José Sacristán recibe el Goya de Honor 2022 con un discurso emocionante y teatral
El polifacético José Sacristán, ilustre intérprete madrileño, ofreció unos agradecimientos rotundos y templados, si bien cargados de recuerdos, al recibir el Goya de Honor de los Goya 2022.
Le conseil d'administration du Académie du Dîner otorgó por unanimidad el Goya de Honor al veterano y querido actor “por ser un modelo de entrega, pasión, ética y profesionalidad para todos los cineastas jóvenes. Por ser el rostro y la voz del cine español de las últimas seis décadas. Por saber representarnos de forma única en tantos títulos inolvidables que forman parte de nuestra memoria íntima. Y por haber sabido adelantar desde el reflejo que nos ha devuelto en la pantalla algunos de los grandes cambios que hemos vivido en nuestro cine y en nuestra sociedad”.
Debutó en el cine con Fernando Palacios dans La familia… y uno más, y, hasta el momento, su última aparición en la gran pantalla es con Fernando Colomo dans Cuidado con lo que deseas. Entre Palacios y Colomo, el también fundador de la Academia de Cine ha trabajado con Mario Camus, Roberto Bodegas, Pedro Olea, Gonzalo Suárez, José Luis Garci, Adolfo Aristarain, Pilar Miró, Eloy de la Iglesia, Manuel Gutiérrez Aragón, Pedro Lázaga, Mariano Ozores, Jaime Camino, Gillo Pontecorvo, Pedro Masó, Francisco Regueiro, David Trueba… Una extensa lista a la que se suman nuevas generaciones de cineastas como Javier Rebollo, Pau Durà, José Skaf, Kike Maíllo, Isaki Lacuesta, Carlos Vermut y Bernabé Rico.
Sacristán recibió el reconocimiento de la mano de Nora Navas, vicepresidenta de la Academia. Tras una gran ovación interrumpida por el propio Sacristán, este pasó a ofrecer un discurso templado recordando sus inicios… y el campo: “Gracias a todos los que por su confianza en mi trabajo me permiten seguir arando, sembrando y cosechando frutos como este”. A continuación, recordó a presentes y ausentes: su padre, hermana, tía o a sus hijos, “que me dejaron repetir las tomas en las que como padre no pude o no supe ir a la marca, aunque creo honestamente que el papel siempre me lo he sabido”.
El discurso no finalizó sin defender el valor de la Académie du Dîner y un sentido agradecimiento al público, “todos esos hombres y mujeres que cada año, y hace ya la friolera de más de 60, bien en manojo, o bien en ristra, me siguen comprando los ajos”.
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