¿Por qué está desapareciendo la innovación de la industria broadcast?
Francisco Menchén, director del área de Video y Audio (Broadcast) en BTESA, desarrolla 10 motivos sobre los cambios que han provocado que la industria de la televisión haya dejado de recibir mejoras disruptivas para pasar a apostar por actualizaciones constantes y mejoras de lo ya existente.
1. El ritmo de I+D lo están marcando los fabricantes domésticos
El ritmo del I+D en nuestro sector lo han marcado los fabricantes de TV domésticas, quienes, desde hace años, y cada vez con mayor frecuencia, sacan modelos de mayor tamaño y definición (de SD, a HD, UHD o 4K) sin que parezca que nadie lo haya pedido. Esta tendencia marca el ritmo al resto de la cadena de producción y transmisión hacia esos hogares. El proceso puede parecer sencillo, pero en realidad es muy largo y complejo para el resto del sector profesional y puede tardar varios años como mínimo.
Al mismo tiempo que los fabricantes domésticos anuncian que ya tienen los nuevos receptores (4K o 8K por ejemplo), se traslada al sector profesional una enorme presión para anunciar que también se va poder producir y transmitir a esas definiciones. Y así, vemos en las grandes ferias internacionales como NAB o IBC carteles 4K por todos lados, y publicaciones de novedades en prensa.
La realidad es diferente, puesto que cuando se actualizan estas tecnologías muchos fabricantes se están adelantando a una producción real. Como mucho, únicamente solo se ha conseguido alguna parte muy básica o imprescindible de la cadena, como las cámaras, algún grabador o mezclador. Al año siguiente ya hay más equipos disponibles, y, al siguiente, está casi todo, pero con mejoras progresivas. Por estas razones, cuando vamos a ferias, nos parece que vemos pocas novedades.
Esta carrera contrarreloj de los fabricantes absorbe casi toda la capacidad de I+D y lo enfoca casi exclusivamente en esa dirección.
2. Convergencia con tecnologías adyacentes
Otra causa externa que también marca el ritmo de I+D al sector procede de la convergencia con otras tecnologías adyacentes. Por ejemplo, el enorme desarrollo que han experimentado las capacidades informáticas en procesamiento, almacenaje o interconexionado en redes, hace que cada día se sustituyan más equipos e infraestructuras “dedicados” de nuestro sector por plataformas de este tipo. Su adaptación, por tanto, obliga a desarrollar y modificar el equipamiento existente.
De esta forma, ya hemos asistido a varias ferias donde, además de 4K, puede leerse por todos lados “الملكية الفكرية”, y lo cierto es que todavía se está trabajando en tener la cadena completa de producción nativa IP.
Otro ejemplo es la telefonía móvil. Desde hace ya tiempo ha entrado muy fuerte en nuestro sector: ahora, el “5G” va a ser otro cartel que veremos en cientos de stand este mismo IBC.
3. Crisis económicas y de ingresos
Por otro lado, nuestros clientes parecen estar en una crisis permanente que nunca termina. Estamos en un contexto económico global en el que hemos encadenado una crisis económica tras otra desde 2008, luego la pandemia…
Y específicamente en nuestro sector:
- Desde que la TDT inundó de canales el mercado, los ingresos publicitarios se redujeron por operador.
- Los presupuestos de los canales públicos también se redujeron.
- Por otro lado, si bien es cierto que los ingresos por TV de pago han aumentado en el número de hogares y en ratio per cápita por hogar, también lo es que se han repartido entre cientos de canales y contenidos disponibles a precios muy agresivos de “paquete” de las plataformas de cable o las nuevas sobre IP. Además, en muchos casos casi se les “regala” dichos paquetes por el mismo precio por el que antes pagaban sólo las telecomunicaciones. Esto ha hecho que prácticamente no se hayan generado ingresos a los operadores previamente existentes.
Esto explica que haya canales de TV que han tardado hasta 15 años en pasar sus medios de SD a UHD (directamente y sin pasar por HD), o que aún no hayan migrado a 4K… En un sector altamente tecnológico como el nuestro, eso es una eternidad, y da una idea de cómo sufre todo el sector para adaptarse a esos modelos de negocio.
4. Falta de soluciones financieras
En otros sectores, hay grandes soluciones financieras que amortiguan los malos momentos del sector, actuando como volantes de inercia y verdaderos motores del mismo: soluciones como leasing, renting u otros productos similares.
En el sector de la aviación, por ejemplo, se adquieren los aviones en renting, lo que ayuda a la financiación de una inversión inicial costosa, así como a la renovación de los medios de forma periódica y con cadencia razonable. El sector del automóvil ha comenzado a vivir una eclosión de ofertas de renting, que ha mantenido y ayudado a las ventas en momentos difíciles, manteniendo la producción en las fábricas, y el empleo… Esto no parece ser un modelo en nuestro sector, donde prácticamente no hay oferta de este tipo de servicios financieros.
Las razones que esgrimen los grupos financieros son muchas, pero casi todos muestran una falta de atractivo por un sector tan pequeño y extraño: hay un desconocimiento de este equipamiento, tan específico y escaso, lo que impide evaluar los costes de mantenimiento, tasa de averías y morosidad, y liquidez del bien en caso de impago o al finalizar el periodo de renting contratado. Además, ¿a quién le pueden volver a vender un producto tan específico y de vida útil tecnológica tan breve? En el mercado de coches o de fotocopiadoras, conocen bien todos esos parámetros, como precio de segunda mano, coste de mantenimiento y facilidad de volver a ponerlo en el mercado.
5. Irrupción de nuevos fabricantes que han roto precios en el mercado
Han aparecido nuevos actores que han “reducido los precios” de productos de una forma increíble, tendiendo puentes hasta el segmento de mercado casi doméstico, “profesional” y sobre todo el nuevo mercado de producción de contenidos audiovisuales para redes sociales, en pleno auge. Eso sí, también venden en el área Broadcast, con productos varias veces más baratos.
6. Poca concentración en el sector de la oferta
El Broadcast aún no está tan concentrado como otros mercados, como por ejemplo el informático, donde tras un periodo de enorme abundancia de fabricantes hace muchos años, finalmente han quedado tan sólo unos cuantos (hasta dos o tres dependiendo del segmento).
En la TV profesional o Broadcast aún hay mucha oferta, con muchos fabricantes y una enorme variedad de equipos y modelos, pero con un mercado muy pequeño en cifra de volumen de ventas total, comparado con el doméstico o con otros sectores.
7. Alta concentración de la demanda
Una parte muy alta del volumen total de compra está en manos de muy pocos clientes y, por tanto, cuentan con una enorme influencia en el mismo, con todas las consecuencias que ello conlleva. Una de ellas ha sido la aparición de mesas de compras cada vez más agresivas, que solicitan descuentos desmesurados a los fabricantes. Estos, finalmente, ven muy reducido su margen, lo que amenaza su capacidad para seguir manteniendo departamento de I+D en el futuro, si quieren sobrevivir…
Si echamos un vistazo a los mayores fabricantes del sector desde hace veinte, diez y cinco años, veremos como la mayoría de ellos han desaparecido, han sido adquiridos o se han fusionado con otros.
8. Inercia de servicios sin coste o muy alto “valor añadido”
El sector mantiene una inercia de demanda de muchos servicios, a los que tradicionalmente se les ha considerado simplemente un valor añadido sin coste alguno: gran parte de las consultorías e ingeniería de preventa, tanto en productos como en sistemas, ayuda en la puesta en marcha e instalación, teléfono de ayuda o dudas técnicas, reconfiguraciones y asistencia que complemente la garantía, etc…
Todo esto supone una enorme cantidad de personal cualificado que estaba a disposición de los clientes, sin coste adicional para ellos, pero con un gran coste para el fabricante y la cadena comercial de valor.
Con el actual volumen y márgenes del sector es imposible mantener ese modelo. El sector está teniendo que cobrar todos esos servicios, como sucede en otros desde hace ya mucho tiempo como el ya citado informático… pero aún es prácticamente residual.
Hasta llegar ahí, e incluso hoy, los fabricantes han visto mermados sus ingresos, al mismo tiempo que sus márgenes, lo que necesariamente ha restado capacidad a los departamentos de I+D.
9. Cambios tecnológicos fallidos
Hemos sido testigos de grandes cambios tecnológicos que quedaron en nada o no terminaron de llegar. Se vaticinaban por parte de los gurús tecnológicos, se diseñaron y fomentaron desde las asociaciones o instituciones del sector, y parecían venir de forma segura. No obstante, muchas de esas revoluciones tecnológicas, a las que arrastraron a muchos fabricantes, fracasaron tras enormes esfuerzos y recursos empleados en I+D.
Por ejemplo, la TV en 3D para los hogares. Asistimos a varias ferias donde los carteles en todos los stands eran “3D” y tras un enorme esfuerzo de todo el sector no cristalizó ni tuvo demanda a nivel doméstico, y hoy podríamos decir que ha desaparecido.
Otro ejemplo, la Radio Digital (en Europa DAB), que desde hace más de veinte años está lista, e iba a implantarse de forma general al igual que la TV Digital. Y prácticamente aún no se emite salvo en dos ciudades de España y apenas hay parque móvil de receptores… Ahora parece que quieren volver a intentar su implantación, y al menos el Norte de Europa lo está consiguiendo, incluyendo receptores de forma obligatoria en los nuevos modelos de coches, y con precios asequibles para el mercado doméstico. Veremos si no llega demasiado tarde.
10. Investigación contra desarrollo
Las ideas revolucionarias parten de las universidades, de los centros de investigación, de pequeñas empresas y de unos pocos estudiantes, emprendedores y visionarios… Esta es una verdadera “innovación”, pura creatividad, que no está dirigida por el propio mercado y las necesidades de los grupos empresariales ya asentados, que tienden más bien al desarrollo. Conseguir que pueda aplicarse, llegue al mercado, comience y pueda ofrecerse a clientes, y llegado el caso se convierta en una novedad o innovación disruptiva, es un verdadero reto que sólo algunos países y sectores parecen haber conseguido.
Francia era la potencia científica y tecnológica durante la primera mitad del siglo XVIII. Pero aplicó a sus mejores científicos sólo a desarrollar proyectos y soluciones concretas para ingeniería civil, militar, etc. Al principio no afectó mucho, pero a la vuelta de varias décadas les sobrepasó Alemania, que había conservado a sus mejores científicos con plena libertad en las Universidades para investigar en lo que a ellos les apeteciera, simplemente en la dirección hacia donde les guiara su instinto, al mismo tiempo que desarrollaba la ingeniería y la industria.
Hay países donde las universidades están completamente “desconectadas” del mundo empresarial, lo que da lugar a un empobrecimiento del sector tecnológico, con un escaso número de patentes o productos concretos y sobre todo de grandes novedades e innovación. Y hay universidades que casi se dedicaban sólo a hacer “aplicaciones” y desarrollos para la industria local, muy asentada y poderosa en esa zona. Hay ejemplos como las universidades de química e ingeniería del sur de EE. UU. que durante años dedicaron gran parte de sus recursos sólo a mejorar los procesos de la industria tabaquera local. O en otros países con grandes industrias del automóvil. Como consecuencia, cada vez producían menos resultados en Investigación, artículos…
Como podemos ver, la cadena completa de investigación es sumamente delicada y debe asentarse bien, complementarse y encajar como un perfecto engranaje con la de desarrollo e innovación.
Conciencia y cuidado del sector, clave para el I+D+i
Para que el I+D+i prospere y fructifique, se requiere de todo un ecosistema que en realidad es muy complejo y frágil. Depende de todo el sector e instituciones cuidarlo y mantenerlo.
Hay que ser conscientes y detectar a todos los miembros de esa cadena de valor, y como sucede en dichos ecosistemas, descubrir las sinergias y simbiosis que se establecen entre los distintos miembros que lo conforman.
Una de las medidas más beneficiosas es el mantenimiento de una inversión planificada y constante que evite los periodos de carencia prolongados, alternados con otros cortos e intensos de renovación tecnológica.
Una de las medidas más beneficiosas es el mantenimiento de una inversión planificada y constante que evite los periodos de carencia prolongados, alternados con otros cortos e intensos de renovación tecnológica. Esto permitirá a un sector no ya sólo sobrevivir en épocas malas, sino mantener ese deseado nivel de I+D que aporte novedades sorprendentes y no sólo pequeñas mejoras.
En otros sectores que sí han sido conscientes de lo estratégico de mantener a dichos proveedores, como el científico o el militar, es muy corriente firmar acuerdos y contratos a varios años, y renovarlos con el tiempo suficiente, permitiendo así la planificación de ingresos y medios y mantener un departamento de Investigación estable.
Ahora, quizá sea el momento de que el broadcast tome estos caminos، ل volver a la senda de la innovación que, lamentablemente, se ha visto obligada a abandonar.
Francisco Menchén
Director del área de Video y Audio (Broadcast) en BTESA
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