知能と人工AI。止められないアクティブAI。 IT AIを活用してみよう
David Corral, responsable de innovación en Radiotelevisión Española (RTVE), analiza en profundidad la Inteligencia Artificial aplicada en contextos broadcast y mediáticos equilibrando amenazas, desafíos y oportunidades.
Si hay una tecnología que podría cambiar profundamente nuestro mundo, como ya lo está haciendo, ésta es la inteligencia artificial (IA). Grandes decisiones políticas, inversiones económicas millonarias en todos los sectores, prometedores avances junto al riesgo de amenazas perjudiciales definen una tecnología que tiene un impacto transformador sustancial, en muchos sentidos, en nuestras vidas y actividades, incluyendo a los medios de comunicación.
A lo largo de nuestra historia, los medios hemos sido usuarios y comunicadores de las posibilidades de innovaciones como la imprenta, el telégrafo, el teléfono, la radio, los ordenadores, internet, los dispositivos inteligentes… y ahora la IA, que llega a una velocidad y en unas circunstancias muy diferentes a las que existían cuando las tecnologías que la han precedido estuvieron disponibles en nuestras redacciones. Es un momento de retos y desafíos, pero también de muchas oportunidades, como poder decidir su mejor uso o en qué utilizarla。
La carrera por la IA
“Buenos días. Son las 8 de la mañana. Hoy la previsión del tiempo es buena, con cielos soleados y temperaturas agradables. Tienes en tu agenda citas con… Te recomiendo que utilices una ruta por… y este medio de transporte. Tu vehículo tiene un 64% de carga. No te olvides, hay que felicitar por su cumpleaños a…. Las noticias destacadas del día son…”. Este mensaje, con las voces de Siri, Alexa o Cortana, entre otras, “suena” a cotidiano y es habitual en la mayoría de lugares del mundo globalizado que habitamos. Es un mundo en el que vivimos y cohabitamos con miles de millones de dispositivos conectados que recopilan, analizan, gestionan y utilizan una cuestión fundamental en la Cuarta Revolución Industrial en la que nos encontramos: los datos。
Hogares, vehículos, edificios, ciudades… como también teléfonos móviles, tablets, ordenadores o televisores se conectan discretamente a nuestro alrededor dando forma a IoT, el Internet de las cosas, en el que la inteligencia artificial (IA) es clave al ser una tecnología transformadora que está definiendo su presente y su futuro, como el de las personas, sociedades y naciones.
Statista, el portal de estadísticas, estima que en 2023 hay 16.700 millones de dispositivos conectados y que serán, en 2027, 29.700 millones. Los dispositivos inteligentes son ya parte de la vida diaria de la mayoría de las personas, tanto en su vida personal como en la profesional. Los casi 8.000 millones de habitantes de la Tierra tienen en sus manos 8.600 millones de teléfonos móviles, además de otros miles de millones de dispositivos inteligentes, como pueden ser relojes (smartwatch). Con ellos nos comunicamos, nos informamos, nos entretenemos, nos educamos o viajamos en una larga lista de posibilidades en la que mucho tiene que ver la IA.
Las grandes potencias, en una intensa lucha por la hegemonía geopolítica, económica, militar y diplomática, pugnan duramente por la supremacía o control de distintas tecnologías, bien directamente o bien a través de grandes empresas o instituciones tecnológicas. La exploración y explotación del Espacio o Cosmos, la energía, la computación cuántica, el mundo hipersónico o los microchips son algunos de los ámbitos en disputa, pero es la carrera por la Inteligencia Artificial la clave en la que gobiernos y firmas como Microsoft, Alphabet, Apple o Amazon en Estados Unidos, o Tencent y Baidu en China, están invirtiendo presupuestos millonarios para dominar el desarrollo tecnológico, industrial, científico y social que puede significar.
No parece tener ni fin ni control una competición que está muy presente en nuestras vidas y en la que predominan tres visiones: Europa quiere regular para garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora con un enfoque humanista que tenga en cuenta las oportunidades y las amenazas, Estados Unidos ha mantenido, hasta ahora, la confianza en la autorregulación de los mercados y los intereses empresariales frente a la omnipresencia y control de China sobre sus tecnologías y sus usuarios.
Normas del juego para la IA
A lo largo del mundo y en los últimos años se han ido sucediendo distintas legislaciones, como la Ley de Inteligencia Artificial de la UE (la primera ley integral sobre IA del mundo), o en España la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que tiene como objetivo proporcionar el desarrollo de IA inclusiva, sostenible y centrada en la ciudadanía y que es uno de los elementos principales de la Agenda España Digital 2026. Pero ha sido en este final de 2023 cuando se han dado pasos decididos con el lanzamiento en Naciones Unidas de su Órgano Consultivo de Alto Nivel sobre inteligencia artificial o la orden ejecutiva firmada, de unas 100 páginas, por el presidente estadounidense, Joe Biden, para controlar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y su aplicación en todos los sectores de la sociedad ante los riesgos que esta nueva tecnología plantea, una tecnología que, en palabras de Biden, “es la más trascendental de la historia reciente”.
Líderes mundiales se han comprometido en la AI Safety Summit a trabajar por una IA más humanista, fiable, transparente y segura para evitar daños “catastróficos”。
Apenas horas después de esta firma, se daban cita en Londres los principales líderes mundiales en el AI Safety Summit. De esta cumbre, en la que han estado representados Estados Unidos, China, Europa y decenas de países junto a empresas, sociedad civil y expertos en IA, ha salido la primera gran declaración internacional por la regulación de la inteligencia artificial. En ella, se han comprometido a trabajar por una IA más humanista, fiable, transparente y segura para evitar daños “catastróficos”, por lo que han solicitado colaboración internacional para atajar esos peligros y poder proteger la privacidad, mejorar los derechos civiles, resguardar los consumidores, apoyar a los trabajadores y promover la innovación, entre otras cuestiones.
La IA es, con diferencia, uno de los principales y más activos bienes en los mercados bursátiles mundiales. Un 85% de las empresas europeas y estadounidenses considera que debe ser una prioridad en el desarrollo de su negocio y cerca de un 35% de ellas la utilizan de manera directa o indirecta. Si se considera sólo desde el punto de vista económico, la IA puede producir un aumento del 7% en el PIB mundial en un período de 10 años según un estudio de Goldman Sachs. Más optimista es la previsión de consultora estratégica global McKinsey. En sus estimaciones, la IA podría generar una producción económica mundial adicional de unos 13 billones de dólares de aquí a 2030, lo que supondría un aumento del PIB mundial de aproximadamente el 1,2% anual. Si hablamos de nuestro país, la consultora Advice Strategic Consultants considera que la IA en la economía productiva y de servicios, en la actividad empresarial, en las administraciones públicas, en las grandes empresas, pymes y microempresas, supondría un incremento de unos 17.446 millones de euros cada año al Producto Interior Bruto, el equivalente a un crecimiento anual del 1,2% desde 2023 a 2030.
Esta adopción creciente de herramientas inteligentes en empresas es una realidad en sectores como el sanitario, el farmacéutico, alimentación, legal, finanzas, seguridad, ingeniería, tecnológicos, ciberseguridad, administración pública o privada, logística y transportes, o energía. En ellos, el análisis de cantidades de datos gigantescos está acelerando procesos que permiten contar con fármacos más precisos y baratos, con naves espaciales que nos llevarán más lejos y más rápido, con energía más limpia, con nuevos materiales; múltiples posibilidades y avances de los que los medios de comunicación no somos, ni podemos ser, ajenos… o, al menos, intentarlo.
¿Y los medios? ¿Qué se hace? ¿Desde cuándo?
Aunque parezca sorprendente, la IA no es una invención reciente. Es, de hecho, más antigua que Internet. El británico Alan Turing, el genial matemático que descifró los códigos nazis de la máquina Enigma y uno de los padres de la ciencia de la computación y la informática moderna, planteó en su estudio de 1936 “Los números calculables” que las máquinas eran capaces, por sí mismas, de resolver cualquier problema matemático que pudiera representarse mediante un algoritmo. Aunque, en el campo de la inteligencia artificial, en el que es considerado uno de sus padres, su principal reconocimiento es por el test de 1950 que lleva su nombre, una prueba que permite determinar si una máquina es inteligente o no en base a las respuestas que proporciona, si son indistinguibles o no a las que daría un ser humano. El concepto de inteligencia artificial, como tal, es el nombre que dieron en 1956 John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon a “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, en especial programas de cálculo inteligentes” en la Conferencia de Darthmounth (Estados Unidos).
の inteligencia artificial tiene dos usos: la que conocemos o somos consciente、y la que no conocemos o no somos conscientes。
Y si la IA no es tan reciente, lo mismo sucede con su uso en los medios. Podemos pensar en que la inteligencia artificial tiene dos usos: la que conocemos o somos consciente、y la que no conocemos o no somos conscientes. Este segundo caso es toda la tecnología y herramientas basadas en IA y que nos encontramos y utilizamos en navegadores, teléfonos móviles y sus APPs, en servicios digitales, ordenadores, redes de comunicaciones, cámaras, software de edición o sistemas de recomendación como los de las plataformas de audio y vídeo, entre otros.
En el caso de la aplicación consciente, los orígenes fueron como los de los medios convencionales con la imprenta, texto. En 2010 se iniciaron los primeros trabajos en distintos medios de EE.UU. y en 2013, la agencia de noticias estadounidense Associated Press comenzó a emplear la tecnología de “Automated Insights” para generar historias a partir de datos estructurados y lenguaje natural (NLG). Primero fueron noticias deportivas y posteriormente informes económicos. Ese mismo año Automated Insights, fundada en EE.UU. en 2007, produjo 300 millones de piezas de contenido, una cantidad que superó la producción convencional de los principales medios de comunicación en conjunto. Al año siguiente, la cantidad ascendió a mil millones y en 2016 la producción ya era de más de mil quinientos millones de piezas de contenido.
El diario estadounidense ワシントン・ポスト utiliza desde 2016 “Heliograf” para escribir noticias sobre política y deportes. En su primer año produjo cientos de artículos y logró un premio por “su excelencia en el uso de bots”, en concreto por la cobertura de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. Bloomberg, por citar algunos otros casos, cuenta con “Cyborg” para convertir informes financieros en noticias, Forbes con “Bertie” para ayudar a los periodistas recopilando datos y generando borradores, y el New York Times, medio que siempre ha destacado por estar a la vanguardia de la tecnología, con “Editor” para la revisión automática de textos.
Entre los pioneros chinos está “Dreamwriter” del gigante tecnológico Tencent y, si hablamos de Europa, destacan casos como las del periódico francés Le Monde con “Syllabs”, la BBC británica con “Arria NLG” o la YLE finlandesa, ambas radiotelevisiones públicas y socias de la EBU/UER y ambas con departamentos dedicados específicamente a investigación de IA, como RTVE. En nuestro país varios medios han tenido experiencia cubriendo resultados deportivos, o temas de economía, meteorología o loterías, en la mayoría de los casos con la tecnología “Gabriele” de la empresa española Narrativa。
Y llegó la IA generativa…
La revolución de la IA para los medios, y probablemente no sea la última, ha sido reciente y tiene un nombre o etiqueta: “generativa”。 ChatGPT, GPT-3, DALL-E, Whisper, Midjourney, Runway, MusicLM, Copilot, Bard, Grok o Llama son solo algunas de las principales herramientas que han sido lanzadas en los últimos meses, por no hablar de las docenas y docenas que surgen semanalmente o de las que son desarrolladas por las principales empresas tecnológicas. Han sido entrenadas con redes neuronales avanzadas para aprender “estudiando” gigantescos repositorios de texto, imágenes, video o audio para que sus algoritmos sean capaces de generar, a partir de esos datos existentes (creados, hasta ahora, por humanos), nuevas imágenes, audios, voces, videos, textos, ideas, etc. que pueden ser considerados como “originales” o “únicos”.
Pero la verdadera revolución e impacto para los medios, y para los usuarios y consumidores en general, es que, a diferencia de tecnologías anteriores, y más acusado cuanto más antiguas o analógicas, es que no son exclusivas, no son específicas, no son difíciles de conseguir y, muy importante, no son imposibles de adquirir por su precio ni necesitan una elevada formación profesional para obtener buenos resultados. En años recientes, hemos visto cómo las redes sociales y los canales de streaming han dado cada vez más espacio y voz a nuevos referentes de información y entretenimiento, los UGC (user generated content/contenido generado por el usuario). Son personas no vinculadas a medios de comunicación convencionales, como los streamers o los influencers que, con inversiones y equipos asequibles, han logrado congregar con su actividad a miles de seguidores y obtener importantes retornos económicos。
El impacto de la IA generativa es tal que un estudio de KPMG afirma que casi cuatro de cada cinco directivos consideran esta tecnología como la que mayor impacto tendrá en sus negocios en los próximos años.
Y tras ellos han llegado la irrupción y el vertiginoso ritmo al que evoluciona la inteligencia artificial, lo que ha permitido que estas nuevas herramientas generativas, cada vez más potentes, estén disponibles para profesionales y público general, y que lo estén de manera gratuita o muy barata y que su uso tan sencillo como descargar una aplicación o entrar en una web para, con apenas conocimientos, comenzar a generar y distribuir una cantidad casi ilimitada de contenido o inventar nuevos formatos y narrativas. El impacto de la IA generativa es tal que un estudio de KPMG afirma que casi cuatro de cada cinco directivos consideran esta tecnología como la que mayor impacto tendrá en sus negocios en los próximos años.
La empresa de inteligencia de mercado IDC ha publicado recientemente un informe en el que predice que las inversiones en IA generativa aumentarán de 16.000 millones de dólares este año a 143.000 millones de dólares en 2027. Mientras que la IA generativa representa solo el 9% del gasto total en IA en 2023 se estima que aumentará hasta el 28% en cinco años. IDC también ha destacado en este análisis de mercado que la tasa de crecimiento de la IA generativa es más del doble de la tasa de crecimiento del gasto global en IA, y que crece a una tasa anual compuesta casi 13 veces superior al gasto mundial en TI en el mismo periodo de tiempo.
En un reciente estudio de EBU/UER sobre inteligencia artificial y sus posibilidades de uso en los medios de comunicación, especialmente en los públicos, se destaca que entre los miembros de la principal alianza mundial menos del 1,7% de la plantilla está dedicada al desarrollo o integración de la IA aunque el 51% califica la IA como una prioridad empresarial a 5 años. El 30% de los que usan IA no tienen todavía una política clara sobre su empleo y aplicación y, desde que salió al mercado ChatGPT, un 76% ha actualizado su estrategia empresarial pero sólo un 3% la tiene completamente definida.
Posibilidades, muchas
Si pensamos en cómo podemos utilizar algoritmos en nuestras empresas y redacciones, no son limitadas o escasas las posibilidades en lo que ya hacemos y en lo que aún desconocemos. Entre las principales posibilidades están:
- Conocer mejor a nuestros espectadores o usuarios haciendo el mejor uso posible de sus datos para personalizar y recomendar contenidos que sean informativos, entretenidos, interesantes, etc. mejorando la eficiencia y la relevancia de la oferta informativa o de entretenimiento.
- Adaptar y modificar casi hasta el infinito esos contenidos en extensión y formato según nuestro estilo para cada plataforma o medio de distribución y según las preferencias del receptor. Es una posibilidad para que todos los públicos, nacionales o fuera de nuestras fronteras, tengan las mismas oportunidades y distintas vías para encontrar y disfrutar de los contenidos.
- Ofrecer contenidos cuya cobertura es complicada, como los de cuestiones locales de pequeñas poblaciones, los de deportes o temas minoritarios, etc. Garantizado el mismo derecho de acceso a la información a todo el mundo.
- Segmentación de audiencias。
- Análisis de mercado, obteniendo análisis detallados sobre las preferencias del público y las tendencias del mercado audiovisual, pudiendo ajustar la actividad para satisfacer mejor las demandas del público.
- En un escenario de exceso o ajuste de oferta de contenidos, plataformas, canales, sistemas de emisión y recepción, etc., ajustar nuestra actividad a la demanda real de las audiencias y al mercado.
- Ayudar en la toma de decisiones y en la planificación favoreciendo la anticipación.
- Automatización de tareas repetitivas en emisiones, en flujos de trabajo, etc.
- Automatización de contenidos en redes sociales。
- Generación de contenidos: texto, audio, video, música, voces…
-
Avatares o presentadores sintéticos cuya imagen y voz puedan ser originales o emulen a personas reales.
- Montaje automático, o asistencia, o recomendación, de audio y video.
- Realización automática, en directo o con material grabado, de audio y video para su emisión.
- Producción remota。
- Platós virtuales dotados con tecnologías inmersivas.
- Extracción instantánea de clips o cortes de audio/video para resúmenes (deportes y política, por ejemplo) o para publicar rápidamente en redes sociales.
- Mejora en la calidad de sonido reduciendo el ruido de fondo no deseado, equilibrando niveles, optimizando la mezcla final…
- Creación de podcasts o apoyo.
- En los fondos documentales o archivos, poder metadatar, trabajar con web semántica, reconocimiento de entidades, imágenes, voces, etc.
- Asistentes de voz que den acceso a nuestros contenidos y servicios y permitan tener nuevos canales de comunicación, abiertos y activos, con nuestros espectadores y usuarios para reconectar, como por cualquier vía posible, con las audiencias.
- Mejora de SEO。
- Análisis de grandes bases de datos y recopilación de noticias.
- Sistemas de detección o alerta de noticias。
- Enriquecer o complementar contenidos con material de distintos tipos, procedencias o sugerencias según el tema y los destinatarios.
-
Herramientas de verificación de contenidos。
- Moderación, curación y control de contenidos y de sesgos, discursos de odio, polarización, etc.
- Conocer y elaborar informaciones de la opinión pública sobre determinados temas.
- Representación o generación de grafismos/infografías de datos。
- Transformación, mejora y/o restauración de la calidad de imágenes y audios。
- Transcripción de audio y vídeo a texto.
- Traducción y/o subtitulado automático de contenidos en distintas plataformas de emisión y sincronización, si son audiovisuales.
- Control de emisiones y de la calidad con la que se está difundiendo.
- Gestión de usuarios, y personalización y seguimiento de suscripciones y publicidad.
- Análisis de emociones y reacciones del público, la actividad en redes sociales, etc.
- Trabajar con reconocimiento de voz y automatización del servicio a través de chatbots, altavoces inteligentes o sistemas similares.
- Colaborar y reforzar las estrategias de ciberseguridad, eficiencia energética y accesibilidad.
- Monetización de contenidos y actividades.
- Crear juegos, pasatiempos, como los de preguntas, los retos de actualidad, etc.
- Mejorar procesos, abaratarlos, dar respuesta a necesidades y a la mayor demanda de actividad (más emisiones, más contenidos, más idiomas, más plataformas…).
- “Escuchar” nuestra actividad para “medirla” y valorarla, para evitar contenidos sesgados o polarizados o para comprobar, o ajustar si es necesario, el seguimiento y cumplimiento del marco normativo interno y legal vigente。
- Luchar contra el pirateo de contenido, derechos, señales… e identificar a quienes lo cometen.
Estos son sólo algunos ejemplos de posibilidades de uso. Aplicarlas en nuestros flujos de trabajo de la manera más conveniente o decidir qué se quiere o no hacer con ellas nos permitirá ser competidores en el mercado y no estar, irremediablemente, fuera de él y de la realidad de sociedades que están siendo definidas por la llegada y avances de las nuevas tecnológicas.
Retos, algunos
No son pocos, pero tampoco difíciles de asumir y algunos de ellos son puro sentido común y parecerán, sencillamente, obviedades. Encabezando la lista hay algunas cuestiones que quizá sean las más obvias, pero son, precisamente por esa obviedad, las primeras:
- Nuestras sociedades, nuestros públicos y audiencias, demandan un mejor conocimiento y comprensión de las tecnologías, de qué se está haciendo con ellas, para qué sirven o cómo están influyendo o lo harán en nuestras vidas. Una encuesta reciente realizada por Metroscopia revela que el 72% de los españoles considera que los medios de comunicación ofrecen una información mediocre sobre los avances de la IA, que el 73% de los encuestados siente que los medios generan más confusión que claridad sobre el tema y que el 63% opina que los medios, y he aquí nuestra responsabilidad y objetivo, tienen un papel fundamental en la defensa del interés general. Por ello, debemos comunicar información y contenidos relevantes e imparciales sobre las tecnologías y las tendencias a nuestras sociedades, públicos y audiencias. Esta información es importante para que las personas conozcan el impacto de las tecnologías en sus vidas, el papel de los medios de comunicación en las sociedades digitales y la importancia de participar en el debate sobre el futuro de las tecnologías.
- Contar con guías o normas de uso de IA, específicas, para los medios de comunicación. Es esencial para evitar riesgos, garantizar un uso responsable y fomentar la transparencia. La norma debería ser conocida internamente y pública y abierta externamente. Los principios deberían actualizarse periódicamente.
- La IA, entendida como un conjunto de tecnologías y algoritmos, es una herramienta más, nunca es ni debe ser un fin en sí misma y debe tener como objetivo que nos ayude y no que nos sustituya. Los profesionales deben decidir qué hacer o cómo trabajar para que estas herramientas ayuden y no que sustituyan siendo siempre humanos los responsables de la decisión de utilizar y supervisar la actividad de la inteligencia artificial. Deben garantizarse y aplicarse los mismos criterios de calidad, rigor, diligencia, independencia, transparencia, diversidad, universalidad, inclusión, accesibilidad y fiabilidad que en cualquier otra actividad habitual.
- Informar, entretener y educar cumpliendo y fortaleciendo nuestro mandato democrático y evitando la producción masiva de contenidos de baja calidad que rebaje los estándares editoriales. Aplicar el principio de transparencia a los contenidos generados sintéticamente comunicando su autoría y explicando qué se ha hecho para el conocimiento de los consumidores.
- Combatir la desinformación, la polarización, la discriminación o los discursos de odio sirviendo, de forma equitativa y justa, a nuestros ciudadanos, audiencias, sociedades y democracias aportando certeza y confianza en nuestros contenidos, cómo los hacemos y con qué herramientas trabajamos para que todos puedan acceder a los contenidos disponibles y facilitando, con el compromiso de promover los valores democráticos, el mismo derecho de acceso a la información a toda la ciudadanía.
- Evitar de manera activa sesgos, polarizaciones, discriminación, estereotipos, ausencia de enfoque ético o actuaciones que no sean beneficiosas para la sociedad, el público en general, las empresas de medios, creadores de contenidos, el respeto de los derechos fundamentales, etc.
- Respetar los principios de competencia junto a los criterios establecidos de ética y deontología profesional y empresarial y garantizar y proteger los derechos de autores, creadores, titulares de otros derechos y usuarios cumpliendo con las normativas vigentes o el marco de uso establecido.
- Garantizar la protección, tanto física como cibernética (ciberseguridad), de los datos personales, de su uso y de la privacidad respetando la soberanía de datos del usuario y el cumplimiento normativo.
- Investigar e innovar para conocer, en el presente y en el futuro, la realidad, posibilidades y limitaciones de la IA, como de cualquier otra tecnología. Explorar nuevas experiencias y posibilidades de uso de la IA en la producción de contenidos, su distribución o los servicios que ofrecemos a través de proyectos piloto, prototipos, colaboraciones o pruebas específicas que garanticen el resultado final más óptimo.
- Trabajar, en la medida de lo posible, por lograr un menor impacto medioambiental y apoyando la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible。
- Apoyar las estrategias y políticas de transformación y actualización tecnológica, transición digital humanista e inclusiva, de alfabetización mediática y cierre de brechas digitales.
- Confiar y apoyar a las empresas y tecnología españolas que usen como idioma de referencia el español, un idioma que es oficial y de referencia internacionalmente, estratégico por su extensión, por su legado cultural y por su repercusión económica (cerca de un 7% del PIB mundial).
Empleo, reto y preocupación
Seguramente, el reto que más preocupa a profesionales, a empresas y a las instituciones educativas que deben formar a los futuros trabajadores sea la transformación de los empleos, de los puestos de trabajo, de las tareas que debemos desarrollar o cómo las llevamos a cabo: una cuestión central en la transformación digital de la sociedad que es una de las principales prioridades de la UE y sus países miembro cuyo objetivo es ser competitivos y punteros tecnológicamente pero respetando derechos y nuestra “soberanía digital”.
La habilidad de las máquinas, los algoritmos, de emular las capacidades de los seres humanos como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear, van en creciente aumento y ya no nos son ajenos los términos machine learning o aprendizaje automático, procesamiento del lenguaje natural, redes neuronales artificiales, sistemas expertos, data mining o minería de datos, lingüística computacional, visión computacional, prompt… Es una transformación en la que las barreras caen rápidamente y en la que el vértigo tecnológico es una sensación cada vez más común en nuestras sociedades.
Como en anteriores revoluciones industriales o transformaciones económicas, se repetirá un fenómeno cíclico: la invención o transformación de empleos y perfiles gracias a los avances tecnológicos。
La encuesta Randstad Workmonitor Pulse muestra una percepción mixta de la IA en el lugar de trabajo: 47% de los empleados está entusiasmado, el 39% tiene reservas. La mayoría, el 52%, cree que mejorará sus perspectivas profesionales, pero solo el 13% ha recibido formación sobre IA en el último año y el 22% expresa su deseo de recibir dicha formación. Los datos subrayan la urgencia de que las organizaciones inviertan en formación, especialmente a medida que aumenta la demanda de habilidades de IA. No hacerlo podría provocar impactos en los puestos de trabajo y la infrautilización de los beneficios potenciales de la IA.
“La historia nos enseña que la tecnología no conduce al desempleo”, argumentan los economistas del Deutsche Bank y tal como refleja claramente el gráfico: “El paro ha fluctuado en respuesta a los ciclos económicos, no a las olas tecnológicas”.
Solo un 8% de trabajadores en España cree que la Inteligencia Artificial Generativa podría hacerles perder su empleo, mientras que un 73% de los trabajadores españoles dice utilizar ya esta tecnología en su lugar de trabajo, tres puntos porcentuales por encima de la media global, sobre todo herramientas como ChatGPT y Google Bard. Estos son los principales resultados de la cuarta edición del estudio “Global Workforce of the Future 2023” elaborado por The Adecco Group, en el que también se destaca que casi ocho de cada diez trabajadores en España (79%) cree que el impacto de la IA Generativa en su trabajo será positivo y señalan sus beneficios: ahorrar tiempo en tareas básicas/rutinarias (28%), encontrar información muy rápidamente (27%), ayuda para obtener nuevas ideas (24%) y agilizar los procesos de comunicación (19%).
Es momento de apostar por la formación y la adaptación continua, para incentivar las capacidades humanas y fomentar la creatividad en equipos multidisciplinares que aporten lo mejor de sus conocimientos y perspectivas para desarrollar productos y servicios nuevos que ofrezcan una experiencia o un valor único para las audiencias y que permitan seguir el ritmo de la gradual transformación tecnológica que está modificando el ecosistema de los medios y la definición de perfiles y flujos de trabajo.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la IA acabará con decenas de millones de puestos de trabajo, pero, a cambio, creará muchos más. Como referencia, actualmente alrededor del 60% de las personas empleadas lo hacen en trabajo o en ocupaciones que no existían hace un siglo. Como en anteriores revoluciones industriales o transformaciones económicas, se repetirá un fenómeno cíclico: la invención o transformación de empleos y perfiles gracias a los avances tecnológicos。
Los nuevos perfiles de IA en televisiones, radios, plataformas…
En el caso de los medios, podríamos encontrarnos con editores de IA; especialista en prompts IA; desarrollador o entrenador de IA; moderador de IA; responsable de audio (IA); responsable de video (IA); infografista digital (IA); verificador (IA); gestor/redactor SEO (IA); social media manager (IA); experto en ciberseguridad para medios e IA; editor/gestor de ビッグデータ; growth hacker/desarrollo de audiencias (IA); gestor de plataformas; diseñadores de experiencias y contenidos; gestor o especialistas en impacto medioambiental; gestor bots conversacionales; arquitecto de la información; gestor de suscripción/retención (IA); lingüista especializado, etc, etc, etc…
Tenemos todavía la gran oportunidad y capacidad de decidir qué y cómo queremos ser。
El pronóstico, como en anteriores ocasiones, es que se automaticen tareas para que se puedan realizar de forma mucho más eficiente y asequible, permitiendo que los profesionales humanos puedan potenciar y poner en valor sus cualidades esenciales como la inteligencia emocional o la creativa, el pensamiento crítico o el analítico, la resiliencia y flexibilidad, la capacidad de relacionar e interpretar… Cuestiones que, en el caso de los medios, nos puede permitir hacer un mejor periodismo, más personal, con mayor profundidad y, fundamental, contar de la mejor manera posible, algo que es lo que interesa a nuestros públicos y audiencias: historias, historias reales, originales, interesantes, ciertas, más personales… humanas。
Tenemos todavía la gran oportunidad y capacidad de decidir qué y cómo queremos ser. Seguro que mejores, en nuestras manos está。
David Corral
Responsable Innovación RTVE
この記事は気に入りましたか?
購読してください RSSフィード 何も見逃すことはありません。