NFT and the audiovisual world: the future or just another smokescreen?
Durante los últimos tiempos, nombres destacados del audiovisual han afirmado que los NFT (Non-Fungible-Tokens) podrían representar una fantástica vía de ingresos por parte de creadores y propietarios de derechos. ¿Es esto cierto? ¿Qué son realmente los NFT? ¿Qué hay detrás de este fenómeno? Lo analizamos en Panorama Audiovisual.
El futuro. Vaya concepto. Además, uno estrechamente ligado a la industria audiovisual. De manera recurrente, “el futuro” va acompañado de ciertas palabras que apuntan a una transformación inédita del mundo broadcast y de la producción cinematográfica.
Ante gurús, campañas de orquestación digital repletas de impactos y la experiencia previa de formatos no tan extendidos, the cautela se erige como la mejor aliada a la hora de analizar estos llamamientos. Cantaban los también extintos Astrud en “El vertedero de Sao Paulo” que en la ciudad brasileña se acumulaban montañas de copias de evaluación de Windows Vista. Es muy probable que si rebuscamos, también encontremos artículos que proclamaban el éxito del 3D estereoscópico, he Google Glass, he Laserdisc, he Betamax or the HD-DVD.
Como no podría ser de otra forma, la obligación de medios de comunicación y responsables de innovación es la de la de prestar extrema atención a estos nuevos conceptos, analizarlos con una perspectiva crítica, estudiar la permeabilización social e industrial y, finalmente, decidir si es ahora (o nunca) el momento de adoptarlos o no. Se podría analizar con la misma perspectiva conceptos sonados como el metaverso o las emisiones en 8K. Sin embargo, hoy es momento de hablar de los NFT.
¿Qué son los NFT?
Los NFT son Non-Fungible-Tokens. Es decir, elementos únicos que “no pueden ser remplazados por otro”. Pero lo cierto es que esta definición, a todas luces escasa, se extiende en miles de artículos en la web. Es mejor abordarlo de una manera más directa.
Un NFT es un elemento intangible al que se le decide aportar valor mediante una certificación. Ese elemento certificado a través de blockchain puede ser revendido haciendo que se multiplique su valor.
Sin embargo, ¿es realmente único? ¿Hasta qué punto puede tener valor? ¿Es realmente exclusivo?
Los NFT son exclusivos… o no.
Tomemos un ejemplo para ilustrar la relativa exclusividad de los NFT, elegido a la perfección por el comunicador Baity Bait a través de su canal de YouTube: uno de los primeros tuits de la historia.
Jack Dorsey, CEO of Twitter hasta hace apenas unos meses, decidió vender como NFT su primer tuit. Una captura de pantalla, sin ningún otro elemento diferenciador al que cualquier usuario podría acceder. Este token, subastado en la plataforma Valuables, se vendió por 2,9 millones de dólares. El comprador, Sina Estavi, recibió la captura del tuit and a certificate proporcionado por la plataforma de blockchain Cent como poseedor de ese NFT.
¿La adquisición hace propietario de ese tuit concreto, publicado hace ya más de 15 años? No. Le hace propietario de esa captura concreta certificada y avalada por una plataforma de blockchain. Otra pregunta más: ¿podría el propio Dorsey volver a hacer una captura, certificar un nuevo NFT y ponerlo a la venta? Así es.
Las plataformas de NFT, a pesar de esta intangibilidad del activo (que va arrastrada por su propia definición), suele acompañar con promesas no contractuales que el elemento no volverá a ser subastado. Sin embargo, nada asegura esta máxima, ya que hablamos de un elemento único pero replicable hasta el infinito. Es muy fácil hacer CTRL+C y luego CTRL+V.
El origen: criptomonedas, Ethereum y NFT
En 2021, según NonFungible.com (una fuente acreditada por medios como Fortune o Euronews), el mercado de los NFT alcanzó los 17.000 millones de dólares, un salto del 21.350% en comparación con lo que generó en 2020. Otro dato: la mayor parte de las transacciones se hizo a través de la compra con criptomonedas. Otro ámbito que, como el lector sabrá, va muy relacionado con un crecimiento explosivo difícilmente explicable en un contexto macroeconómico (dejando fuera de la ecuación la especulación y la inflación). ¿Y cuál es el punto en el que ambos conceptos se unen? Ethereum.
Ethereum es una plataforma construida en torno al concepto web 3.0 y blockchain que, de hecho, cuenta con su propia criptomoneda: Ether, la segunda con mayor capitalización del mercado tras el archiconocido Bitcoin. Y Ether, a su vez, es la principal criptomoneda que se utiliza para la compraventa de NFTs.
Tal y como señaló el analista Alexander Mitrovich (y propietario de la plataforma de blockchain Unique) en Nasdaq, la ascensión de los NFT, basada en la atribución y la certificación a un activo no tangible, fue impulsada definitivamente por Ethereum (y Ether). Ethereum, beneficiándose de su posición como certificadora vía blockchain de NFT, aprovechó para consolidar su presencia en los principales marketplace.
Inflando los precios de los NFT
El lector recordará como hace unos minutos se ha mencionado el nombre de Sina Estavi, comprador de uno de los primeros tuits. Es el momento de aportar un dato más: Estavi es CEO of Bridge Oracle, plataforma de blockchain especialmente activa en el mercado de los NFT. No es el único caso en el que grandes inversores en criptomonedas y plataformas de blockchain ejecutan gigantescas inversiones para generar mercado e incentivar un mensaje: el NFT es un activo (que tienes y no tienes) que vale mucho dinero y podrá revalorizarse.
Otro ejemplo es el de CryptoPunks of Larva Labs, una colección de iconos de 24×24 píxeles creados de forma aleatoria a través de un algorithm. Hablamos de la que posiblemente la colección más icónica del mundo de los NFT, con alguna de estas piezas vendidas por 23,7 millones de dólares. La colección completa de NFT y el software que los genera han sido comprados recientemente by Bored Ape Yacht Club, propietarios y creadores de otra amplísima colección de NFT, Bored Apes, saga de NFTs que, a día de hoy, ya han generado un movimiento de 1.500 millones de dólares.
Apenas unos días después de la adquisición, el colectivo detrás de esta colección de NFT lanzó su propio token de criptomoneda, ApeCoin. Parece casual, pero no: los NFT and the cryptocurrencies son dos conceptos profundamente ligados.
¿Son los NFT un esquema Ponzi?
Respondiendo a la pregunta: sí. Podría ser. O, desde luego, se parece mucho.
And esquema Ponzi se basa en una promesa: conseguir grandes ganancias con un mínimo riesgo. El impulsor del esquema contará con un séquito de afiliados a su negocio que defenderán la validez de las operaciones y serán. A su vez, muchísimos otros inversores prestarán sus recursos a un menor volumen para sostener la estructura primigenia. Siempre que sigan llegando los inversores, se sostendrá el esquema. Si desaparece esas inversiones, desaparecerá el valor y la pirámide acabará por derrumbarse.
Los NFT, como modelo de negocio, se basan en el valor que se le da (un valor, además, intangible) a un activo digital mediante una certificación. Al entrar nuevos compradores de estas obras audiovisuales (ya sea una mera captura de pantalla, un gif o un vídeo), se crea un valor que alimentan a plataformas de compraventa de NFT as OpenSea, Axie o Foundation y a plataformas de blockchain as Ethereum o Bridge Oracle. Y, a su vez, la pervivencia de ambos mercados alimenta and mercado emergente, caótico y apenas regulado: las criptomonedas.
Es ciertamente posible que, en el momento que la fiebre por los NFT cese, las grandes inversiones carezcan de sentido. De ahí, el amplísimo esfuerzo de ligar los NFT at grandes celebridades, a los video game o a la industria cultural por excelencia: el cine.
Primeros pasos de la industria audiovisual
He cine, criptomonedas y blockchain aparte, es un continuo generador de contenido con un valor intangible. Al igual que otras industrias culturales, es capaz de generar un valor emocional que consigue crear al espectador una sensación de pertenencia, de emoción and of engagement con personajes, mundos, actores o filmografías totalmente ajenos a su realidad sociocultural. De esta forma, el espectador se muestra fiel a platforms, a salas de cine, creadores o a sus sagas preferidas mediante la compra de entradas o productos derivados, tales como merchandising en forma de pósteres, líneas de ropa, funkos o Lego.
La oportunidad para las productoras de monetizar con elementos intangibles aquellas sagas, movies o creaciones individuales en torno a sus productos culturales es incuestionable. Para muestra, un “hipotético” botón: LucasArts (por ende, Disney) podría encargar la creación de 500 Darth Vaders digitales para que los fans puedan adquirirlos y descargarlos en sus dispositivos móviles (si bien, a día de hoy, ya ha comercializado colecciones de NFT vía VeVE); la estadounidense ABC podría capturar un sketch ya emitido de su Saturday Night Live y venderlo como NFT; o, directamente, un actor podría hacerse un selfie y distribuirlo mundialmente a través de una platform: el usuario recibiría un certificate y una imagen en la máxima resolución que su iPhone pudiera otorgarle.
NFT, broadcasters y productoras
Ya existen proyectos tangibles en el mundo audiovisual que explorando los NFT como modelo de negocio. Fuera de nuestras fronteras, tenemos ejemplos como el del grupo audiovisual Fox, que invirtió 100 millones de dólares en la tecnología de Eluvio para seguir potenciando su unidad creativa y de negocios NFT Blockchain Creative Labs; Curio, a plataforma NFT especializada en explotar colecciones basadas en licencias de películas; o Legendary Entertainment, que ya ha lanzado NFTs de algunos de sus éxitos comerciales como Godzilla vs. Kong o Dune. Incluso cineastas como Quentin Tarantino se han lanzado a comercializar descartes e ilustraciones de su Pulp Fiction como NFT. Incluso los NFT se están usando como vía de financiación.
La lista se extiende a muchísimas compañías de primer nivel como Warner Bros., Disney, Lionsgate, Fox, ViacomCBS, WWE, UFC, CNN or the Museo de la Academia de Hollywood, tal y como recoge Variety. En España tenemos ejemplos como el de Exile Content Studio, que ha creado una selección de NFT que servirá como base para una nueva franquicia de entretenimiento llamada Lil’ Heroes.
Los NFT son lo que son. Aunque es bastante probable que cada uno querrá ver en ellos lo que quiera. Pueden ser una inversión, pueden ser una oportunidad, puede ser perder ahorros de una vida o pueden ser un dibujo creado en apenas milisegundos por un ordenador. Responden a varias realidades, mentalidades y modelos de negocio que, en determinados ámbitos, se podrían entender como el presente del mundo del coleccionismo.
¿Será el futuro para el mundo audiovisual? La industria dice sí. He inversor, también.
¿Y el espectador?
An article by Sergio Julián Gómez
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