La experimental fábula vasca ‘Handia’ se impone en la 32ª edición de los Premios Goya
‘La Librería’, dirigida por Isabel Coixet, consigue las estatuillas a la mejor película, dirección y guion adaptado. ‘Handia’ hace historia en los Goya 2018 al lograr diez de los trece premios a los que estaba nominada.
La 32 edición de la Gala de los Goya tuvo decididamente acento vasco con una imparable Handia que triunfó en una noche plurilingüe y diversa. Partía como favorita con trece nominaciones y se cumplieron los pronósticos en una velada inolvidable para sus creadores, Jon Garaño y Aitor Arregui. Este éxito le garantiza a la película una segunda vida en las salas de distribución gracias a las diez estatuillas congseguidas. Sin embargo, a la producción de Irusoin, Kowalsky Films y Moriarti Produkzioak se les resistieron los premios de Mejor Dirección y Mejor Película, que fueron a parar a manos de Isabel Coixet por La Librería.
Después de tres ediciones con Dani Rovira como presentador, este año llegó el relevo de la mano de los manchegos Javier Reyes y Ernesto Sevilla y su humor del absurdo en una gala en la que el leit motiv fue la reivindicación de un mayor protagonismo de las mujeres en la industria cinematográfica española.
La demanda no solo se visualizó a través de los abanicos rojos con el hashtag #masmujeres que portó el público, sino que estuvo presente en casi todos los discursos. Con intervenciones y agradecimientos más breves que en ocasiones anteriores, también hubo espacio para recordar a los que ya no están, entre ellos el gran maestro Reyes Abades, fallecido esta semana y que optaba a dos Goya a los Efectos Especiales por Oro oui Zona Hostil.
El discurso oficial de la Academia corrió a cargo de Mariano Barroso y Nora Navas, vicepresidentes de la misma en representación de la presidenta de la institución, Yvonne Blake, que se encuentra convaleciente. En un discurso a dos voces, Mariano Barroso destacó que “el idioma del cine es el idioma del encuentro. En estos tiempos, en que resulta difícil comunicarse de manera honesta y directa, buscar el encuentro parece extraño. Lo vemos cada día en los periódicos y en los medios, en el lenguaje de nuestros representantes políticos. El desencuentro parece ser la esencia de la comunicación ahora. Pero ese no es el lenguaje del cine. Quienes hacemos películas nos ponemos de acuerdo para perseguir un sueño común. Este año nuestras películas cuentan historias de personas que no pueden hablar, pero que probablemente son las personas a quienes más deberíamos escuchar”
Por su parte, Nora Navas comenzó afirmando que “el cine español es una industria. Llevamos cuatro años superando los cien millones de recaudación con las producciones españolas. Aquí seguimos, aquí sigue la industria del cine generando riqueza para el Estado, recaudando bastante más dinero del que recibe. Y también sigue ahí el IVA, al 21% a pesar de las promesas y anuncios oficiales de que bajaría. Somos un colectivo que no quiere llorar y no quiere ningún privilegio. Solo quiere lo que es suyo. En el plano de la igualdad de género, Navas declaró que “desde la Academia queremos reivindicar a nuestras cineastas y fomentar la igualdad y la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la industria. Derrotando la superioridad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos, todas, juntas. Navas concluyó diciendo que “el cine español se renueva continuamente como se renueva la Academia, donde este año se han inscrito 300 nuevos miembros. Nos queda mucho por hacer, mucho por conseguir, pero sabemos cuál es el camino”.
Recogió el Goya de Honor Marisa Paredes, estrella dentro y fuera de la alfombra roja con una sólida y longeva carrera que se extiende más allá de nuestras fronteras. Paredes, subió al escenario con un elegante y sobrio vestido negro y tras dedicar un recuerdo para la presidenta de la Academia, Yvonne Blake, a la que mandó un abrazo fuerte, declaró que “la vida de una actriz es como un tío vivo, como la ruleta de la fortuna. Yo tuve la fortuna de que muchos directores confiaran en mí. También fui presidenta de la Academia, entregué premios e hice discursos como el de no a la guerra, que hoy volvería a repetir”.
Los y las mejores intérpretes
Concha Velasco y Mercedes Sampietro entregaron el Goya al Mejor Actor Protagonista, que no fue otro que Javier Gutiérrez, protagonista de El Autor, y que ya levantó el Goya por La Isla Mínima. El intérprete lo quiso dedicar a “los compañeros y compañeras a las que no les suena el teléfono porque este oficio es muy hermoso y muy cruel”.
Pepe Sacristán y Luis Tosar entregaron el Goya a la Mejor Actriz Protagonista a Nathalie Poza, de No sé decir adiós. La actriz, además de agradecer el premio, ·animó a las jóvenes a “saltar, abrazar las heridas y convertirlas en una obra de arte. Este oficio me ha cambiado la vida”.
El Goya a la Mejor Actriz de Reparto fue Adelfa Calvo por su aparición en El Autor, película que obtuvo dos de las nueve candidaturas a las que optaba. Tuvo en sus manos el Goya al Mejor Actor de Reparto David Verdaguer por Verano 1993 de Inicia y Avalon PC. Clausuró su discurso con un “Viva el cine. Viva la cultura”
Marta Etura y Paco León entregaron el Goya al Mejor Actor Revelación a Eneko Sagardoy por Handia, producción que empezaba con este premio una noche de éxito incuestionable. Bruna Cusí obtuvo el Goya a la Mejor Actriz Revelación por Verano 1993.
El Goya a la mejor dirección novel fue para Verano 1993, de Carla Simon, quien quiso compartirlo con todos los nominados así como a las personas que viven con el VIH.
Goyas técnicos y artísticos
El Goya a la Mejor Dirección de Producción fue a parar a las manos de Ander Sistiaga por Handia, una película que está rodada en localizaciones naturales del País Vasco. La misma producción obtuvo el Goya a la Mejor Dirección de Fotografía, al frente de la cual estuvo Javier Aguirre.
Siguió la noche del cine vasco con un nuevo premio para Mikel Serrano, de Handia, que obtuvo el Goya a la Mejor Dirección Artística. También el Goya al Mejor Maquillaje y Peluquería recayó en la producción vasca, en este caso en Ainhoa Eskisabel, Olga Cruz y Gorka Aguirre, que salieron airosos de un desafiante trabajo de caracterización.
En cuanto a los Efectos Especiales, el Goya fue para Jon Serrano y David Heras por Handía. Este último estaba también nominado por la película Verónica.
El Goya al mejor sonido fue para Aitor Berenguer, Gabriel Gutiérrez y Nicolás de Poulpiquet por Verónica, autores de un trabajo complicado en el que mezclaron el plano realista y el sobrenatural dentro de una atmosfera inmersiva.
El Goya al Mejor Montaje llegó tarde por problemas de producción pero le correspondió a Laurent Dufreche y Raúl López por Handia, reconociendo así un trabajo de edición innovador.
El Goya al Mejor Diseño de Vestuario recayó en Saioa Lara por Handia, la fábula vasca que partía como favorita y se confirmó como tal. La diseñadora, con manos trémulas, quiso compartir el premio con sus compañeras de equipo.
En el ámbito musical, Leiva recogió el Goya a la Mejor Canción Original por La Llamada mientras que el Goya a la Mejor Música Original fue para el francés afincado en San Sebastián, Pascal Gaigne, de Handia, que quiso dedicar el premio al compositor Alberto Iglesias, del que dijo que era una referencia.
Animación, documental y cine en corto
Rossy de Palma y José Corbacho entregaron el Goya a la Meilleur film d'animation un Tadeo Jones 2, el Secreto del rey Midas, que ya ha tenido más de dos millones de espectadores en países a ambos lados del Atlántico.
Por su parte Cristina Castaño y Unax Ugalde anunciaron que el Goya al Meilleur court métrage d'animation le correspondía a Woodie & Woodie de Jaume Carrió, un homenaje a Woodie Allen, al que el director definió como “referente obligado del arte cinematográfico y creador genial”.
El Goya a la Meilleur film documentaire fue para Muchos hijos, un mono y un castillo de Sueños Despiertos PC. La protagonista, Julita Salmerón, madre del director, tuvo uno de los discursos más espontáneos en el que bromeó con la fama que el premio le iba a traer, un galardón que quiso dedicar a todas las madres.
El Goya al Meilleur court métrage documentaire fue para Los Desheredados, de Laura Ferrés, producido por Valérie Delpierre. La directora agradeció el premio a su familia, protagonista del cortometraje y que narra una situación real de cierre de un negocio por culpa de la crisis.
Madre de Rodrigo Sorogoyen, interpretado por Marta Nieto y que tiene visos de convertirse en largometraje, consiguió el Goya al mejor Cortometraje de Ficción.
Una mujer fantástica, película de nacionalidad chilena fue la mejor película iberoamericana, nominada también a los Oscar y que cuenta la vida de una mujer transexual. El Goya para la mejor Película Europea fue para The Square, que ya consiguió la palma de oro en Cannes. Recogió el premio Enrique Costa.
Los académicos y académicas decidieron entregar el premio al mejor guion original a la película Handia, escrita por Aitor Arregui, Andoni de Carlos, Jon Garaño y José Mari Goenaga.
El Goya al Mejor Guion Adaptado fue para Isabel Coixet por La Librería. La directora catalana dedicó el premio a la “gente que todavía compra libros y van al cine”.
Siro Jiménez de Alcázar
Acceso Especial Panorama Goyas 2018 »
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