El ausente Álex de la Iglesia y David Trueba, ganadores de los Goya con ocho y seis estatuilla respectivamente
‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ se alza con los premios a la mejor película, dirección, guión e interpretación masculina.
El ausente director Alex de la Iglesia ha sido cuantitativamente el gran ganador de la 28 edición de los Premios Goya de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de España, ya que obtuvo con su película Las brujas de Zugarramurdi nueve estatuillas. Se da la circunstancia que la multipremiada cinta no estaba nominada en las categorías de mejor película ni en la de mejor director, premios que fueron a parar a Vivir es fácil con los ojos cerrados de David Trueba, el otro gran triunfador de la noche.
La gala presentada, dirigida y guionizada por Manel Fuentes comenzó en clave de humor con un breve vídeo en el que, bajo el título Españoles por el cine, desfilaron los actores y directores más populares del país. Ya en el escenario el periodista catalán arrancó con ironía comentando la ausencia del Ministro de Educación y Cultura José Ignacio Wert en el año en el que el cine español ha visto como el Gobierno del que forma parte subía el IVA cultural al 21%. El presentador consideró esta “espantada” como un hecho histórico ya que sería la primera gala en sus 28 ediciones sin ministro de Cultura.
La ausencia de Wert jalonó distintos momentos de la gala, bastante plana en su desarrollo y en la que no faltó el tradicional y evitable número musical, antítesis de los que podemos ver en otros eventos similares allende nuestras fronteras. Anteriores presentadores de la gala como Andreu Buenafuente, José Corbacho, Eva Hache o Antonia san Juan hicieron un guiño al presentador con apariciones entrelazadas.
En su discurso el presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, Enrique González Macho, calificó este último año de “difícil para el cine”. Por ello, consideró necesario realizar “críticas, que no son agradables, pero sí necesarias y constructivas. El cine español ha tenido un fuerte descenso en la producción, pero no ha bajado su calidad, lo que demuestra el poder creativo. Hoy en día hacer cine es un hecho heroico” apostillo el Presidente, que enumeró los principales problemas del sector como “la piratería, que sigue campando a sus anchas sin que avance la legislación al respecto. Seguimos sufriendo la injusticia del IVA cultural, que ha supuesto pasar de un gravamen del 8% al 21%. Han cerrado 400 salas de cine y se han perdido miles de puestos de trabajo en industrias auxiliares”. González Macho lanzó un mensaje positivo de cara al porvenir porque “no van a poder acabar con los sueños de todos. En una crisis como la actual la imaginación es más fuerte que nunca. Tras el vivir y el soñar está lo más importante, despertar”.
Uno de los momentos más esperados de la noche fue la entrega del Goya de Honor al director y guionista Jaime de Armiñán, que fue recibido con un sonoro y prolongado aplauso por sus compañeros de profesión. Tras recibir el Goya de manos de Enrique González Macho, el galardonado quiso recordar cómo era Paris tras la Segunda Guerra Mundial, ciudad en las que él vivió ya que su padre fue corresponsal de prensa en la capital gala. Allí encontró Armiñán “cosas que no veía en Madrid como los chicos y chicas que se besaban en la calle, las banderas rojas de las embajadas que no existían en Madrid o el poder ver chicas desnudas en el casino donde coincidí con un señor bastante mayor vestido de aragonés y una señora vestida de la misma guisa que empezaron a bailar una jota. Y yo pensé, esta es mi España, la de Jaime Borau. Viva la jota, viva Aragón y viva el cine español”.
Tanto el Goya al Mejor Director como a la Mejor Película recayeron en Vivir es fácil con los ojos cerrados. David Trueba se mostró muy contento porque “estoy acostumbrado a perder. Soy del Atleti”, recordó el director mientras realización nos devolvía un plano de Enrique Cerezo. Trueba tuvo recuerdos para sus “actores cómplices”, entre ellos la que es su mujer, Ariadna Gil. También quiso destacar el trabajo de algunos periodistas, que aun en contra del criterio de sus miedos patrocinan el cine español. Tuvo un sentido homenaje a las comunicadoras Concha García Campoy y Tatiana Sisquella, fallecidas ambas este año.
Ana Belén entregó el Goya a la Mejor Interpretación Masculina a Javier Cámara por Vivir es fácil con los ojos cerrados, quien consiguió por fin la preciada estatuilla a la sexta nominación. Quiso compartir el premio con los amigos, la familia y el director David Trueba, así como con todos los profesores y especialmente con Juan Carrión, que inspira el personaje
Eduardo Noriega entregó el Goya a la Mejor Interpretación Femenina Protagonista a Marian Álvarez por la película La Herida, quien reconoció la excelente interpretación de sus contrincantes.
La veterana intérprete Terele Pávez se alzó con el Goya a la Mejor Actriz de Reparto, que recogió de las manos del oscarizado Javier Bardem. La protagonista de Las brujas de Zugarramurdi, que fue ovacionada durante minutos por un auditorio puesto en pie, no pudo evitar la emoción en un discurso en el que recordó sus sesenta años de profesión.
El Goya al Mejor Actor de Reparto fue para Roberto Álamo por La gran familia española, un actor de la compañía Animalario, que ya ganó un premio Max de teatro y que ha sido alumno de la escuela de Cristina Rota, para la que tuvo palabras de reconocimiento así como para Phillip Seymour Hoffman al que calificó de “referente que se nos ha ido demasiado pronto”
La entrega de premios se inició con el galardón al mejor actor revelación, entregado por Hugo Silva y Michelle Jenner, que fue a parar a Javier Pereira por Stocholm. Como anécdota recordar que este actor que debuta en el cine en el trabajo de Rodrigo Sorogoyen fue niño del colegio de san Idelfonso y cantó el gordo de la lotería en dos ocasiones.
En la categoría de Actriz Revelación el Goya duerme ya en casa de Natalia de Molina por Vivir es fácil con los ojos cerrados. La joven intérprete de 21 años se emocionó hasta las lágrimas y agradeció el galardón al director David Trueba por “creer en mí en estos tiempos en los que es tan difícil creer en algo”. Terminó su alocución afirmando que “Yo no quiero que nadie decida por mí”.
Goyas técnicos
El Goya al Mejor Montaje fue para Pablo Blanco, quien cosechó el tercer Goya consecutivo de la noche en el arranque de la gala para Las brujas de Zugarramurdi y quiso agradecer al productor Enrique Cerezo la confianza depositada en él.
Charlie Smulkler y Nicolás Poulpiquet se alzaron con la estatuilla al Mejor Sonido también por Las brujas de Zugarramurdi. En su intervención destacaron el uso de la nueva tecnología Dolby Atmos.
El Goya a la Mejor Dirección de Fotografía fue para Pau Esteve por Canibal. Se reconoció su fotografía clásica en este thriller de Manuel Martín Cuenca, que ya obtuvo un galardón en el último Festival de Cine de San Sebastián. Quizás fue el discurso más breve de la gala en el que hubo un escueto agradecimiento al director de la cinta.
Los miembros de la Academia decidieron con su voto que los merecedores del Goya a los mejores efectos especiales eran Juan Ramón Molina y Ferrán Piquer por Las brujas de Zugarramurdi, donde hay más de mil planos con efectos especiales. Para Juan Ramón es su tercer Goya mientras que para Ferrán, el segundo. Ambos dedicaron el premio a sus familias.
Manuela Velasco y Julián López entregaron el Goya a la Mejor Dirección de Producción, que recayó en Carlos Bernases por Las brujas de Zugarramurdi que dedicó el premio a su familia y especialmente a su padre.
El premio de este año al Mejor Diseño de Vestuario fue para Francisco Delgado López por Las brujas de Zugarramurdi, quien ya ganó el año pasado el mismo galardón por la película Blancanieves.
El Goya a la Mejor Peluquería y Maquillaje tuvo como destinatarios a M. D. Gómez, J. Hernández, P. Rodríguez, F. J. Rodríguez María Dolores, miembros del equipo de Las brujas de Zugarramurdi, gran triunfadora de la noche.
Fernando Franco, del montaje a la dirección
El montador Fernando Franco consiguió alzarse con el Goya a la Mejor Dirección Novel por La herida. Quiso compartirlo con sus compañeros de nominación y su familia así como con la ECAM y todo el equipo de la película.
El Goya al Mejor Guion Original fue recogido por David Trueba por Vivir es fácil, con los ojos cerrados. Trueba recordó una anécdota del rodaje de esta película en Almería cuando “echando gasolina en un sitio perdido, el dependiente, un hombre mayor, me dijo que España era el país más rico del mundo porque llevan cuatrocientos años robando y aún no se ha acabado. Esa sabiduría popular me hizo pensar que tenemos un país rico en gente honesta, humilde y anónima que hace bien su trabajo como el profesor Juan Carrión, que inspiró esta película”.
Alejandro Hernández y Mariano Barroso, con Todas las mujeres, se hicieron con el Goya al Mejor Guión Adaptado. Mariano Barroso, que dedicó el premio a todas las mujeres del mundo, tuvo la frase más concisa sobre la ausencia del Ministro Wert, que no fue otra que “si el Ministro de Defensa no fuera al desfile de las fuerzas armadas, su jefe le despediría al día siguiente. Pero parece que este jefe manda poco”.
El premio a la Dirección Artística fue para Arturo García y José Luis Arrizabalaga por Las brujas de Zugarramurdi.
El premio a la Mejor Canción Original se le otorgó a Do you really want to be in love de La gran familia española. El Goya a la mejor Música original fue para el músico de jazz Pat Metheny por Vivir es fácil con los ojos cerrados.
Premios en corto
En esta edición de los Goya optaron por dar los tres premios referidos a cortometrajes de manera conjunta. Así el galardón al Mejor Cortometraje Documental fue para la producción Minerita de Raúl de la Fuente, que retrata la vida de tres mujeres en las minas del Cerro Rico del Potosí en Bolivia. Su director dedicó el premio a las tres mujeres protagonistas del documental así como a todos los miembros del equipo.
El premio al Mejor Cortometraje de Animación fue para Cuerdas de Pedro Solís García, quien con su anterior trabajo, La bruja, consiguió un Goya. También fue uno de los miembros del equipo de animación de la película As aventuras de Tadeo Jones.
El Goya al Mejor Cortometraje de Ficción llegó para para Abstenerse agencias, un alegato contra la soledad de los mayores, protagonizado por Asunción Balaguer y dirigido por Gaizka Urresti, quien dedicó el premio a la veterana actriz y a todos los cortometrajistas porque “el corto es cine con mayúsculas”.
El Goya a la Mejor película de animación fue para Futbolín de Juan Campanella. Se trata de una coproducción hispano-argentina que está dando la vuelta al mundo y promocionándose en 60 países. Contó con un presupuesto de 9 millones de euros, 400 personas y 6 años de trabajo fueron necesarios para hacer posible esta película.
La Mejor Película Documental de la edición de este año de los Goya fue Las maestras de la República, de Transit Producciones Audiovisuales.
Películas extranjeras
Aitana Sánchez Gijón entregó el Goya a la Película europea a Amor del austriaco Michael Haneka, que narra en esta producción una historia de amor que triunfó en el Festival de Cine de Cannes.
Por último citar que el Goya a la Mejor Película Iberoamericana fue para Azul y no tan rosa de Miguel Ferrara. Película venezolana. Es la primera vez que una película de esta nacionalidad consigue un Goya. El director aseguró que “esta nominación se había vivido en el país hispanoamericano como la final de un Mundial”. Fue el discurso más largo de la Gala, en el que abundaron los agradecimientos.
Por Siro Jiménez de Alcázar
Acceso al Especial Goyas 2014 en Panorama Audiovisual
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