El broadcast y el color ampliado: ¿a las puertas de una nueva era?
Luis Ochoa, director de postproducción de imagen de Drago (Gruppo delle sequoie), escribe esta tribuna en la que analiza la evolución del color en la captación, la nostalgia por el fotoquímico y las posibilidades que puede aportar conceptos como HDR o WCG al broadcast.
Recientemente, hemos vivido dos revoluciones importantes dentro tratamiento actual del color. Una es la revolución de cámaras digitales con captura en curva logarítmico e il CRUDO. Hemos sido testigos de una democratización de la tecnología provocada por una bajada de precios generalizada. Gracias a estas tecnologías, capacidades de color hasta ahora reducidas al fotoquímico y a las producciones de tipo cinematográfico han comenzado a llegar a todo tipo de producciones. Conceptos como el DCI-P3 o Rec.2020, de esta forma, se convierten en claves a la hora de entender una producción cinematográfica y, poco a poco, también saltan al mundo de la televisión.
Otra revolución muy interesante ha sido el uso de aparatos de luz de tipo RGB, lo que ha provocado una explosión en cuanto al tipo de Aspetto que ha llegado a las películas. Antes se podía conseguir, sí, pero no era tan sencillo. Tenemos grandes ejemplos como la serie Euphoria Di HBO, que ha sabido aprovechar estas capacidades para inundar de color cada escena.
En cualquier caso, una herramienta depende de cómo sea usada. Y, lamentablemente, tenemos ejemplos de proyectos que se han capturado en logarítmico y que están expuestos de forma desastrosa. Al final, lo que la tecnología está haciendo es entregar más colores y más grises al pintor. Este podrá actuar bien o mal, pero que cuente con más herramientas no es una mala noticia.
Engañados por nuestro pasado
Hace poco tuve el placer de hablar con una persona experta en la restauración de fotoquímico muy vinculada a la Filmoteca de Cataluña. Me comentó, específicamente, que en la mayoría de los casos el degradado de color que era capaz de dar el positivo fotoquímico es menor que el que dan los sistemas actuales. Solo hay que ver la cantidad de degradados de azul que podemos tener en la actualidad en un cielo masterizado en HDR y WCG.
Ahora mismo, gracias a la postproducción, contamos con muchas más posibilidades para trabajar el color. Pero también es verdad que los televisores o proyectores son mejores. Antes, aunque el fotoquímico fuese capaz de capturar un determinado color, las televisiones de los espectadores no eran capaces de mostrarlo. Ahora contamos con televisores que francamente pueden igualar (aunque no en todos los aspectos, evidentemente) a la estética de un monitor de grado 1 de postproducción de televisión. Los televisores ya cuentan con gamut ampliados y son capaces de producir colores bellísimos.
Todo el tema de la emulación del fotoquímico actual no deja de ser una emulación de la sensación personal que nos dio en el pasado, una nostalgia subjetiva.
Recientemente, pude compartir una conversación con David Rivero, colorista afincado en China, quien me comentó que todo el tema de la emulación del fotoquímico actual no deja de ser una emulación de la sensación personal que nos dio en el pasado, una nostalgia subjetiva. Hay casi tantos “looks fotoquímicos” como películas o fotografías hechas en esos soportes. A veces te llega un realizador y te pide que desatures el color para “simular el fotoquímico”. Es entonces cuando me acuerdo de la película Velvia y los colores super saturados que era capaz de mostrar…
Por ello, independientemente de que se puedan hacer emulaciones que queden preciosas, creo que es momento de superar esa parte técnica y comenzar a sacar partido a la tecnología con la que ahora contamos.
La resurrección del color en el mundo broadcast
En televisión, hasta ahora se han beneficiado del tratamiento de color ampliado producciones deportivas muy concretas y, por supuesto, algunos formatos premium emitidos en plataformas. Sin embargo, el broadcast lineal más tradicional también se podría beneficiar de un tratamiento de color mucho más profundo. De hecho, a nivel técnico, la norma de televisión Rec.2020 contempla un aumento del rango dinámico y del espacio de color para dicha televisión lineal.
UN scenografia de un programa de televisión puede tener muchísimas posibilidades.
Existen limitaciones que hacen complejo alcanzar esta meta. Una de ellas es la complejidad de los flujos de producción broadcast. En televisión, los tiempos son muy cortos, el equipo de profesionales es muy grande y existen muchos componentes en la cadena de emisión a ser tenidos en cuenta. Es complicado plantear la implementación de conceptos como HDR o WCG en las cadenas de televisión, pero se hará y ya se está haciendo. Una escenografía de un programa de televisión puede tener muchísimas posibilidades. Por ejemplo, tuvimos el placer de hacer un show para Netflix llamado Todo es Gila en el que una serie de humoristas homenajeaban al cómico. La escenografía tenía unas pantallas led de color rojo y verde preciosas, y gracias al trabajo de arte, realización, fotografía y nuestro etalonaje todo el mundo quedó encantado. ¡Trabajo en equipo!
El cambio más importante
Al margen de los retos que traen consigo los procesos tecnológicos, la cuestión más crucial para abordar la transición pasa porque los profesionales de todas las ramas que hacemos el audiovisual nos quitemos la pereza. Actualmente, se tienen que estar dando las mismas conversaciones que imagino que se dieron con la llegada del color. ¡Seguro que hay gente que pensaba que era una aberración frente al blanco y negro!
Es verdad que los estándares todavía se tienen que asentar, pero la clave para que el verdadero color llegue a las televisiones está en nosotros.
Y, ojo, que esto no solo queda entre los frikis técnicos, esos que dicen: “Ah, pero fíjate, esa pantalla tiene más profundidad de bit de color”. Los espectadores que aprecian la imagen apreciarán el efecto wow de estas producciones. De hecho, hay un programa de Netflix conducido por David Attenborough llamado La Vida a todo Color que se publicitó con la frase: “Mira el color de la naturaleza como nunca antes lo habías visto”.
Es verdad que los estándares todavía se tienen que asentar, pero la clave para que el verdadero color llegue a las televisiones está en nosotros. Tenemos que quitarnos la pereza, miedos y prejuicios… y empezar a jugar.
Luis Ochoa
Director de postproducción de imagen de Drago (Gruppo delle sequoie)
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