El cine español mejora en los últimos años
Ésta es una de las conclusiones del informe que sobre la imagen del cine español ha desarrollado Metroscopia. En este muestreo, el 61% de los encuestados califican al cine español como bueno o muy bueno.
EGEDA ha presentado un informe que pretende medir las actitudes, opiniones y evaluaciones de los españoles en relación con la actual situación de la industria cinematográfica en nuestro país. Realizado por Metroscopia y dirigido por José Juan Toharia y Pilar Bartolomé de él se desprende la conclusión de que el cine, en general, no ha perdido su atractivo, ni se evalúa de forma negativa por el conjunto de nuestra sociedad, aunque el público demanda una mayor sintonía de nuestro cine con sus gustos.
El 73% de encuestados ve regularmente películas en televisión (al menos una o dos veces por semana), un 41% las ve, con esa misma regularidad, en soporte DVD (o vídeo o Blu-Ray) y el 35% (porcentaje que sube hasta el 62% entre los menores de 25 años, y al 46% entre quienes un nivel educativo más alto) dicen acudir a salas de cine al menos una vez al mes. Y sólo un 2% de la población española declara, de forma rotunda, que no le gusta el cine.
Destacamos especialmente, por el objeto del estudio, la frecuencia con la que se ve cine español: el 32% ve cine español con mucha o bastante frecuencia, el 57% suele ver poco cine español y solo el 10% no lo ve nunca. Si el interés por el cine se mantiene en niveles elevados, lo cierto es que la asistencia a salas de cine parece, en cambio, tender a declinar: el 51% de los españoles reconoce que ahora va al cine con menos frecuencia que hace cinco años. Este porcentaje sube hasta el 63% entre los adultos jóvenes (25 a 34 años) y hasta el 56% entre quienes tienen un nivel educativo más alto. La principal causa de esta pauta es la cada vez más atractiva y variada competencia de la opción “cine en casa”.
Los españoles reconocen, de forma masiva, que el lugar más apropiado e idóneo para ver cine es, específicamente, la sala de cine: por ejemplo, el 83% afirma que “hay películas que sólo pueden verse bien en una sala de cine”, y sólo el 28% cree en cambio que “con los equipos que hay hoy en día se ve mejor el cine en casa que en las propias salas de cine”. Pero al mismo tiempo el 81% reconoce que le “resulta más cómodo ver películas en casa” y el 74% indica que ir al cine termina saliendo muy caro (además de la entrada, el desplazamiento, bebidas, palomitas.). Es decir, las consideraciones pragmáticas y de conveniencia terminan predominando sobre las referidas a la calidad del visionado.
¿Imagen negativa?
Por otro lado, los datos de la encuesta no confirman en absoluto, de forma clara, el extendido estereotipo de que en nuestra sociedad la imagen del cine español es predominantemente negativa. La realidad es que el 61% de los españoles opina que nuestro cine, globalmente y en conjunto, es bueno o muy bueno, y sólo el 20% lo califica como malo o muy malo. Y los motivos por los que el cine español gusta a una amplia mayoría resultan ser los mismos por los que no gusta a una minoría: los actores, los directores y los argumentos y guiones, evaluados, obviamente, en uno y otro caso de forma diametralmente opuesta. Lo que para la opinión mayoritaria constituye precisamente el punto fuerte de nuestro cine supone en cambio, para la opinión minoritaria, su punto débil.
El entramado, complejo y matizado, tan lejos del rechazo absoluto como de la ausencia de críticas, de opiniones y actitudes de los españoles respecto de nuestro cine queda sintetizado en que 89% de los encuestados consideran que la industria del cine español debería ser más competitivo. Un 80% cree que habría que mejorar la publicidad y promoción de las películas españolas; tener más en cuenta los gustos de los espectadores; y tener más presencia en las televisiones. Un 72% considera que la Administración debería combatir la piratería, mientras que un 65% está convencido de que el cine español es bueno aunque arrastre mala imagen.
Como puede verse, el mayor grado de acuerdo (que roza prácticamente la unanimidad) se registra en la demanda de mejoras en el aspecto industrial-comercial (y no en el artístico) de nuestro cine: mejorar la competitividad, la publicidad y promoción, mayor presencia en las salas de cine; mayor apoyo -e incluso protección- institucional.
Resulta también masiva la demanda (que expresa un 80%) de mayor sintonía de nuestro cine con los gustos del público. Ello, sin embargo, no equivale a una descalificación global del mismo. De hecho, si bien un 52% considera que en el cine español hay un exceso de personajes marginales, sólo el 44% estima que en él haya demasiado sexo, y sólo el 34% que sea “cutre”. Y en cuanto a su supuesto sesgo ideológico, sólo el 27% de la ciudadanía considera que el cine español sea “de izquierdas”.
En suma, al público español le gusta el cine español si es bueno, y no le gusta si es malo: pero no lo prejuzga, indefectiblemente y a priori, por el mero hecho de ser español, como una cosa u otra.
Capítulo aparte merece la opinión sobre la Propiedad Intelectual: casi un 80% considera que las películas merecen la misma protección que las patentes y marcas y que los derechos de propiedad intelectual deben seguir estando garantizados y protegidos por las leyes y las administraciones. Un 72% afirma que la cultura, y el cine dentro de ella, debería ser una cuestión de Estado en España como en otros países y que la administración debe combatir la piratería.
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