Telespan startet eine neue Linie mit hochbudgetierten internationalen Koproduktionen

La compañía del grupo Vértice 360 adquiere los derechos de la adaptación audiovisual de ‘Ida y Vuelta. La vida de Jorge Semprún’.

Telespan, una compañía perteneciente a Vértice 360, grupo audiovisual especializado en la producción y distribución de contenidos, con un enfoque internacional y con productos como Con el culo al aire, Doctor Mateo, La familia Mata, Cuestión de sexo o La Princesa de Éboli en su catálogo, abre ahora una nueva línea de negocio con la coproducción internacional de alto presupuesto.

El primer proyecto será una serie basada en la adaptación audiovisual del, libro Ida y vuelta. La vida de Jorge Semprún (Editorial Debate).

El cineasta Agustín Díaz Yanes (Oro, Alatriste…), apasionado de la vida y obra de Semprún, estrella de la literatura y referente cultural y de la memoria del Holocausto, será el encargado de la producción ejecutiva y de la escritura del guion de la serie surgida de la adaptación de la biografía escrita por Soledad Fox Maura sobre este singular escritor, espía, político y guionista cinematográfico.

Semprún, una vida de película

La vida de Jorge Semprún es prácticamente la historia de Europa del siglo XX. Hasta su muerte Semprún ha sido una de las figuras españolas de mayor proyección y relevancia internacional. Recientemente Nueva York ha acogido una restrospectiva sobre su figura con todas las películas en las que participó como guionista y director.

Federico Sánchez fue para Jorge Semprún mucho más que un alías. Fue un heterónimo. Un personaje con vida propia al que Semprún volvería una y otra vez para explicar su historia.

Su carrera literaria fue tan fulgurante como su carrera política. Premios internacionales, nominaciones al Oscar y continuas apariciones en los programas culturales más destacados de la época. Francia le acogió como uno de los suyos. Pero el nunca quiso renunciar a su nacionalidad española, siempre fue un rojo español, un rotspanien en la terminología nazi.

Durante sus 89 años de vida, Semprún luchó con la dualidad de su identidad española y su identidad francesa. Francia le acogió, le dio su lengua y le colmó de honores. España, siempre le miró con desconfianza, nunca aceptó del todo al intelectual afrancesdo, al deportado, al militante comunista.
Murió en París, el 11 de julio de 2011 y pidió ser enterrado en Biratou, el pueblecito vasco-francés en el que se refugiaba durante la dictadura en sus viajes clandestinos.

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