Blake Horn elige la Pocket Cinema Camera 6K Pro de Blackmagic para ‘Mind Body Spirit’

Varias cámaras السحر الأسود Pocket Cinema Camera 6K Pro y el software DaVinci Resolve fueron empleados en partes clave de la producción de ‘Mind Body Spirit’, un largometraje dirigido por Alex Henes y Mathew Merenda, y fotografiado por Blake Horn.

En la película, Anya (Sarah J. Bartholomew) es una aspirante a influyente de yoga que se embarca en la práctica de un ritual que le dejó su abuela, de quien estaba distanciada. A medida que se obsesiona con dicha práctica y su poder, el espiritualismo y la autoayuda se convierten rápidamente en algo oscuro y siniestro cuando una entidad de otro mundo toma el control de sus videos de yoga y su vida. “Mind Body Spirit trata sobre los desafíos de la identidad personal en el mundo digital de la actualidad”, explica el propio Horn.

Una parte importante del largometraje es la apariencia de found footage de muchas de las imágenes del largometraje. Para ello, Horn tenía que crear una iluminación de poca profundidad ومع movimiento de cámaras simple. No obstante, esta puesta en escena evoluciona según el “horror de la realidad de Anya sale a la luz” con un mayor contraste y distancias focales más amplias, de entre 11 y 16 mm.

Para acometer la grabación de estas imágenes, el equipo de Mind Body Spirit se decantó por emplear la Pocket Cinema Camera 6K Pro ل السحر الأسود debido a su tamaño compacto, su peso liviano, su resolución 6K y su capacidad de grabar en formato بلاك ماجيك الخام: “Como queríamos que esta película pareciera una serie de videos de YouTube, rodamos con una cámara que nuestro personaje Anya podría permitirse y con la cual pudiera filmarse. El tamaño y el peso de este modelo hicieron que resultara extremadamente versátil y nos brindaron un nivel de flexibilidad que nos permitió tomar decisiones audaces el día de la filmación, y nunca nos vimos restringidos por limitaciones técnicas”.

“Pudimos pasar de una configuración a otra muy rápidamente con un equipo de filmación pequeño (Horn y el primer asistente de cámara, Sean Singer), y en todo momento tuvimos la capacidad de alternar entre una posición fija para YouTube, planos subjetivos, tomas panorámicas de 360 grados o una apariencia similar a la que se logra con un estabilizador flotante. La posibilidad de preparar todo rápidamente permitió que la colaboración entre los directores y yo fuera extremadamente fluida y que obtuviéramos exactamente el tipo de sensación que buscábamos para cada escena”, añade Horn.

Cohesión y una atmósfera terrorífica, con DaVinci

Partiendo del found footage que muestra la evolución de Anya, el objetivo durante el etalonaje fue crear una sensación cohesiva y natural, equilibrando y dando forma delicadamente a la fuente lumínica que Horn había creado intencionalmente, y al mismo tiempo realzar la atmósfera de pánico a medida que la película avanza. En palabras del responsable de color de la película, Nicholas Lareau: “Decidimos centrarnos en la luz y los colores y mejorarlos escena por escena, asegurándonos de que Anya fuera el centro de atención. Parte de ello se hizo para provocar una mayor sensación de miedo a medida que la película se adentra en el territorio del terror, manteniendo cosas ocultas o tratando de manipular partes del encuadre para guiar al espectador adonde se posa la mirada”.

Para abordar estos desafíos, Lareau realizó varios ajustes sutiles con máscaras y, gracias a la posibilidad de importar archivos DCTL, pudo retocar aún más algunos parámetros del tono, la saturación y la densidad. Por otro lado, para tratar las frecuentes secuencias oscuras con una sola fuente de luz, el etalonador utilizó los controles HDR de Resolve para crear mis propios rangos de blancos y negros, a fin de generar un contraste con mayor precisión.

El proceso de postproducción estuvo lleno de desafíos. Sin embargo, Laureau destaca por encima, por encima de todos, el tratamiento de las escenas nocturnas en las que la cámara se mueve por la casa: “Fueron divertidas porque tuvimos que animar y agregar fotogramas clave para que las ventanas se movieran hacia adentro y afuera, con el propósito de equilibrar la luz que entraba por las diferentes habitaciones. Además, pudimos resaltar algunos de los colores para que no tuvieran un toque tan natural. Incluimos un poco de cian y dejamos que los rojos y los amarillos se saturaran más. También ajustamos ocasionalmente la exposición a fin de que las cosas parecieran más definidas de cómo fueron captadas originalmente, lo que ayudó a lograr la sensación de terror”.

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