Convivir con la Covid-19 en los rodajes, un año después: el caso de ‘Cuéntame’ (Grupo Ganga)
En el aniversario de la reanudación de los rodajes bajo el contexto de la Covid-19, Aníbal Vázquez (director de producción de Cuéntame Cómo Pasó) reflexiona sobre el estado actual de las producciones y cómo la pandemia sigue afectando al día a día del Grupo Ganga.
Si hay un sector que no se ha visto afectado (profundamente) por el impacto económico de la Covid-19, ese ha sido el de las producciones audiovisuales para televisión y plataformas digitales. Tras los periodos de confinamiento total, numerosos rodajes se reanudaron, acuciados por la demanda de contenido original televisivo en la lengua de Cervantes, el crecimiento de la demanda de consumo audiovisual, un modelo de ocio derivado a la pequeña pantalla dada la imposibilidad de salir de casa o la extrema competencia coyuntural entre multinacionales en términos de servicios VOD.
El caso de Grupo Ganga es diferente. A pesar de su amplia trayectoria, actualmente no se encuentran en las trincheras en la guerra mundial de las plataformas. El Kern de su producción va a parar a RTVE, ya sea en el caso de su nueva IP HIT (cuya segunda temporada ya se está rodando) o la que posiblemente sea la joya de su corona: Cuéntame cómo pasó, que ya prepara su 22ª temporada. La anterior comenzó su rodaje en agosto de 2020, pero… ¿bajo qué medidas? ¿Cómo fueron los primeros pasos de la producción? Casi un año después, ¿qué ha cambiado? ¿Han evolucionado los protocolos? ¿Qué sensaciones se viven en un rodaje tan exigente como el de Cuéntame? Aníbal Vázquez traslada su experiencia de primera mano.
Junio de 2020 – El reinicio
El rodaje de la 21ª temporada de Cuéntame Cómo Pasó tenía previsto echar a rodar en marzo de 2020. Pero todos sabemos lo que sucedió. Ante el cierre de la actividad no esencial dictaminado por el Gobierno, Grupo Ganga se vio obligada a retrasar todo. No sabían cuándo se reanudaría la actividad. Simplemente, como relata Vázquez, “cada uno estábamos en nuestras casas, viendo cómo evolucionaba la situación y qué nos iban contando”.
Una vez que se abrió la veda de los rodajes, el primer paso que se dio fue atender a los protocolos de seguridad que se ofrecieron para el sector audiovisual. Sin embargo, eran imprecisos. No había coherencia entre ellos. Si el protocolo a nivel nacional daba unas recomendaciones, el regional atendía a otras. Fue un periodo difícil, dado que las certezas escaseaban.
Finalmente, Vázquez y los suyos decidieron seguir su propio camino. Interiorizaron las bases de estos documentos, pero redefinieron muchos de sus procesos. En las zonas de maquillaje y peluquería, ampliaron las distancias a metro y medio con el fin de favorecer la ventilación y aumentar la distancia social; a la hora de entrar a los rodajes, se establecieron controles de temperatura; y en la zona de comedor, se implantaron turnos de comidas y se instalaron pantallas protectoras. Se tomaron muchas otras medidas, entre las que encontramos la decisión de hacer PCR periódicamente a todos los actores y técnicos, o la alternancia de horarios entre las diferentes unidades de rodaje. Cualquier precaución era poca.
Nuevas necesidades, nuevos perfiles
Una pauta que se solía repetir en los diferentes protocolos oficiales era la de reducir los equipos de rodaje. Una buena idea sobre el papel, pero una quimera en la realidad audiovisual de nuestro país, en la que el personal no está sobredimensionado, sino completamente definido para ajustar presupuestos y responsabilidades al máximo.
Vázquez se enfrentó a esta recomendación, pero no puedo atenderla. El día a día de la nueva realidad de los rodajes requería nuevos perfiles, como médicos que contrataron para realizar los distintos test y hacer el seguimiento de las pautas.
Paralelamente, muchos de los equipos de Erzähl mir, wie es passiert ist tuvieron que ser redimensionados. Por ejemplo, dentro del área de sonido, se definió a un único responsable de microfonear a los actores para así tratar de exponer a las mínimas personas posibles a un contacto estrecho. Del mismo modo, se tuvieron que elegir responsables para nuevas tareas, como la del control de las mascarillas de los actores: “¿Dónde se deja? ¿Quién la recoge? ¿Dónde se recoge?”, comenta Vázquez al respecto.
Si bien no se pudo prescindir de perfiles profesionales, desde el equipo de producción sí se hizo un esfuerzo para reducir el número de personas presentes en el set: “Nuestra lucha fue que los equipos entrasen de un modo ordenado y de manera separada en la medida de lo posible”. Para acompañar esa decisión, se decidió instalar monitores para que cada departamento pudiera hacer el seguimiento del rodaje desde distintos puntos del estudio: “De esta forma, se podría identificar si fallaba un racord o si era necesario un retoque de pelo de manera remota”.
Rodajes más caros
Como es lógico, y a falta de ayudas específicas para la gestión de las nuevas necesidades sanitarias, los rodajes se han encarecido al tener que redimensionarse los equipos. El día a día viene acompañado de nuevos consumibles, como los propios test, mascarillas o gel hidroalcohólico. Y, como todo lo nuevo, se necesita tiempo para adaptarse: “Aunque la exigencia no era tener una PCR semanalmente, nosotros lo hicimos. Poco después, tomamos la decisión de aumentar la frecuencia de los test y reducir el espaciado entre las pruebas para así dar más seguridad a todo el equipo”.
De forma paralela, Ganga ha aprovechado la ocasión para acondicionar numerosos espacios, mejorando distanciamiento y ventilación. Como Vázquez confirma, estos cambios llegan para quedarse.
La situación en 2021
Anibal Vázquez considera que, un año después, ha cambiado el ambiente que se respira en el set: “A día de hoy, todos conocemos un poco más de esto; todos hemos aprendido que es algo con lo que hay que convivir y entiendes que, en algún momento, terminará”.
Actualmente, Vázquez está centrado en la preproducción de la 22ª temporada von Erzähl mir, wie es passiert ist. A pesar de que la pauta de vacunación ya ha alcanzado a una parte importante de los trabajadores, no se baja la guardia: se siguen haciendo test, se siguen utilizando mascarillas y se sigue comiendo por turnos. “A día de hoy, aunque vamos mucho mejor, no nos podemos relajar. (…) Hay que seguir con la misma preocupación y la misma atención hasta que, como sociedad, podamos sentir que esto ha pasado y, por tanto, nos podamos relajar”, afirma Vázquez.
No hay un horizonte previsto para dejar de afrontar medidas de protección frente a la Covid-19. Sin embargo, Vázquez desea que pronto llegue una comunicación oficial que les permita dejar todo atrás: “Si llegado diciembre alguien nos comunica que hay un porcentaje vacunado tan alto que se puede entender que hay inmunidad de grupo, adoptaremos las nuevas medidas con alegría y ganas. Pero hasta que llegue ese momento, no nos podemos relajar”.
¿El miedo sigue presente?
Con el paso de los meses, también ha evolucionado la manera de la que el equipo artístico y técnico se ha relacionado con la producción. Ya no existe ese miedo, estrechamente relacionado con el desconocimiento, que reinaba en 2020: “Cuando se relanzó el sector audiovisual todos teníamos muchas dudas. Salías de casa, más que con miedo (tras dos meses encerrado), con la incertidumbre de cómo lo íbamos a hacer cada uno de nuestra posición”. Como comenta Vazquez, en aquel entonces cada parcela no tenía claro cómo iba a realizar su trabajo. ¿Cómo iba a protegerse el maquillador? ¿Y el responsable de vestuario? ¿Y los encargados de fotografía?”
Aun reconociendo que cada persona lo ha gestionado a su manera, Vázquez considera que el esfuerzo realizado desde el equipo de producción ha tenido sus frutos: “Al principio te planteabas si sería seguro trabajar y salir de casa. ¿Me contagiaré?, me preguntaba. Luego te das cuenta de que las cosas se están haciendo bien. La gente te lo comenta. Te transmite que se siente cómoda con las medidas que se van adoptando. Hay, en definitiva, un esfuerzo por mantenerles seguros”.
Las producciones se transforman
Pese a las nuevas contrataciones, logística, reformas y pautas de test, Erzähl mir, wie es passiert ist se ha visto obligada a ceder al contexto sanitario. Como Vázquez reconoce: “El producto se adaptó, como todos”. De repente, una manifestación con 200 figurantes no tenía sentido. Se decidió contar la historia de una manera diferente.
Los rodajes en exteriores seguían siendo fundamentales, pero cada uno de ellos representaba un pequeño reto. ¿El motivo? Cada ayuntamiento, empresa, restaurante, oficina, gimnasio o colegio tenía una manera diferente de afrontar la situación sanitaria: “Todos tenían sus propios protocolos internos y estos a veces chocaban, por lo que muchos de estos espacios prefirieron prescindir de acoger rodajes durante un tiempo”.
No obstante, con el paso de las semanas todo se fue flexibilizando. Vázquez destaca la labor del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para irse adaptando a cada circunstancias y facilitar, dentro de lo posible, que todo se desarrollara con la mayor fluidez posible.
El día que todo vuelva a ser como antes
Durante este año se ha vivido una situación inédita. Los profesionales técnicos de todo el mundo se han adaptado a una nueva circunstancia. Vázquez se siente orgulloso de haber logrado, junto con su equipo, una producción segura para toda la familia de Grupo Ganga. No obstante, desea profundamente volver a esas sensaciones tan únicas que previamente despertaban los rodajes: “Los climas que se generan dentro de una producción como la nuestra hace que se generen pequeñas familias o subfamilias. Eso no se ha llegado a perder, pero sí es verdad que echas de menos esa cercanía, ese abrazo que das al compañero”.
“Todo el mundo tiene unas ganas tremendas de que su vida vuelva a ser lo que era, laboral y personalmente”, concluye Vázquez, resumiendo una sensación no solo compartida por los responsables de Cuéntame o por el Grupo Ganga, sino por toda la industria.
Ya queda menos.
Ein Bericht von Sergio Julián Gómez
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