The audiovisual technology of corporate video: the company against society
Xabier Giménez, realizador de la productora Texel Filmmaking, aborda la actualidad del mundo de la realización de vídeos corporativos y spots para empresas, arrojando luz sobre un mundo en el que el acabado visual de primer nivel debe convivir con presupuestos ajustados y un frecuente desconocimiento de la tecnología de producción y postproducción.
La industria audiovisual, sin pretenderlo, vive en su pequeña burbuja tecnológica. Conocerá cámaras, tipologías de producción, resoluciones, framerates, espacios de color, formatos audiovisuales o softwares de postproducción en una mayor o menor medida, pero en términos generales interiorizará pilares tecnológicos y de lenguaje audiovisual para posteriormente aprovecharlos en la realización de piezas que le ayuden a completar sus objetivos.
La realidad es que existe otro mundo allá fuera. Miles de empresas de España recurren anualmente a vídeos corporativos para dar a conocer su identidad de forma completa ante sus clientes, proveedores y partners. Estas piezas, en las que se presentan infraestructura, maquinaria, productos, servicios, know-how, certificaciones o premios, cuentan con sus propias metodologías de producción, en muchas ocasiones alejados de muchos de los estándares del mundo de la producción broadcast y audiovisual.
El vídeo corporativo se extiende como concepto, pero en la gran mayoría de ocasiones el cliente que lo solicita desconoce cada fase del proceso de producción. Jamás pregunta resolución, tecnología o guion técnico: al contrario, lo que busca en la productora contratada es asistencia, portfolio y resolución de problemas. Un servicio asistido en su más completa expresión.
Xabier Giménez forma parte del equipo de realización de Texel Filmmaking, compañía que desde hace 24 años se ha especializado en la realización de vídeos corporativos y spots para empresas como Deloitte, ThyssenKrupp o Nespresso, así como de entes como Comunidad de Madrid o la Autoridad Vasca de la Competencia. En este reportaje, deposita toda su experiencia y conocimiento del sector para transmitir toda la tecnología involucrada en este tipo de vídeos, así como ayuda a comprender los principales requisitos de las empresas que deciden mostrarse al mundo a través del audiovisual.
La evolución del vídeo corporativo en los últimos 20 años
El mundo de la empresa, salvo unos pocos gigantes que cuentan con sus propios recursos de marketing y comunicación volcados en el apartado audiovisual, se presenta como un entorno conservador. Quizá por los condicionantes que implican unos cargos de dirección de edad avanzada, o quizá por el perfil de los clientes que recibirán el contenido, las últimas décadas han dibujado un tipo de contenido comedido en forma y fondo.
Los vídeos corporativos suponen una tarjeta de presentación de la compañía. Con una duración entre dos y cinco minutos, estas piezas buscan representar filosofía, capacidades y recursos. Los valores corporativos de estas empresas medianas y grandes, desde compañías de inversión hasta proveedores de servicios, pasando por el mundo industrial, se mantienen inmutables para transmitir pilares clásicos del tardocapitalismo como la expansión, el liderazgo, el presente o la globalización.
La puesta en escena, por supuesto, sí que ha avanzado. La evolución de la tecnología audiovisual permite unos mejores recursos de captación, unas resoluciones mayores, unos recursos de grafismo avanzados y una comunicación más efectiva al destinatario de la pieza. Asimismo, numerosas empresas comienzan a ver un valor adicional en la producción de spots, piezas más cuidadas y más cortas (20 segundos) para destacar una solución, un claim o un anuncio de importancia para la organización.
La producción interna de vídeos corporativo
Existe una tendencia liderada por las más grandes compañías globales, como Google, Meta o LinkedIn, que implica la realización de vídeos in-house. La creciente importancia atribuida a las piezas de comunicación interna, como comunicaciones institucionales o recursos de formación, así como el extendido valor del vídeo para el engagement con clientes, deriva en la creación de equipos de producción que den respuesta diariamente a las necesidades las empresas.
En España hay unos pocos casos que están dando estos pasos, pero según Gimenez, “es muy poco frecuente” entre empresas de tamaño mediano o incluso grande, con decenas de miles de trabajadores por todo el mundo. La subcontratación de profesionales suele ser la línea generalizada para dar forma a las producciones, ya que la realidad del mercado es que la “gran mayoría de empresas” desconocen los pilares fundacionales de los “vídeos corporativos”.
“No suelen preguntar si nos podemos encargar de todo, cuál será su parte en el proceso o cuestiones sobre el enfoque: más didáctico, formal, comercial, institucional. No suelen saber qué decir en el vídeo, cuánto debe durar o qué elementos destacar, por lo que sus prioridades pasan a ser contar con una empresa de producción que sepa lo que hace y puedan transmitirle la confianza de que les van a aportar valor”, explica el realizador.
El progreso tecnológico del vídeo corporativo
El hecho de que las empresas desconozcan muchas de las claves de la realización de vídeo no evita que se haya producido una mejora generalizada de las capacidades de producción de este tipo de piezas. Giménez relata cómo, a lo largo de los 24 años de vida de la empresa, se ha pasado de las resoluciones broadcast estándares a la captación en 6K para su entrega en 4K; de la iluminación tradicional HMI a focos o tubos LED, o de una postproducción basada en magnetoscopio y titulación básica a un mundo no lineal con recursos gráficos animados con elementos en 3D.
La mejora del acabado visual de estos contenidos es consecuencia directa, explica Giménez, del abaratamiento de los costes de los recursos de producción. “Se ha democratizado el acceso a este tipo de tecnología, y las productoras han pasado de ser relativamente pocas con costes de inversión muy altos, a mucho más abundantes y con una barrera de entrada menor”, explica.
En ocasiones, el mundo de la empresa se ha podido dejar llevar por mejoras llamadas a ser disruptivas que han acabado quedando en el cajón como tantas otras tecnologías. El realizador de Texel referencia a la prometida explosión de la realidad virtual, reservada a nichos en la actualidad, o a las posibilidades del mundo estereoscópico.
Otras tecnologías podrían aportar importantes ventajas a futuro, como los entornos de producción virtualizada, si bien para Giménez están lejos de ser un estándar en el día a día de los vídeos corporativos: “Nunca nos han pedido una presentación comercial desde un plató de producción virtual. Quizá una empresa muy grande podría recurrir a ello para cosas muy especiales, pero serán excepciones”.
El toque cinematográfico
He look cinematográfico, con la extensión de cámaras de formato reducido con sensores full frame y ópticas preparadas para aportar profundidad de campo reducida y bokeh, progresa ineludiblemente en el universo broadcast e incluso en el mundo de los deportes. La espectacularidad que ofrecen estos recursos pueden erigirse como valores en entornos de gran competencia, destacando a una empresa frente a sus competidores.
En el caso del panorama español, tan solo las grandes empresas multinacionales con una línea visual trabajada desde sus propios equipos internos han manifestado interés en este tipo de recursos, realizados por el equipo de Texel con cámaras como la FX6 o FX9 de Sony o la gama Canon Cinema. El resto de empresas medianas y grandes, directamente, ni valoran la variable cinematográfica: “Nunca nos hemos encontrado a una empresa mediana que proponga cambios, mejoras o apreciaciones en el acabado visual”.
En cualquier caso, Giménez considera que es muy importante considerar en este punto la optimización de coste-beneficio por parte de sus clientes. “Cámaras como la línea Alfa de Sony o las Lumix de Panasonic permiten un coste menor que opciones más cinematográficas, ya que no precisan de foquistas y son más sencillas de mover. Además, dan muy buen resultado”, explica el realizador, quien también apunta que cámaras como Venice y Alexa sí que se pueden usar en la producción de spots “tope de gama”.
La relación entre iluminación y postproducción
Cuando el equipo de Texel se desplaza para rodar uno de sus vídeos corporativos, en muy pocas ocasiones realizará un diseño de iluminación concreto. Normalmente, los equipos se desplazan por distintas localizaciones previamente definidas de un modo “abierto”, captando momentos del día a día de la empresa y localizaciones de la manera más ágil posible y tan solo usando un pequeño foco como refuerzo de iluminación. “Se hace una planificación que aborda la naturaleza de la empresa, a quién se dirige, el perfil del cliente o el establecimiento de un tono, pero no se ilumina plano a plano”, explica Giménez.
Este tipo de vídeos, frecuentemente rodados con las cámaras Sony FX6 o FX3 en S-Log3, suelen ser montados con Premiere Pro debido a que suelen tener “mucho dinamismo y estar muy picados”, y etalonados con las propias herramientas integradas en el sistema de Adobe. Al ser vídeos en los que la titulación, las cabeceras, los mapas, el 3D son muy importantes, el realizador se beneficia de la integración con la Media Suite y las capacididades avanzadas de edición del software.
Los spots suponen un mondo diferente. Estas “minipelículas” cuentan con un gran proceso de preproducción con búsqueda de localizaciones, actores, guion técnico y, como no podría ser de otra forma, una iluminación plano a plano. En estos casos, el equipo de Texel recurre a DaVinci Resolve de Blackmagic Design debido a sus capacidades en término de etalonaje y corrección avanzada de color.
El conservadurismo frente al progreso
Es muy posible que el progreso técnico y creativo de los vídeos corporativos no avance a la misma velocidad vertiginosa que el resto del mundo audiovisual. “No es lo mismo el mundo de la empresa que la sociedad”, explica Giménez: “La empresa es más conservadora y está menos avanzada a nivel de conocimiento de tecnologías audiovisuales que la sociedad. La gente más joven cuenta con un conocimiento más avanzado, pero los responsables de las empresas suele ser gente más mayor que es capaz de apreciar los resultados, pero que no tiene un conocimiento profundo de la cuestión”.
La evolución, por tanto, será cuestión de tiempo. El responsable de Texel considera que el relevo generacional en las cadenas de mando de la empresa será la que permita “decisiones diferentes” sobre los productos audiovisuales, así como una “mayor demanda de acabados del tipo cinematográfico”.
Hasta entonces, por mucho que la sociedad viva volcada en la innovación, en los formatos diferenciados, en los looks alternativos y en siglas que quién sabe si sobrevivirán un lustro más, las necesidades serán muy diferentes. “Que les asesores y le demuestres que has hecho cosas parecidas, que tienes experiencia, que sabes qué errores hay que evitar y que controlas los riesgos de la producción es lo que realmente valoran, más que la parafernalia de las cuestiones técnicas”, remarca Giménez.
A report by Sergio Julián Gómez
Did you like this article?
Subscribe to our RSS feed and you won't miss anything.