Blackmagic, omnipresente en el rodaje y postproducción de ‘Avatar: El sentido del agua’
Mejorar todos y cada uno de los procesos tecnológicos era el único camino para conseguir llevar la espectacularidad visual a un nuevo nivel en Avatar: El sentido del agua. Lightstorm Entertainment, productora de Jon Landau y James Cameron, se ha apoyado en soluciones de Magie noire para lograr todos sus ambiciosos objetivos.
De cara a Avatar: el sentido del agua (Avatar: el camino del agua en Latinoamérica), Geoff Burdick, vicepresidente de servicios y tecnología de producción de Lightstorm, investigó el mercado para conseguir soluciones que le permitieran “desafiar las habilidades y capacidades de las dinámicas de producción más avanzadas”.
Cómo el propio Burdick traslada, hacerle frente a una producción tan compleja como la de Avatar es mucho más que procesar datos; también hay que contar con las “herramientas adecuadas para evaluar el material durante la grabación”: “Supervisamos las señales provenientes de las cámaras al instante, de la forma más parecida posible a la experiencia en una sala de cine posible. De este modo, podemos tomar decisiones en el momento en el set de grabación. Esto no solo nos permite ahorrar tiempo en el rodaje, sino que además beneficia a Weta Digital, el proveedor de efectos visuales, y nos ayuda a simplificar el proceso de posproducción y masterización”.
La intención del equipo de producción era rodar en HDR 4K con una frecuencia de imagen de 47.952 f/s. Esta configuración brindaría compatibilidad con el formato estereoscópico, pero también añadiría complejidad a la gestión de datos en el set: “Necesitábamos implementar esas especificaciones en toda la dinámica de producción, que incluía señales en tiempo real enviadas a nuestro centro de proyección compatible con el formato DCI, el cual usamos para evaluar las señales de las cámaras en 3D a 24 y 48 f/s para resoluciones 2K y 4K, y a 24 f/s para HD. Por supuesto, no existía demasiado soporte físico disponible en su momento”.
Burdick y su equipo se pusieron en contacto con Blackmagic Design, a quienes explicaron sus objetivos: “No hubo respuestas inmediatas, pero comprendieron nuestra visión, y tuvieron ideas sobre las mejores maneras de hacerla realidad”, remarca Burdick.
Soluciones Blackmagic en el pipeline de Avatar
Burdick y su equipo trabajaron estrechamente con Robin Charters, ingeniero de 3D Systems, y comenzaron a pulir cada aspecto tecnológico que acabaría por dar forma a Avatar: el sentido del agua. Finalmente, optaron por incorporar un conversor Teranex AV, una matriz Smart Videohub 12G 40×40, una tarjeta de captura y reproducción DeckLink 8K Pro, un dispositivo UltraStudio 4K Extreme 3 y un mezclador ATEM 4 M/E Broadcast Studio 4K para procesar las distintas señales.
La dinámica de trabajo funcionó sin ningún tipo de inconvenientes. Las conversiones en tiempo real se llevaron a cabo con el dispositivo Teranex AV, cuyas señales se transmitían a la matriz Smart Videohub 12G 40×40, y el mezclador ATEM 4 M/E Broadcast Studio 4K brindaba la posibilidad de reproducir y revisar las imágenes en el set. Además de poder evaluar el material de inmediato, contar con un sistema de reproducción en distintas resoluciones también resultó de utilidad como solución necesaria para el control de calidad: “Esto es fundamental a medida que nos adentramos en la grabación de resoluciones, frecuencias de imagen y rangos dinámicos más altos, con las tecnologías de exhibición capaces de proyectar todo esto y más”.
Etalonaje con DaVinci Resolve Studio
El colorista Tashi Trieu ha trabajado desde hace años con Lightstorm Entertainment como editor en intermedios digitales, incluyendo proyectos como Terminator 2 o Alita: Ángel de combate. Para Avatar: el sentido del agua, Trieu colaboró como colorista con el director James Cameron.
El desarrollo de la estética de la cinta, traslada Trieu, se llevó a cabo principalmente en WetaFX: “Jim tiene un vínculo muy estrecho con ellos y, como responsable principal de los efectos visuales para el proyecto, su experiencia se vio plasmada en todo, desde la captura de la acción en directo hasta las tomas para imágenes computarizadas”. En esta fase se terminó por definir la tabla de conversión (LUT) de visualización, “una simple curva en S con una asignación del espectro cromático básica de SGamut3.Cine a P3D65”, lo que brindó “una gran flexibilidad a fin de aportar una tonalidad más pastel a ciertas partes del film o un concepto absolutamente fotorrealista».
A la hora de abordar el color, Tashi Trieu trabajó con el software DaVinci Resolve Studio, participando activamente en los profesos de conformado y edición: “Destiné el mismo tiempo al módulo Edición que al módulo Color. No utilicé Fusion en este proyecto, principalmente gracias a las mejoras implementadas en las herramientas de los efectos ResolveFX. Prácticamente podía hacer todo lo necesario además del etalonaje con las prestaciones del módulo Color. Esto fue una gran ventaja debido a que podíamos aplicar la función “Color Trace” a dichos ajustes cromáticos y propagarlos en distintas versiones para diferentes relaciones de aspecto y niveles de luz”.
Los desafíos de la postproducción de Avatar: el sentido del agua
Para Trieu, Avatar: el sentido del agua fue un “doble desafío” ya que no solo contaba con formato estereoscópico, sino porque también se trabajó con una frecuencia de imagen alta (48 f/s): “Incluso en una estación de trabajo de vanguardia con cuatro unidades de procesamiento de gráficos A6000, es muy difícil garantizar un funcionamiento en tiempo real. Es un equilibrio muy delicado entre lo sostenible con el ancho de banda de la red SAN y lo que el sistema es capaz de decodificar rápidamente. Cada toma se entregó en formato OpenEXR con unas cinco o seis capas de máscaras para poder usar en el etalonaje. Ian Bidgood, de Park Road, tuvo la brillante idea de pedirle a WetaFX que creara una capa RBG como datos sin compresión. Sin embargo, el formato ZIP comprime las máscaras dentro del mismo archivo. En consecuencia, logramos una reproducción impecable, una renderización sumamente rápida para los archivos finales por entregar, y un tamaño de archivo apenas superior al que tendrían los archivos si no incluyesen máscaras”.
Otra de las claves del etalonaje fue la capacidad de trabajar en Dolby Vision 3D a 14fL con rango dinámico extendido, una configuración que Trieu considera “una manera estupenda de trabajar, ya que se ve todo a la perfección”. Una vez finalizado el etalonaje en este formato, “es relativamente sencillo obtener el formato 2D para cine digital estándar a 14 fL, con algunos ajustes personalizados. Si se emplea un proyector tradicional DLP, se pierde el nivel de negros, pero tiene el mismo brillo que Dolby 3D”.
Avatar: el sentido del agua incluyó un importante número de escenas con altas exigencias a nivel de producción y postproducción. Sin embargo, Trieu recuerda una en concreto que fue especialmente compleja: “Hay una escena en una especie de “ayuntamiento” entre la familia de Sully y el clan Metkayina que ocurre durante una tormenta. Es una escena absolutamente excepcional que evoca a Rembrandt. El cielo nublado y frío envuelve a los personajes, y una tenue luz cálida les aporta a las imágenes una dinámica muy agradable. Es increíble lo real que parece. Hay que recordarse a uno mismo que todo lo que se ve está generado por el artista, que nada, más allá de la actuación de los personajes, es real “per se”. Es un salto generacional en términos de efectos visuales y tecnología. Es absolutamente extraordinario”.
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