Hugh Hudson inicia en Cantabria el rodaje de la coproducción hispano-francesa ‘Altamira’
Antonio Banderas protagoniza este proyecto producido por Morena Films (España), Mare Nostrum (Francia) y Sympathetic Ink (Reino Unido).
El director Hugh Hudson (Carros de fuego, Greystoke) ha iniciado el rodaje de Altamira, película protagonizada por Antonio Banderas.
Acompañan a Banderas en el reparto la actriz iraní Golshifteh Farahani (Red de Mentiras, Exodus), Nicholas Farrell (Gracia de Mónaco), Henry Goodman (Notting Hill), Pierre Niney (Yves Saint Laurent), Clément Sibony (Un viaje de diez metros), así como los españoles Tristán Ulloa (Lucía y el sexo) e Irene Escolar (Las ovejas no pierden el tren); y el también británico Rupert Everett (La boda de mi mejor amigo). Debuta en la película la pequeña Allegra Allen.
Olivia Hetreed (La joven de la perla) y José Luis López Linares (El pollo, el pez y el cangrejo real) firman el guión del film que cuenta entre su equipo técnico con José Luis Alcaine (La piel que habito) como director de fotografía.
Los productores de Altamira son Lucrecia Botín y Álvaro Longoria (Morena Films, España), junto con Andy Paterson (Sympathetic Ink, Reino Unido). Co-produce la francesa Alexandra Lebret (Mare Nostrum) y Laura Bickford participa como executive producer.
La película cuenta la historia real de María, una niña de 9 años, y de Marcelino, su padre, que en 1879 descubrieron las primeras pinturas prehistóricas en la cueva de Altamira, ahora mundialmente conocida.
La producción hispano-francesa se rodará en inglés a lo largo de dos meses, en diversas localizaciones de Cantabria, el escenario natural donde trascurrieron los hechos.
Descubriendo Altamira
1879. Entre las verdes colinas y los picos rocosos de la costa de Santander, María Sautuola (Allegra Allen), una niña de 9 años, y su padre, Marcelino (Antonio Banderas), un arqueólogo aficionado, descubren algo extraordinario que cambiará la historia de la humanidad para siempre: las primeras pinturas prehistóricas encontradas hasta entonces: unos impresionantes bisontes al galope trazados con gran detalle.
Pero la madre de María, la dulce y devota Conchita (Golshifteh Farahani), no es la única perturbada por este descubrimiento. La iglesia Católica considera que la afirmación de que las pinturas sean obra de prehistóricos “salvajes” es un ataque a la verdad bíblica. Y, sorprendentemente, la comunidad científica liderada por el prehistoriador Émile Cartailhac (Clément Sibony) también acusa de fraude a Marcelino y a su descubrimiento.
El mundo idílico de María se derrumba y sus intentos por ayudar sólo empeoran las cosas. La familia entra en una fuerte crisis y cierra la cueva. Será necesario todo el amor que se tienen para encontrar el camino hacia la redención y el reconocimiento.
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