La investigación “La primera pero no la última” arroja luz sobre las brechas de género en el cine colombiano

Por primera vez, un estudio (“La primera pero no la última”) identifica las brechas de género que han acompañado al cine colombiano durante más de seis décadas.

La investigación ha sido liderada por Gerylee Polanco Uribe, fundadora y directora creativa, junto al equipo de investigadoras Paola Castaño, Dayana Castro, Juliana Santana, Alba Niño y Paola Clavijo, mujeres profesionales en estadística, comunicación, cine y sociología. Todas estas mujeres recopilaron e indagaron sobre la presencia de la mujer en el cine colombiano a través de una muestra de 500 largometrajes estrenados a lo largo de seis décadas de historia. De esta forma, más allá de conseguir ejecutar un mapa sobre la situación en el país, pudieron rastrar las trayectorias de las pioneras del cine colombiano.

Algunas de las claves que apunta “La primera pero no la última” es que dos de los roles con menor participación de mujeres son el de dirección de fotografía con el 6% y sonido con el 10%. Los resultados también determinan que, “en general”, los hombres predominan en el rol de la creación-escritura de la historia, ya que las mujeres guionistas solo representan el 17%. Del mismo modo, en el rol de dirección aún es mucha más baja la presencia, llegando tan solo al 13%. A pesar de estos datos, las investigadoras hacen énfasis en que hay que mirar más allá de la información estadísticas para entender en detalle la situación.

Mujeres pioneras

El informe de investigación dedica, además, una sección destinada a realizar una cartografía de las mujeres pioneras en diversos roles de la cadena de producción cinematográfica. En este sentido, Paola Castaño afirma que “sentimos la necesidad de resaltarlas ya que las vidas de estas mujeres fueron distintas a las nuestras, quizás con más limitaciones en cuanto a sus propios derechos y como ellas abrieron la puerta y entraron al sector cinematográfico, dejando la puerta abierta para el resto de mujeres que venimos atrás”.

Entre estas mujeres en el cine colombiano encontramos a Lily Álvarez (1941), socia de la productora de cine Patria Films; Felisa Ochoa (1960), productora del largometraje de ficción Antioquía, crisol de libertad; Marta Helena Véñez (1961), productora ejecutiva de Farándula; Gabriela Samper (1965), directora del cortometraje documental El páramo de Cumanday; Bella Clara Ventura (1968), directora de arte de Aquileo Venganza; Marta Rodríguez (1969), directora, guionista, productora y sonidista del mediometraje documental Chircales; Isadora J. de Norden (1970), montadora de Se llamaría Colombia; Jacqueline Nova (1974), compositora de Camilo, el cura guerrillero; Clara María Riascos, Luz Fanny Tobón, Eulalia Carrioza, Dora Cecilia Ramírez, Sara Bright sì Patricia Restrepo (1979), todas ellas pertenecientes al Colectivo de cineastas feministas ‘Cine Mujer’; María Helena Reyes (1982), sonidista de Así va; Gloria Triana (1984), directora del largometraje documental Los sabores de mi porro; Camila Loboguerrero (1984), directora del largometraje de ficción Con su música a otra parte; o María Paulina Ponce de León (1985), directora del cortometraje de animación Filemon y la gorda, tra l'altro.

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