilidades, auspiciadas por intereses privados en última instancia, y que los lobbies han vuelto a lograr. Esos mismos lobbies deberían haber apoyado la promulgación de directivas comunes de la Unión Europea en torno a la radio digital terrestre, como sí hicieron con la televisión, y la TDT. Pero la radio, pese a mover montañas, sigue siendo la hermana pobre de la televisión…
Gorka Zumeta
Periodista, consultor de radio y comunicación. Profesor en ESIC Business & Marketing School, NEXT IBS, CES y Formador ICE.
Acceso a su blog
Gostou deste artigo?
Assine nosso feed RSS e você não vai perder nada.