UGC in broadcast: keys, technological solutions and dangers
El UGC o CGU (Contenido Generado por el Usuario) ha vivido una gigantesca explosión gracias a la democratización tecnológica y la educación audiovisual propia de los nativos digitales. ¿Cómo se relaciona en este concepto con el broadcast y de qué manera televisiones, radios y medios de comunicación pueden gestionar adecuadamente este inacabable fuente de activos audiovisuales?
Actualmente, la mitad de población del planeta Tierra, unos 4.200 millones de personas, cuentan con redes sociales activas. Muchas de ellas se encargan de generar contenido inédito, ya sea a través de texto, audio o vídeo. Por estadística pura, es inevitable que parte de estos usuarios generen (intencionadamente o no) piezas atractivas, noticiables y dignas de ser difundidas. Ya sea por ubicuidad (como los espectadores en primera persona de una catástrofe climática) o serendipia (aquellas personas que graban un paisaje cuando sucede algo inesperado), el contenido que crean estos usuarios se vuelve un activo de extremo valor para el público en general. Así se entiende en contextos mediáticos, pero también están de acuerdo las marcas: según Adweek, aproximadamente el 72% de las marcas confían en el UGC. Lo hacen tanto por su autenticidad, como por su capacidad de crear engagement con el usuario.
Como bien remarcan los documentalistas audiovisuales Iris López de Solis y Carlos Martín López en el monográfico de Ediciones Complutense Periodismo ciudadano y archivos audiovisuales. Verificación, uso y gestión de imágenes UGC, las imágenes UGC se han establecido como una fuente audiovisual ampliamente extendida en los informativos televisivos, lo que implica una serie de desafíos adicionales que abarcan desde la check hasta las cuestiones éticas.
Porque hay una realidad: aunque el periodista pueda ver de forma pública una publicación de interés informativo en las redes sociales, no puede usarla libremente, y mucho menos integrarlo en su archivo. Julia Martínez Zaragoza, abogada en Bardají&Honrado, aclara que en base a lo recogido en la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, y en la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, “el uso inconsentido y la difusión de la imagen de una persona fuera del contexto en que se publicó (la red social) constituye una vulneración de su derecho fundamental a la propia imagen, así como una vulneración a su derecho fundamental a la protección de datos personales, dado que la imagen es también un dato personal”. Por tanto, la autorización se torna en un requisito fundamental.
Sin embargo, este no es el único reto que aborda el broadcaster. Más allá de conseguir la autorización para poder difundir esas imágenes, será necesario asegurarse de que el UGC sea el contenido original, ya que la redifusión y la modificación de los contenidos originales es parte intrínseca de la naturaleza actual de las redes sociales. Para abordar esta cuestión, la tecnología será de gran ayuda.
En búsqueda del UGC original
El contenido UGC necesita ser identificado a través de cuatro parámetros, tal y como remarcan López y Martín: procedencia, fuente, fecha y ubicación.
Para la cuestión de la procedencia, López pone en valor una herramienta imprescindible para su día a día: el proyecto europeo Inside, a solución multitarea que cuenta con una extensión para Google Chrome. Esta iniciativa, financiada por el proyecto Horizon 2020 de la European Union, permite extraer fotogramas claves de vídeos de YouTube, Twitter, Facebook o un archivo. mp4 para posteriormente hacer una búsqueda inversa. Del mismo modo, cuenta con una función de extracción de metadatos EXIF que permitirá dar información de los derechos de reutilización de vídeos de Twitter o YouTube. Del mismo modo, Invid cuenta con una amplia selección de herramientas de comprobación de fotografías. Otras herramientas de utilidad a día de hoy son Search by Image, una extensión de Chrome que permite buscar en distintos motores de búsqueda como Google, Yandex o Tineye; Bing Images, que deja realizar un recorte de partes específicas de una imagen para realizar una búsqueda inmersa, o Azure Video Indexer, una API de IA que identifica caras y realiza búsquedas inversas de imágenes.
The confirmación de la fuente se configura como un proceso imprescindible a la hora de tratar con UGC. En este momento, el trabajo del documentalista pasará por responder a preguntas que traten de identificar la existencia del usuario y descubrir qué tipo de contenido sube. Por ejemplo, si un usuario genera contenido completamente local y muy localizado en la región de Cantabria, podría ser poco probable que pueda haber generado el contenido original de un incendio que está aconteciendo en Brisbane (Australia).
Finalmente, sobre la confirmación de fecha y ubicación, existen herramientas como Mapillary, una plataforma de Street view que habilita el mapeo web a través de geoetiquetas de imágenes procedentes de crowdsourcing; Map Switcher, una extensión de Chrome que permite ver una localización cambiando entre múltiples aplicaciones de mapas; Insecam o Worldcam, imágenes procedentes de cámaras de seguridad que están siendo especialmente interesantes para la cobertura de la guerra en Ucrania; o Wolfram Alpha o Weather Underground que servirán para, por ejemplo, identificar las condiciones metereológicas en un momento concreto. La búsqueda inversa también permitirá conocer en qué momento apareció el vídeo por primera vez, mientras que herramientas como Suncalc.net permitirá descubrir el movimiento solar y las fases de luz solar de un día y hora concreto. Sobre la ubicación, Google Street View, Wikimapia o Geovisual Search ayudarán a geolocalizar un vídeo analizando letreros, localizando monumentos, identificando matrículas o encontrando paisajes distintivos.
Los metadatos y las redes sociales
Otro procedimiento útil para verificar un contenido es mediante la extracción de los metadatos EXIF. En este conjunto de datos figura información sobre la cámara utilizada, los parámetros del disparo (sensibilidad, distancia focal o apertura del diafragma), modos del disparo, o las características de la foto (tamaño, fecha, hora y lugar). Serán estos últimos datos los que, según López, permitirán conocer la fuente y la geolocalización de una imagen y verificarla. Para extraerlos, una herramienta de utilidad es la extensión de Google Chrome Send to Exif.
Los metadatos EXIF serían de gran utilidad en el tratamiento de imágenes procedentes de redes sociales, si bien gran parte de ellas eliminan estos datos al subir la imagen. Para identificar este contenido, habrá que prestar especial atención a cómo muestra la información cada plataforma. En el caso de Facebook y Twitter, ambas muestran la hora seleccionada en el ordenador y dispositivo; en el caso de que el usuario no esté registrado, los tuits aparecen en la fecha horaria en tiempo del Pacífico, el huso horario oficial correspondiente o Coordinated Universal Time. En el caso de YouTube (al igual que Instagram), la fecha y hora corresponderá a la hora del tiempo del Pacífico. Las herramientas Youtube Data Viewer e Inside podrán proporcionar la hora UTC de publicación (en abierto) y la conversión a cada hora local.
Mención aparte merece el caso de TikTok, una herramienta que analizamos en profundidad y que también ha adquirido un gran protagonismo, tal y como remarca López, al mostrar imágenes del día a día de los ciudadanos durante el conflicto bélico; una buena oportunidad, pero al mismo tiempo, “una gran fuente de desinformación”, según indica la documentalista. En el caso de la red social china resulta más complejo verificar la fecha de subida del vídeo, pero es posible. Para ello, se deberá consultar el código fuente del contenido y localizar su fecha de creación o “create time” en formato Unix. Para convertirlo en formato UCT es posible utilizar la herramienta Epoch converter.
La motivación y el contenido ya verificado
A estos cuatro elementos se suma la motivación, concepto recogido por First Draft que no fue incluido en la publicación original. La propia Iris López subraya a Panorama Audiovisual la necesidad de considerar este último punto, si bien en la práctica es difícil obtener una respuesta definitiva a esta cuestión: “¿Por qué se creó la cuenta de esa red social, la página web o el contenido a verificar? Este último pilar no se incluye en el artículo de hace cinco años. La motivación de por qué alguien graba y comparte un contenido en las redes sociales es algo difícil de averiguar, aunque tener información al respecto no resultará muy útil en el proceso de verificación”, apunta.
López también considera interesante comprobar si el contenido ya ha sido verificado, ya que la proliferación de UGC ha impulsado un importante número de herramientas que permitirán que, con una simple búsqueda de palabras claves, se pueda localizar un desmentido. A este respecto, la documentalista audiovisual y verificadora digital identifica herramientas como el buscador de bulos de Google Fact cheek tools. A nivel temático, destaca la base de datos The Coronavirus Facts y #Ukrainefacts, iniciativas ambas de la International Fact-Checking Network, así como el mapa Russia- Ukraine Monitor Map, en el que ha colaborado Bellingcat, portal especializado en el periodismo de investigación a través de la verificación de hechos e investigación de fuentes abiertas.
Con respecto a la labor de los verificadores, López considera que para España resultan muy interesantes public initiatives as Efe Verifica. A nivel internacional, la documentalista destaca Snopes, The Observers, Décodex, Visual Forensics of The Washington Post o herramientas de agencias internacionales como AFP Fack Check, Reuters Fact Check, AP Fact Check o Eurovision Social Newswire. Finalmente, López menciona el observatorio Iberifier.
¿Cómo se accede al contenido UGC?
El documento de López y Martín hace referencia a tres canales a través de los cuales los broadcasters podrán acceder a imágenes UGC. El primero son las agencias internacionales, que ya ofrecen a sus clientes envíos de imágenes UGC (que aportarán inmediatez y cercanía, en la línea del periodismo ciudadano) previa verificación. En ocasiones, primarán la velocidad y la relevancia de las imágenes to the verificación de las mismas. En el caso de que el propietario de los derechos acabara por reclamar una compensación, la responsabilidad caería sobre la televisión que ha utilizado las imágenes, y en ningún caso sobre la agencia. Otra fuente externa destacada son consorcios de noticias as ENEX o Eurovision News Exchange, que, de nuevo, cuentan con una unidad dedicada a la verificación de las imágenes.
En muchas ocasiones, sobre todo en lo referido a cobertura de televisiones locales, serán las propias televisiones las que buscarán o recibirán imágenes procedentes de redes sociales En esta ocasión, los equipos de verificación de cada televisión deberán hacerse cargo de realizar los trámites necesarios para la correcta utilización de las imágenes, si bien hay ocasiones en las que estas se comparten sin ser comprobadas al 100%.
El contenido UGC en las redacciones
El uso de UGC por parte de los broadcasters, sobre todo en aquellos casos en los que se decide primar la inmediatez, genera problemas en materia de archivo. Las imágenes quedarán almacenadas como parte de los programas informativos o de entretenimiento que las albergarán sin autorización. Previamente, se habrá realizado una ingesta en los servidores de redacción para el trabajo de la edición de las piezas.
Según recoge el estudio de López y Martín, en televisiones como Castilla La Mancha Televisión, Aragón Televisión, Telemadrid, Atresmedia, TV3 o TVE existe una recomendación manifiesta of no usar estas imágenes sin la autorización pertinente, si bien estas imágenes se difunden cada vez con más asiduidad. Ante esta situación, la cual ha venido acompañada del auge de las fake news como problema derivado de la explosión del UGC, un importante número de televisiones han impulsado divisiones de verificación y desarrollado protocolos para gestionar el uso de estos contenidos.
Retos del UGC
A día de hoy, quedan muchos desafíos por superar. He valor del UGC, the fuerza de sus imágenes and the aceptación de una menor calidad de imagen surgida a raíz de la reducción de esfuerzos tecnológicos por la pandemia han derivado en que los usuarios no les moleste ver una imagen pixelada o de dudosa fuente.
He impacto y la inmediatez, en un contexto en el que las televisiones deben rivalizar con el poder del titular en redes sociales, puede sobrepasar barreras necesarias correspondientes a la propiedad intelectual o a cuestiones éticas. López señala como ejemplo acontecimientos como breaking news, catástrofes naturales, elecciones y noticias de gran impacto, las cuales suelen venir acompañadas durante las siguientes 24-48 horas de una importante desinformación.
La apuesta por el UGC es clara. Habrá que esperar si este camino llega acompañado de protocolos de actuación, catalogación y verificación que permitan que esta fuente tan atractiva pueda estandarizarse en la producción broadcast con todas las garantías que históricamente han acompañado a la información televisiva.
A report by Sergio Julián Gómez
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