3D y salud visual: se abre el debate
Al mismo tiempo que el 3D está generalizándose a ritmo trepidante, principalmente en cine y ahora también en televisión, están surgiendo las primeras voces que alertan sobre los peligros de la estereoscopía: alteraciones en la visión relacionadas con el proceso de estereopsis y en caso extremos náuseas y convulsiones. La impaciencia de Hollywood por sacar títulos en 3D partiendo de producciones 2D podría incentivar una mala percepción del 3D en el espectador.
Desde los inicios de la estereoscopía en el cine allá por los años 30, ha preocupado siempre el cansancio y las molestias que el 3D podía generar en el espectador. La irrupción en los últimos años de los sistemas de proyección digital que permiten una sincronización perfecta de las imágenes de ambos ojos y el desarrollo de avanzadas técnicas estereoscópicas en captación y postproducción parecían haber superado para siempre estas molestias.
Sin embargo, coincidiendo con una peligrosa generalización del ‘todo vale’ en 3D se están comenzando a cometer verdaderas aberraciones en un proceso tan complejo como el estereoscópico debido, en cierto modo, a la presión que la industria del cine está ejerciendo para contar con producción 3D (tirando en algunos penosos casos directamente de material 2D).
Al mismo tiempo, han comenzado a alzarse algunas voces sobre los problemas que el 3D, sobre todo si no está cuidado, puede causar en procesos claves en la visión humana como la estereopsis. Este proceso en la percepción visual es la que genera sensación de profundidad a partir de dos proyecciones ligeramente diferentes del mundo físico en las retinas de los ojos. A esta diferencia en las dos imágenes retinianas se le llama disparidad horizontal, retiniana o binocular, y se origina por la diferente posición de ambos ojos en la cabeza.
El efecto de profundidad al contemplar una película 3D es posible porque cada uno de los ojos, separados entre sí por una distancia aproximada de 6,5 centímetros, aprecia la misma imagen con un ángulo ligeramente diferente creando en el cerebro la sensación de 3D. Este proceso requiere un esfuerzo adicional del cerebro.
Según los ópticos optometristas, consultados por Panorama Audiovisual, si un espectador sufre, por ejemplo, alguna anomalía en su visión como estrabismo, ojo vago, desprendimiento del vítreo posterior, problemas de convergencia visual, descompensada o desequilibrios musculares (aunque sean prácticamente inapreciables en el día a día), el cerebro deberá hacer un sobreesfuerzo pudiendo provocar dolor de cabeza y otras molestias en la visión. Aunque el cerebro maneja con naturalidad muchos de estos desequilibrios leves en la rutina diaria, en estos casos no lo conseguiría ante una película 3D con las consiguientes transtornos.
Según algunos estudios llevados a cabo por optometristas, alrededor del 10% de la población no es capaz de apreciar un efecto 3D o lo percibe de forma inapreciable o con molestias considerables.
Advertencias de Samsung ante el 3D
En algunos países, según la legislación de cada territorio, Samsung ha comenzado a alertar en el manual de su nuevo televisor 3D sobre algunos potenciales problemas que la estereoscopía podría generar en la visión de los espectadores. Aunque todos conocemos la ‘exageración’ que por motivos legales suele primar en este tipo de advertencias, lo cierto es que el fabricante aconseja que aquellas personas con antecedentes de epilepsia e incluso mujeres embarazadas deberían evitar ver 3D.
“Los niños y adolescentes pueden ser más susceptibles a problemas de salud asociados con la visualización en 3D y deben ser supervisados de cerca durante la visualización de estas imágenes. Algunos espectadores pueden experimentar un ataque epiléptico o un derrame cerebral cuando se expone a ciertas imágenes intermitentes o luces que figuran en ciertas imágenes de televisión o los videojuegos […] Si usted experimenta alguno de los siguientes síntomas, dejar de ver imágenes en 3D inmediatamente y consulte a un médico especialista: alteraciones en la visión, sensación de mareo, mareos, movimientos involuntarios en ojos o contracciones musculares; confusión, náusea; pérdida de la conciencia; convulsiones; calambres, y/o desorientación. Los niños y los adolescentes pueden ser más propensos que los adultos de experimentar estos síntomas”, ha recogido Samsung en el manual de sus equipos en Australia.
¿Exceso de celo por parte de los abogados de los fabricantes y de ópticos optometristas? El debate está abierto…
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