‘Nacional 106’: un thriller con aires de western castellano rodado gracias a la agilidad y ergonomía de la Canon EOS C500 Mark II
Los directores Arturo Artal y Juan Carrascal centran su cortometraje ‘Nacional 106’, rodado en exteriores, en un ambiente opresivo y asfixiante.
Nacional 106, una carretera que no existe, pero que a la par podría ser cualquier vía en cualquier lugar de España. En este marco de wéstern moderno ambientado en una carretera secundaria, los directores Arturo Artal (Zaragoza, 1978) y Juan Carrascal (Valladolid, 1979) rodaron en el Pinar de Antequera, a las afueras de Valladolid, este cortometrajes que arranca cuando un coche se sale de una carretera de forma abrupta. Una patrulla de la Guardia Civil lo ve y se dispone a ayudar, pero se trata de algo más complicado que una simple avería mecánica. La cabo de la Guardia Civil, Julia García, tendrá entonces que decidir si miente a su sargento por ayudar a la propietaria del vehículo o seguir las normas.
El thriller, estrenado en la última edición de Festival de Cine de Valladolid, tras ganar el año anterior el certamen SEMINCI Film Factory, ha iniciado su recorrido en las principales citas cinematográficas con gran aceptación.
في Nacional 106, Artal y Carrascal, que conforman un tándem creativo desde que se conocieran en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, presentan la historia de una víctima que puede llegar a parecer culpable, pero que encuentra a alguien que la cree y la salva de su agresor.
“Este cortometraje es una invitación a la reflexión sobre la situación de las mujeres maltratadas y la forma en que todos como sociedad abordamos este problema. Ante la proliferación de discursos que niegan la violencia machista, hemos querido ser tajantes: el maltratador es el único culpable. Para ello, dado lo delicado de la temática tratada, hemos contado en la elaboración del guión con la colaboración de un agente de la guardia civil y de una psicóloga experta en víctimas de violencia de género”, comenta Carrascal.
La historia recuerda a los duelos a muerte de los wéstern clásicos. En la primera parte, sobrevuela la historia un duelo psicológico con tres personajes: Julia, María y Telmo. En la segunda, el duelo adquiere violencia física con la aparición del maltratador.
“Para la puesta en escena tomamos como referente obras con temáticas y narrativas similares a nuestra historia: la crudeza descarnada de los hermanos Cohen en Fargo; la elegancia clásica de Ridley Scott en Thelma y Louise, o el manierismo expresionista de los wésterns de Sergio Leone, entre otros”, reconoce el director.
El quinto personaje de Nacional 106 podría decirse que es el propio paraje donde se grabó el corto. Carrascal destaca que “los magníficos bosques de pinos que rodean Valladolid son uno de los paisajes más bellos que tenemos en la provincia. Aunque la historia narra una situación opresiva y asfixiante, Nacional 106 está rodada totalmente en exteriores, lo que descomprime visualmente el drama que contamos”.
“Esta característica, este quinto personaje, es muy interesante para la selección del cortometraje en los festivales, ya que este año 2020 la pandemia nos ha mantenido encerrados y la mayoría de obras que se han realizado durante este periodo están rodadas en interiores. Asomarse a una historia dura y real fuera de las cuatro paredes, puede ser un valor diferencial en el recorrido de este cortometraje”, añade.
Fotografía y postproducción
Para la personal fotografía de Nacional 106, Artal y Carrascal confiaron en Víctor Hugo Martín Caballero, quien ha trabajado en numerosas ocasiones con la كانون EOS C300 Mark II. En esta ocasión, la cámara empleada fue la EOS C500 Mark II, dotada con sensor 5,9K Full Frame.
Sobre la cámara, Martín Caballero subraya que “sorprende cómo ha cambiado el cuerpo, se ha mejorado en agilidad y ergonomía en el diseño de la cámara. Por otro lado, a nivel workflow, se trabaja con más seguridad, ya que poder grabar en raw te da más confianza para poder arriesgarte en ciertos planos que antes podías pensártelo dos veces antes de rodar, comenta Martín Caballero.
A su juicio, “el nuevo cuerpo que utiliza la gama Cinema muestra una evolución y una adaptación a las nuevas formas de rodar que se están imponiendo en los últimos años en el audiovisual. Mejorando la calidad de imagen con unos códecs muy buenos para trabajar en postproducción y facilitando la compatibilidad con nuevos soportes como drones o estabilizadores”.
Teniendo en cuenta que Nacional 106 se rodó en su totalidad en exteriores ذ cámara al hombro, el nuevo cuerpo de la cámara Cinema EOS mucho más compacto facilitó la tarea al tiempo que ayudaba a captar la inestabilidad psíquica de los personajes a través de los movimientos de cámara. “Para este propósito la EOS C500 fue perfecta, por su peso y tamaño. El operador y la ayudante de cámara estuvieron muy cómodos trabajando con ella y nos transmitieron sus buenas sensaciones con el manejo, botones de acceso rápido, menús…”, reconoce Martín Caballero.
La grabación se llevó a cabo en XF-AVC 4k 10bits 4:2:2, ya que según resalta el director de foto “el rodaje era en exteriores en un paraje natural, por lo que las descargas de material tenían que ser las menos posibles. Habíamos realizado pruebas antes para comparar el Raw con los archivos XF-AVC, en esas pruebas, el RAW que nos dio la EOS C500 nos dejó asombrados del rendimiento que se le pudo sacar en la postproducción, pero los archivos XF-AVC no se quedaron atrás, y pudimos trabajar con ellos mucho mejor al pesar menos pero con un rendimiento increíblemente bueno a la altura de cualquier RAW, consiguiendo en las imágenes la estética deseada”.
Pese a rodar en exteriores para lograr una ambientación agobiante en la que casi se siente el calor en pleno verano, el perfil de color era clave y tras valorar si utilizar C-log2 o C-log3, finalmente el equipo de rodaje se decantó por C-log2. “Todo el rango dinámico que se le pudo sacar con el C-log2 nos vino muy bien en determinadas ocasiones dónde las condiciones lumínicas eran difíciles para la imagen”, subraya.
Una de las grandes ventajas que aporta la EOS C500 Mark II es el False Color, una prestación que, según el DOP, “me ayudó mucho a la hora de exponer, fue una herramienta que agilizó el rodaje. Solía exponer para cada plano y luego revisar entre toma y toma con el false color fijándome en que los actores estuvieran bien expuestos. Una ayuda para todo director de fotografía”.
Pero no hay color sin lente, y para Nacional 106, Martín Caballero se decantó por las lentes fijas cinematográficas Canon Sumire. “Yo estoy acostumbrado a trabajar con las CN, y la verdad es que siendo muy parecidas en el aspecto y manejo, la combinación entre la EOS C500 y las ópticas Sumire de Canon me han parecido excelente, parece que estén diseñadas para trabajar juntas, Especialmente me gustó el 50mm, cerca de un 70 por ciento de los planos están hechos con ese objetivo. La mayor parte de las veces llevábamos un T2.8 pero incluso poniendo los Sumire en apuros, abriendo a 1.3 las imágenes que obtuvimos fueron muy buenas”, destaca.
Por último, ya en postproducción el rango dinámico de la EOS C500 Mark II, que supera los 15 stops, facilitó la tarea que se llevó a cabo en Elora por parte Iván Martín Ruedas, con quien el DOP de Nacional 106 ha etalonado la mayoría de sus trabajos. “Sacamos textura a zonas muy densas, de negros bastante subexpuestos, y recuperamos cielos que en otras circunstancias habría sido imposible hacerlo. También conseguimos el color que quisimos para las pieles de los actores, cosa que no siempre es posible y que es lo más importante en éste tipo de trabajos y terminas muchas veces frustrado de la sala de etalonaje, pero con la EOS C500 no hubo problema en conseguirlo”, concluye Víctor Hugo Martín Caballero.
La música
La música y el sonido son un elemento narrativo imprescindible en cualquier obra cinematográfica. En este caso no podía ser menos ayudando a crear una ambientación que bebe de los referentes del spaghetti western.
Para crear este ambiente sonoro, el corto ha contado con Rubén Marrón, guitarrista e integrante del grupo vallisoletano Arizona Baby, quien ha compuesto una música que aporta tensión, suspense y crudeza a este thriller con tintes de western castellano.
El desgarrador tema principal que acompaña a los títulos de crédito, Cobarde, está compuesto por Machita, nombre artístico de la actriz Rosalinda Galán en la música, actriz que interpreta en Nacional 106 a Julia, la cabo de la Guardia Civil.
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