La fotografía de ‘Muertos S.L.’ y ‘Machos Alfa’ (Contubernio): la libertad y valentía visual en la comedia
Juan Luis Cabellos, director de fotografía de las exitosas ‘Muertos S.L.’ (Movistar Plus+) y ‘Machos Alfa’ (Netflix) de Contubernio, reflexiona sobre la cinematografía aplicada a la comedia y cómo la valentía tiene su haber en aproximaciones que deben focalizarse en el proyecto y no en los pilares conceptuales más habituales del género.
Cuando Laura y Alberto Caballero impulsaron Contubernio en un ya lejano 2013 para dar cabida a la producción de La que se avecina (2007) en Mediaset España, pocos podrían imaginar los cambios industriales venideros. La consolidación de las plataformas bajo demanda y la cada vez más firme certeza de que una manera de producir televisión podría ser diferente marcó a una generación de productoras y directores de fotografía. Lo que HBO hacía con ‘Los Soprano’ podría tener su traducción en la industria española, esquivando los clásicos modelos de tres cámaras y aprovechando la técnica de la gran pantalla.
Poco a poco, el drama fue aprovechando estas nuevas oportunidades para dar lugar a productos que miraban del acabado técnico propio de las majors estadounidenses, saltándose en muchas ocasiones el paso intermedio propio de la principal factoría británica: BBC. La comedia, sin embargo, se ha enfrentado a un crecimiento mucho más lento. Canal+ ya se atrevió a llevar el enfoque cinematográfico al género en 2010 con ¿Qué fue de Jorge Sanz? de la mano de David Trueba. El presupuesto y la intervención fueron mínimos, pero el acabado contaba con un elemento no tan frecuente en el género: la identidad visual, naturalista y transparente frente a los esquemas hiperiluminados tradicionales.
Desde entonces, en un tiempo en el que la inmensa mayoría de las series dramáticas se ha adecuado a nuevos enfoques para conseguir satisfacer al entrenado ojo del espectador español, la comedia suele encontrar mayores condicionantes para expresarse de una manera personal en la fotografía. “Tiene que ver con el prejuicio de la comedia. Es muy frustrante hacer una comedia y que sea totalmente plano en el acabado visual. En ocasiones, no tienen ningún incentivo estético”, reconoce Cabello, consciente del freno de mano echado por parte de varios agentes industriales.
Poco a poco, el cambio se produce con aproximaciones como Poquita fe (2023), en la que Carles Gusi apuesta por el naturalismo y lo une al mockumentary, un enfoque similar al acometido por David Echeverría y Fran Ríos en Paquita Salas (2016); Arde Madrid (2018), un ejercicio monocromático firmado por Pau Esteve, o la recién estrenada En Fin (2024), una distopía magenta fotografiada por Fran Fernández bajo la dirección de David Sainz, quien con mínimos recursos y una oleada de creatividad marcó historia en YouTube España con su tan ambiciosa como humilde Malviviendo (2008). Contubernio puede decir que, especialmente en su etapa dedicada a las plataformas bajo demanda y bajo la dirección de fotografía de José Luis Cabellos, puede contribuir a esta creciente lista con series como Machos Alfa (2023), una aproximación elegante basada en la estadounidense Modern Love (2019), o la reciente Muertos S. L., un hilarante acercamiento al día a día de una funeraria rodada en 2,40:1 con una fotografía única entre las comedias españolas.
Cabellos nos permite conocer su visión sobre la dirección de fotografía de la comedia; sus limitaciones históricas, sus oportunidades futuras y, más concretamente, su rol en asistir a los hermanos Caballero a hacer realidad sus objetivos creativos.
La fotografía de las series de comedia
Cabellos, con una ya extensa trayectoria en la fotografía de la ficción y del documental, aborda cada proyecto tratando de definir el universo visual de cada producción. No es partidario de “imponer su voluntad”, sino que realiza un esfuerzo para entender cómo merece ser contada cada historia y por poner sobre la mesa referencias visuales que sirvan como inspiración para la puesta en escena: “Mi aproximación siempre es la misma: hay que adaptarse al proyecto, ya que cada uno requiere su cosa, e intentar sacar el máximo partido”.
“Parece que en la comedia ha tardado un poco más en llegar, pero es verdad que puede tener su propio tono estético y no necesariamente ser una cosa muy plana”.
La elasticidad de las producciones dramáticas está lejos de la de las comedias. Pilares como el color, la luminosidad y el poco contraste siguen dominando una industria que poco a poco va pudiendo escapar de estos parámetros, a pesar de que los mayores éxitos de taquilla cinematográficos del verano apuestan definitivamente por un esquema estandarizado y limpio. Pero, ¿la industria puede liberarse de los códigos más habituales de la comedia? ¿Una propuesta creativa puede mirar cara a cara desde la imagen al momento feel-good tan estrechamente relacionado con las comedias?
“Recuerdo cuando salió Crematorio. En ese momento, todo el mundo decía: “¿Ves cómo se puede hacer un drama diferente?”. Parece que en la comedia ha tardado un poco más en llegar, pero es verdad que puede tener su propio tono estético y no necesariamente ser una cosa muy plana”, opina Cabellos. Justifica su reflexión en ejemplos como la evolución del propio género, cuyos guiones invitan a rehuir del esquema de tres cámaras de plató propio de Aida (2005) o La que sea avecina “para hacer muchas páginas”, así como en la influencia de las plataformas: “El cliente te demanda que tenga una cierta estética, porque lo bueno de que hayan llegado las plataformas es que la factura, en general, ha subido mucho. Ha costado que se aceptaran series como la que hemos hecho con Muertos S.L., que es una cosa con muy poca saturación y con zooms en referencia a The Office (2005), y podamos hacer más el macarra”.
Elegancia y primeros planos, en Machos Alfa
Tras firmar la fotografía de los documentales El Desafío: ETA (2020) y su sucesora El Desafío: 11M (2022), Cabellos recaló en Contubernio por una serie de “afortunadas coincidencias”. Roberto Monge, director habitual en la factoría madrileña, recomendó el nombre de Cabellos a Alberto Caballero una vez la productora recibió el encargo de realizar una serie para Netflix que fuera “diferencial” con La que se avecina.
Referencias y comprobación de reels mediante, Cabellos se vio inmerso en la definición de Machos Alfa, éxito de Netflix que ya va camino de su tercera temporada. Con el objetivo de alejarse de los códigos del Mirador de Montepinar, el objetivo se fijó en conseguir una comedia “brillante, y muy de beauty”. “Tiene mucho contraste, es elegante y luminosa. No nos hemos sentido atados al género”, sentencia el director de fotografía, quien también fijó su mirada en la luz de Sex Education o el naturalismo de La maravillosa señora Maisel.
“Quisimos que la luz fuera transparente y retratara muy bien cada espacio para que fuera elegante, chulo y bonito. En cierto modo, hay una estética muy documental-tramposo para que el espectador crea que todos los espacios son así y hacer el visionado más inmersivo”.
También fue clave conseguir retratar a los personajes y otorgarles el máximo protagonismo para que el libreto brillara por encima de cualquier otro elemento. “Quisimos que la luz fuera transparente y retratara muy bien cada espacio para que fuera elegante, chulo y bonito. En cierto modo, hay una estética muy documental-tramposo para que el espectador crea que todos los espacios son así y hacer el visionado más inmersivo”, explica el director de fotografía.
Para hacer realidad su visión creativa, se escogió para el proyecto la ARRI Alexa Mini LF, una solución adecuada para los estándares de Netflix. Con respecto a las lentes, Cabellos se decantó por la serie de ópticas Cooke S8: “Son muy amable para los primeros planos. El 85% de la serie son gente hablando, por lo que era muy importante que estuvieran muy bien retratados. Esa mezcla de Alexa Mini y Cooke S8 funcionó muy bien”.
Lo cutre y los tonos fríos, en Muertos S.L.
Tras una breve participación en las segundas unidades de El Pueblo (2021), producción de Contubernio en la que Cabellos se ciñó a los conceptos previamente definidos por Carlos Domínguez, llegó el turno de Muertos S.L., para la que Alberto Caballero se propuso un objetivo por encima de todos: “Cuando empezamos a hablar del tema, Alberto me dijo que le gustaría que, en cuanto veamos una fotografía de Muertos S.L., cualquier persona pudiera decir “Es otra serie completamente diferente a Machos Alfa””. Tras esta conversación, comenzó el momento de buscar referencias y ponerlas sobre la mesa.
Trabajando mano a mano con Eduardo Vallejos, director de arte, Cabellos fue dibujando un mapa de referencias que bebería tanto de baluartes del mockumentary como The Office, como de series opuestas como Succession (2018), dado el carácter de intriga que acompaña a la trama: “Muertos S.L. es una serie de intrigas en una pequeña y mediana empresa que tangencialmente es una funeraria, pero no es una serie de terror o de gore, sino que son personajes que se pasan conspirando toda la temporada sobre quién puede reinar. (…) Frente a Machos Alfa, decidimos no hacer los planos más bonitos que podíamos hacer, así como no intervenir en los primeros planos. Hay mucha ojera, porque la luz es de oficina”.
“Propuse un 2,40:1 en panorámico porque los ataúdes son horizontales, lo que permitiría desarrollarse conversaciones alrededor de uno de estos elementos con varios personajes”.
Esto da como resultado una serie “divertida”, fruto del propio contexto en el que se ambientan las tramas: una funeraria en un polígono industrial en el que, mientras que hay maderas nobles en la parte de los clientes, en la parte de atrás hay oficinas normales y corrientes con la moqueta más desgastada posible. La serie fue rodada con la Sony Venice, de la cual se aprovechó especialmente su Dual ISO, junto con las lentes Angenieux EZ 30-90 y 15-40: “El trabajar con cámaras de cine digital hace que tengamos muy pocas opciones en cuanto a lentes Zoom. Conseguimos estas que las tenía Ovide, que era el rental de cámara, y la verdad es que estoy contentísimo: funcionan superbién, apenas tienen caída en tele y son muy fácilmente ajustables en etalonaje”. Una corrección de color, por cierto, en la que se buscaron tonos fríos restando presencia a todo lo cálido.
“Con todo esto ha salido una serie muy guay, en la que nos hemos divertido mucho”, remarca Cabellos, quien también tuvo la posibilidad de presentar enfoques diferenciadores: “Tengo que agradecer mucho a Laura y Alberto la realidad para sentir que podía plantear cualquier cosa. Propuse un 2,40:1 en panorámico porque los ataúdes son horizontales, lo que permitiría desarrollarse conversaciones alrededor de uno de estos elementos con varios personajes”. Estos elementos peculiares, como el uso del zoom, fueron presentados en una reunión al equipo de Movistar Plus+ en una reunión en la que estuvieron presentes diversos perfiles clave de la plataforma y Contubernio: “Fue una conversación muy fluida y muy fácil. Querían saber si nos íbamos a centrar en los efectos más morbosos con los muertos, y la realidad es que no hemos hecho ni un solo plano detalle. Esa no era nuestra idea de serie, sino la de crear una de intrigas. (…) Vinieron a las pruebas de cámara y los rodajes, y tampoco hemos tenido en ningún momento ningún aviso durante la grabación”.
La importancia del flujo HDR
Una clave tecnológica común de Machos Alfa y Muertos S.L. residió en la decisión de establecer un flujo de trabajo con monitorización en HDR, una medida no tan habitual en los sets de producción de ficción a pesar de que muchas de las plataformas VOD, entre ellas Netflix o Movistar Plus+, solicitan el máster en HDR de la serie. “Todavía llegan compañeros que me dicen: “Es que yo lo del monitor en HDR en el set no lo veo…” Y yo lo recomiendo porque te ahorras problemas después. Es lo mismo, pero mejor. La estética de tu peli tiene que estar en tu monitor”.
“Si has monitorizado de forma clásica, cuando llegas a color todo es nuevo. Hay luces que no tienen sentido, maquillajes defectuosos que sí se pueden ver en HDR… Todo se puede arreglar, pero son horas y horas de etalonaje”.
Para acometer este proyecto, Cabellos y su equipo estableció un flujo de color muy sencillo: “Tenemos dos monitores HDR: uno para mí, con una adaptación a HDR, y uno con una adaptación SDR para dirección”. Este workflow, ya estandarizado en las producciones de Contubernio en las que participa el director de fotografía, evita problemas en la fase de postproducción: “Si has monitorizado de forma clásica, cuando llegas a color todo es nuevo. Hay luces que no tienen sentido, maquillajes defectuosos que sí se pueden ver en HDR… Todo se puede arreglar, pero son horas y horas de etalonaje”.
Una vez realizada la monitorización en HDR en el set, se procede a una colorización principal en HDR, que será transformada mediante streampass en SDR. “Estoy contenido porque hemos integrado esta forma de trabajar en la lógica normal del rodaje”, apunta Cabellos, fiel convencido de que, en el contexto de visionado doméstico actual, el HDR es el verdadero factor diferencial frente al 4K: “Entre el HD y el 4K apenas tenemos la capacidad visual para ver la diferencia, ya que el rango dinámico y el espacio de color en ocasiones es el mismo. La verdadera diferencia se marca en el HDR”.
Valentía y libertad, también la comedia
La variable de Contubernio ha sido fundamental para que Cabellos se haya sentido con la libertad necesaria para traspasar las barreras de un género que puede seguir haciendo reír y reflexionar a la sociedad a través de la expresividad y creatividad visual: “Cuando trabajo con Contubernio, una de las cosas que para mí marcan la diferencia, y que para mí es un gran incentivo, es poder trabajar con gente que es valiente. Igual que ellos escriben muy bien y van hasta el final, porque los guiones son de lo mejorcito que hay en comedia, yo estoy contenido en tener la misma libertad para proponer cosas en base a los guiones sin que ellos tengan prejuicios de cómo debe ser la estética de la comedia”.
“En Muertos S.L. fui presentando referencias atrevidas y alejadas de la «serie brillante de eterna primavera» para demostrar que se puede hacer que la estética vaya unida al proyecto y no al género”
“Una de las cosas que me gustan mucho de trabajar con Alberto y con Laura Caballero es que se atreven a proponer cosas. Les fui presentando referencias atrevidas y alejadas de la «serie brillante de eterna primavera» para demostrar que se puede hacer que la estética vaya unida al proyecto y no al género. Me he explayado en lo que consideraba apropiado para el proyecto, lo hemos ido hablando y creo que hemos conseguido una estética muy sólida. Luego te puede gustar o no, pero está muy pensado”, subraya el director de fotografía.
El enfoque diferenciador las series de Contubernio ayuda a definir una nueva generación de series de comedia que buscan crear un marco diferenciador para el más puro entretenimiento. Esta progresiva transformación, que ni será obligatoria ni repentina, nacerá de la voluntad conjunta de clientes, creadores y creativos. La buena noticia es que no se apoyará en hipótesis, sino en el éxito de lo disruptivo, materializado en propuestas tan brillantes como la serie documental de comedia How To with John Wilson (2020), la oscura y entrañable What We Do In The Shadows (2019) o la peculiar funeraria de Muertos S.L..
Un reportaje de Sergio Julián Gómez
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