"Suc de Sindria", une histoire difficile racontée avec une grande beauté esthétique, remporte le Goya du meilleur court métrage de fiction

Su directora, Irene Morey, se congratula tras ganar el Goya que cada vez haya más mujeres que se dediquen a la cinematografía aunque recordó que 2010 solo el 12% de las películas llevan firma de mujer.

Irene Morey recogió con emoción el Goya al Mejor Corto de Ficción por su obra Suc de Sindria, de 22 minutos de duración pero con un intenso argumento. La autora tuvo una de las intervenciones más reivindicativas de la gala en la que hizo un alegato a favor “de la desestigmatización del placer y la satisfacción personal en las mujeres víctimas de abusos sexuales o violaciones”.

Suc de Sindria narra la historia de Bárbara, quien ha pasado por un episodio traumático en su vida e intenta redescubrir de nuevo su sexualidad con la ayuda de su novio. La pareja pasará unos días de vacaciones con un grupo de amigos en una casa rodeada de naturaleza y tranquilidad. Se trata de una película de gran belleza estética a pesar de tocar un tema tan duro como el abuso sexual.

Para Irene Morey este premio es una gran alegría después del jarro de agua de las nominaciones de los Forqué, donde esperaban hacerse con el galardón. “Yo tenía esperanza en la gala de esta noche aunque estaba la cosa muy reñida porque había cortos muy buenos”.

A Irene Morey le congratula que cada vez haya más mujeres que se dediquen a la cinematografía aunque los datos muestran que desde 2010 solo el 12% de las películas las han dirigido mujeres. Por otro lado, cada vez somos más y el apoyo entre nosotras es brutal. Tenemos referentes y nos alegramos de los éxitos de las demás. Hay compañeras que están haciendo peliculones. El cine y la cultura son sectores estratégicos que ofrecen una lectura del mundo que la gente necesita conocer de una manera completa y democrática”.

El cortometraje está rodado con una ARRI Alexa Mini con un resultado en el que parece que no hay cámara. La propia Irene Morey fue la directora de fotografía asistida por la operadora de cámara Nonna Serra “que hizo un trabajo brutal porque era la primera vez que yo hacía de directora de fotografía”, apunta Morey.

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