‘Futbolín’, el desafío de Juan José Campanella en el mundo de la animación
En total, han intervenido en este ambicioso proyecto casi cuatrocientos artistas, productores, programadores, y técnicos de quince nacionalidades. Grandes socios tecnológicos como HP, Intel y Telefónica han sido claves en todo el proceso.
Tras su estreno argentino, Juan José Campanella levanta hoy en España el telón de su último largometraje: Futbolín (Metegol, en Argentina). Realizado en 3D estereoscópico para exhibición comercial en salas cinematográficas, el guión está basado en el cuento Memorias de un wing derecho, de Roberto Fontanarrosa, y ha sido escrito por el propio director, Eduardo Sacheri, Axel Kuschevatzky y Gastón Gorali.
Se trata de una producción hispano-argentina con ambición internacional y el es el primer proyecto cinematográfico de Campanella después de haber obtenido el Oscar de la Academia de Hollywood por El secreto de sus ojos.
Juan José Campanella ha destacado que “nuestra intención era crear un mundo único y original. Creo que lo hemos conseguido, porque no he visto nada igual en ninguna otra película. En mi humilde opinión”.
Amadeo es un chico de pueblo pequeño con grandes habilidades como jugador de futbolín. El tiempo va pasando y ésa es la única destreza que ha desarrollado. Por supuesto, esto puede ser muy conveniente y útil cuando se es un niño, pero uno crece y esta habilidad se convierte más en una carga que otra cosa. No sirve de nada tener este talento en un mundo de adultos.
Capi es un jugador de futbolín con toda la arrogancia de un capitán de fútbol, pero que a medida que avanza la película se va convirtiendo en más humano y mucho más multidimensional.
Esta es la historia de un joven que se ha convertido en una estrella del fútbol internacional y que regresa a su ciudad natal con un plan: comprar toda la ciudad, convertirla en un gran estadio, y por fin resolver un conflicto personal pendiente con Amadeo: la humillación de haber perdido un partido de futbolín cuando eran niños. Y aquí es cuando los jugadores de futbolín comienzan a intervenir en la historia.
“Siempre me ha gustado la animación pero, lamentablemente, era como una zona prohibida para mí, porque el dibujo a mano alzada era algo con lo que nunca me pude relacionar. Vengo del mundo de las computadoras como editor y ahora que la animación ha llegado al mundo de la computación, me puedo sentar con un animador y hablar un código común, y para mí eso es mucho mejor, es mucho más creativo y propicio para la comunicación. Logramos el estilo de la película poco a poco, por prueba y error… después de un montón de pruebas. Tuvimos que crear un mundo compatible con la animación en 3D, y trasladarlo al mundo de la informática sin perder lo original y lo único de la creación.
Esta película demandó muchísimo trabajo, un montón de gente con talento, una gran cantidad de técnicos, un montón de gente creativa… y quise que ese trabajo, esfuerzo y talento se viera en la pantalla”, afirma Campanella.
La producción
Futbolín no es una película sobre futbolines, ni siquiera es una película de fútbol. Es por sobre todas las cosas una historia de amor, amistad y superación. Sus protagonistas descubren tras varios años de rutina que deberán poner el cuerpo y enfrentarse a un nuevo mundo con reglas muy distintas a las conocidas.
Para desarrollar la idea y escribir el guión se sumaron a Campanella, Axel Kutchevatzky, productor asociado de extensa trayectoria en cine, y el reconocido escritor Eduardo Sacheri, escritor y co-guionista del Secreto de sus Ojos con quien el director ya había logrado un éxito sin precedentes. El guión y el desarrollo del universo llevó más de 18 meses. Después siguieron otros 8 meses de preproducción. Formamos un ámbito de trabajo para intercambiar ideas entre el equipo de guión y el flamante equipo de arte, liderado por Nelson Luty y Mariano Epelbaum, directores de arte de la película. Muchas de las ideas que quedaron plasmadas en la película surgieron de aquellas sesiones de trabajo entre ilustraciones e historias que se retroalimentaban constantemente. Campanella finalmente dirigía al equipo y reescribía constantemente cada escena.
Cuatrocientos artistas
En total, han intervenido en este ambicioso proyecto casi cuatrocientos artistas, productores, programadores, y técnicos de quince nacionalidades.
Más de 3.000 entrevistas condujo el equipo liderado por Diego Rosner, productor ejecutivo, quien dejó gran parte de su vida y su salud capilar en esta película. Para él, convocar artistas de grandes estudios como Pixar, Dreamworks, o Weta, era una combinación de brindarles la posibilidad de trabajar junto a uno de los más reconocidos directores de la región, hacerlo con total libertad artística y sin la injerencia de los clásicos ejecutivos de Hollywood. Y si esto no era suficiente, para completar la seducción se ofrecía un dossier con imágenes de Buenos Aires, Madrid, los bares y la vida nocturna, y hasta la posibilidad de traer un acompañante a cargo de la producción. Después de todo, significaba embarcarse de lleno y durante más de dos años en un solo proyecto.
Sergio Fernandez fue el responsable de llevar adelante este barco como jefe de producción. Félix Monti, el legendario director de fotografía, aportó todo su conocimiento del cine clásico y lo llevó al entorno de la animación digital. Se cruzaban 3 generaciones. “El Chango” Monti que hacía la dirección de fotografía de películas cuando aún se editaban en moviola pasó meses rodeado de artistas argentinos, estadounidenses y europeos con piercings, tatuajes y cientos de monitores de LCD, bajo la supervisión de Eduardo Casado Dominguez. Sin embargo, el choque generacional rindió sus frutos. Los artistas jóvenes admiraban la sensibilidad y erudición de Monti y él finalmente aprendió a configurar su casilla de email en el celular. Esta interacción entre talento del cine clásico y talento del cine digital, creo que es una de las claves de Campanella para hacer de Metegol una película de su autoría. A este equipo se sumó Sergio Pablos, uno de los animadores más respetados del mundo y creador de Mi Villano Favorito.
La producción siguió con innumerables cruces del Océano. Las características de la coproducción hacía que parte del equipo se encuentre a cada lado del Atlántico. Manuel Polanco, Mikel Lejarza, Mercedes Gamero y Gustavo Ferrada, los productores españoles, sumaron miles de millas para mantener la producción en ritmo junto a Roberto Schroder, productor ejecutivo, responsable de administrar mes a mes el proyecto.
Universal Pictures sumó toda su experiencia en animación para la distribución de la película en Iberoamérica.
La demanda tecnológica que insumió Futbolín merece un capítulo aparte. El proyecto exigía mayor capacidad de procesamiento de datos que la que utiliza un Banco con millones de clientes, pero gracias a la colaboración de grandes socios tecnológicos como HP, Intel y Telefónica fue posible sortear este obstáculo. Los desafíos fueron constantes durante los más de tres años que llevó la producción de la película.
Making of
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=AAtHocCNewU[/youtube]
Tráiler
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sUaCyAM4P7w[/youtube]
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