Hasta que llegó su hora: Motos vs. Broncano
En esta tribuna, Bartos Javier Cañete Cámara, co-CEO de Interactvty, reflexiona sobre el duelo de audiencias entre Pablo Motos (‘El Hormiguero’) y David Broncano (‘La Revuelta’) poniendo el foco en los “últimos años de vida” de la televisión lineal y en Internet como respuesta a muchos de los desafíos actuales de las televisiones.
En 1968, Sergio Leone dirigió uno de sus westerns más memorables, Hasta que llegó su hora (C’era una volta il west). Leone pretendía, con la película, relatar el fin de la época de los enfrentamientos entre granjeros, ganaderos y pistoleros mercenarios a las órdenes de unos y otros frente a la llegada del progreso a Estados Unidos de la mano del ferrocarril. Con un impagable duelo final entre el malvado Frank y el enigmático Armónica, el film se encuentra entre los mejores western de todos los tiempos.
Al igual de lo que ocurre en la película de Leone, el duelo, o el debate sobre las audiencias, como se quiera, es en sí mismo una absoluta ficción; (…) el verdadero debate al que tendríamos que estar asistiendo es al del fin de la era de la televisión lineal.
Estos días asistimos a otro duelo inaudito entre Pablo Motos sì David Broncano, en el que O.K. Corral ha sido sustituido por el Prime Time de dos de las principales cadenas de televisión generalistas de nuestro país, una pública y otra privada, y las balas por las cifras de audiencia.
Al igual de lo que ocurre en la película de Leone, el duelo, o el debate sobre las audiencias, como se quiera, es en sí mismo una absoluta ficción; en realidad de lo que se debería estar hablando, el verdadero debate al que tendríamos que estar asistiendo es al del fin de la era de la televisión lineal.
Cada uno de estos dos líderes (Motos o Broncano) está rondando el 20% de audiencia. Entre los dos suman casi el 40% de la audiencia en España en prime time. Poco más de cuatro millones, según los audímetros que llevan usando décadas las propias emisoras de televisión y que no llegan a 500 aparatos en toda España. Cuatro millones de espectadores de un universo potencial que se acerca a los casi cincuenta millones de habitantes con que cuenta nuestro país.
Resulta apasionante seguir a los cronistas del colosal duelo que mantienen los dos gatillos más rápidos del entretenimiento patrio. Aunque lo realmente importante, y a la par la triste realidad, es que apenas suman el diez por ciento de la audiencia potencial.
Trampas en el solitario
Teniendo en cuenta los datos que ofrecen las propias televisiones, solo cabe extraer dos conclusiones: una, la televisión lineal está en sus últimos años de vida y, por tanto, sus datos y el análisis de estos no sirven ya para valorar lo que le gusta y no le gusta a la inmensa mayoría de la audiencia, que está en todo momento y en cualquier lugar viendo contenidos en otros dispositivos, incluidos los de Broncano y Motos; dos, los responsables de las televisiones lineales deberían asumir que sus audiencias y su negocio de contenidos están ya en otros canales de distribución, viendo a estos presentadores o, en su inmensa mayoría, viendo otros contenidos en plataformas de streaming, redes sociales, webs, aplicaciones… Es decir, en dispositivos conectados en Internet. Por decirlo de otra manera, deberían dejar de hacerse trampas en el solitario.
IL televisión lineal está en sus últimos años de vida y, por tanto, sus datos y el análisis de estos no sirven ya para valorar lo que le gusta y no le gusta al inmensa mayoría de la audiencia.
Lo verdaderamente eficaz para conocer lo que vemos o no vemos la audiencia en España sería conocer los datos de plataformas de medición del consumo digital, asépticas y gratuitas, que de verdad miden las audiencias de todos los medios en Internet que es dónde está ya la inmensa mayoría de la audiencia. Las audiencias de los medios digitales son una realidad que ya han constatado los anunciantes migrando el grueso de sus cuentas. La prueba más palpable de este nuevo escenario es la disminución de la publicidad en el espacio que dirige Pablo Motos, y no se trata de un guiño o un regalo a la audiencia, ni para competir mejor con Broncano, como se ha dicho en algún artículo: se trata simplemente de que los anunciantes han dejado de invertir. Este es el verdadero debate: ¿Merece la pena continuar invirtiendo en la televisión lineal? Sin duda, no.
Streaming: el nuevo canal primario
El camino es el contrario al que se ha seguido hasta ahora. Desde que el espacio digital empezó a dar cabida al contenido audiovisual siempre ha sido un espacio de segunda categoría que se nutría de contenidos atrasados o de segundo nivel provenientes de las televisiones lineales, así como de contenidos menores elaborados por creadores que no tenían capacidad para llegar a estas. Pero el streaming lo cambió todo. Cambió la forma, los tipos, los dispositivos y los momentos en los que consumir esos contenidos. El hábitat ha cambiado tanto que lo que algunos creían una moda pasajera es ya la práctica totalidad del consumo de contenidos.
La situación es tal que el camino a recorrer en un futuro inmediato debe ir en sentido contrario al recorrido hasta ahora. Los contenidos se deben crear para el streaming y de aquí ir a la televisión lineal para ser rentables y acordes a las demandas de la audiencia durante los pocos años que le quedan de vida a ésta. Porque como en la película de Leone, a la televisión lineal también le ha llegado su hora.
Bartos Javier Cañete Cámara
Co-CEO en Interactvty
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