Europa ante la desinformación: inteligencia artificial y alianzas
Montserrat Rigall, periodista de RTVE, comparte en esta tribuna los principales hitos extraídos del primer encuentro internacional de CEDMO (Central European Digital Media Observatory), en el que se han puesto sobre la mesa buenas prácticas y la necesidad de alianzas y tecnologías para luchar contra las fake news y la desinformación que estas provocan.
Cuando el multimillonario Marc Zuckerberg, fundador de Facebook, publicó en noviembre de 2016 una carta[1] de intenciones, se desencadenó una inquietud que hoy pervive. La desinformación está generando un daño irreparable a la democracia planetaria y las autoridades ya están actuando. La prueba más reciente la hemos podido comprobar en una Conferencia Internacional del CEDMO en Praga este septiembre pasado en la que hemos participado de la mano del Proyecto IVERES[2] de Inteligencia Artificial de RTVE.
El encuentro, organizado por CEDMO un año después de su creación bajo los auspicios de la Presidencia checa del Consejo de la UE, puso encima de la mesa el impacto de la desinformación y los avances en regulación dentro del marco de la Unión Europea. Todo ello en un escenario como el actual, de menor confianza ciudadana y de creciente fragmentación de la sociedad.
La desinformación, una amenaza
A lo largo de dos días, expertos multidisciplinares, académicos, funcionarios de la UE, periodistas, actores tecnológicos y legislativos de toda Europa expusieron el papel actual de los medios de comunicación, la relación entre tecnología y desinformación, periodismo y creciente importancia de alfabetización mediática. El foco estaba puesto en cómo la inteligencia artificial puede y debe incorporarse en la automatización de determinados procesos para ser más eficaces, ahorrar tiempo y evitar perder de vista asuntos relevantes, ya sea para ayudar a combatir la desinformación con la monitorización de bulos en redes o con los mapeos de zonas geográficas.
Precisamente este razonamiento fue el más compartido entre las paredes checas del Mayor’s Residence durante la gran inauguración de la conferencia el CEDMO en Praga el 22 de septiembre.
Europa afronta la desinformación con responsabilidad
Věra Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea, habló de cómo “la manipulación de la información extranjera y la desinformación son una amenaza que la UE se toma muy en serio. Corroe la confianza en democracia y el orden internacional basado en normas”. Añadió que “las democracias tienen que ser muy precisas a la hora de abordarla. No se puede recurrir a la censura”.
El fantasma de la guerra de Rusia en Ucrania alimentando el mayor de los miedos de los dirigentes de países democráticos tardó poco en asomar la cabeza. También lo hizo en varias de las ponencias del encuentro mundial del Global Fact Check-9, en la capital noruega de Oslo, antes del verano. Según Jourová, “nos encontramos en una situación de crisis, con la guerra que hace estragos en la frontera de Europa. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional”.
El otro gran mensaje de la Conferencia Internacional del CEDMO ha sido la de Alexander Stubb, director del Instituto Universitario Europeo (EUI), quien recordó que “la libertad de expresión conlleva responsabilidad”.
Alianzas europeas: del IFCN al EFCSN
La responsabilidad traspasa fronteras y se ha convertido en un foco de atención a escala global. Lo demuestra el hecho que la International Fact-Checking Network (IFCN) del Instituto Poynter, una iniciativa que se puso en marcha en Estados Unidos en el año 2015, ha creado una red de organizaciones de verificación de los 5 continentes y ha establecido una serie de estándares de calidad que se ofrecen como garantía de que el procedimiento, la metodología de verificación y los principios bajo las que se rigen las organizaciones de verificación, son adecuados.
De hecho, cuando Facebook quiso calmar las aguas con aquel mensaje en el muro de Zuckerberg, la IFCN, como plataforma epicentro que agrupa a decenas de entidades de todo el mundo, ya se asoció con cinco medios, curiosamente, todos miembros de la Poynter’s International Fact Checking Network: Snopes, Factcheck.org y Politifact, además de ABC News y la agencia de noticias AP.
Según el alma mater de Iberifier y profesor de la Universidad de Navarra, Ramon Salaverría, el sello de garantía seguirá en los próximos años y, paralelamente, las organizaciones de verificación de los países europeos, no solo de los 27 de la Unión, sino otros países del continente europeo, “han visto necesaria buscar una forma más adaptada a las características del trabajo periodístico en Europa”.
Bajo esta necesidad, se ha aprovechado la experiencia de la IFCN por tratar de reforzar aspectos que se consideraban frágiles y, gracias al esfuerzo de la Comisión Europea por contar con estándares propios de calidad para plataformas de verificación en Europa, se ha desarrollado un código propio.
Código europeo de Fact Checkers
El encuentro en la capital checoslovaca de científicos, periodistas y expertos en verificación ha servido, precisamente, para presentar en primicia el Código de Prácticas de la recién creada Red Europea de Normas de Comprobación de Hechos (EFCSN), lo que sería la versión europea del IFCN. Ambas entidades tienen las mismas exigencias a la hora de entrar a formar parte de ellas: cumplir con un código de principios que incluye transparencia de fuentes, metodología y organización, además de hacer comprobaciones al margen del sesgo ideológico del autor o la editorial.
Según Carlos Echevarría, jefe de políticas públicas de Maldita.es[3], se trata de “ir un poco más allá, exigirse más para conseguir un plus de confianza del ciudadano y para conseguirlo hay que transparentar qué metodología se aplica, cómo y cuándo entra el dinero”. Para Echevarría, no es un código de buenas intenciones, sino “una evaluación que hay que pasar cada vez”.
De ahí que el Código del EFCSN esté supervisado por dos expertos ajenos a la organización.
Un sello acreditativo
Llama la atención que 44 organizaciones de comprobación de hechos de más de 30 países de toda Europa hayan acordado el llamado Código Europeo de Normas para Organizaciones Independientes de Verificación de Hechos[4]. Si lo cumples, dicen, tienes un “sello de pertenencia a la red como evidencia de que compruebas hecho de forma independiente, ética y con el compromiso de servir al interés público”.
Parece lógico que se desarrolle un estándar propio para estos países europeos sin que eso, perjudique o tenga que competir de ninguna manera con el estándar internacional.
No se descarta que las instituciones públicas europeas reclamen en los próximos meses, o años, el Código que va a empezar a ponerse en práctica a partir de enero del año, como una condición para que plataformas de verificación con sede en Europa, puedan ejercer su trabajo. Para el profesor Salaverría, este hecho tendría sentido “porque en estos momentos no nos olvidemos que ese sello está siendo determinado por una organización internacional con sede en Estados Unidos”.
Parece lógico pues que se desarrolle un estándar propio para estos países europeos sin que eso, perjudique o tenga que competir de ninguna manera con el estándar internacional.
Iberifier en Praga
Desde el punto de visa de Zdenek Hrib, Prague Mayor, “en los tiempos actuales es más relevante que nunca la independencia del periodismo”. Una afirmación que comparte el principal investigador de Iberifier, Ramon Salaverría, quien añade que “la gran diferencia entre una plataforma digital y un medio periodístico es la responsabilidad” en tanto que “sin la veracidad de la información, un contenido divulgado por cualquier medio de comunicación puede ser impugnado e incluso demandado judicialmente”. Esto, curiosamente no ocurre con el caso de las plataformas digitales donde un contenido es bueno siempre y cuando se comparta mucho “casi con independencia de su veracidad o falsedad”.
A menudo, son usuarios individuales quienes comparten contenidos falsos, pero son las plataformas digitales quienes se lucran de esa circunstancia. Para los expertos, la solución pasa por apelar a la responsabilidad. Piden hacerse responsables, quizá no de los contenidos que se comparten (al fin y al cabo, son los propios usuarios individuales quienes los producen) sino de “los algoritmos que gestionan esos contenidos” porque en muchas ocasiones dan mayor visibilidad a esos contenidos porque generan más negocio.
Según el catedrático Salaverría, sería “sensato buscar una colaboración de periodismo clásico y esta nueva generación de medios nativos digitales entre los que se encuentran las agencias de verificación” fruto de la necesidad de gestionar gran cantidad de contenido contaminado, contenido falso.
De hecho, la filosofía de Google es la de ser sólo contenedor de información en circulación y no ser responsables de los contenidos, una afirmación “muy ventajista, porque significa que te aprovechas de todo aquello que te conviene y en cambio, te evades de cualquier responsabilidad de aquellos aspectos que resulten negativos”.
Precisamente, para Miguel Poiares Maduro, presidente del Consejo de Administración de EDMO, “la desinformación no es nueva pero ha cambiado por el impacto de las redes”, por lo que hay que repensar el periodismo y, según el catedrático Salaverría, sería “sensato buscar una colaboración de periodismo clásico y esta nueva generación de medios nativos digitales entre los que se encuentran las agencias de verificación” fruto de la necesidad de gestionar gran cantidad de contenido contaminado, contenido falso.
Conclusión: herramientas, aún pendientes
De ahí que sea imprescindible la IA ante la tarea de seleccionar la ingente cantidad de información que nos llega en las redacciones en forma de bombardeo constante a través de los canales convencionales, pero, sobre todo, de redes sociales. Javier Cantón, investigador de la Universidad de Granada, asegura que “hay que tratar a la desinformación con las mismas armas con las que fue creada”.
Si hablamos de armas, los fact checkers presentes en Praga coinciden en señalar que las herramientas más comunes son Truly Media (de pago) e INVID, abierta a particulares. Según Cantón, “funciona bien, pero es básica”. El ingeniero informático granadino e investigador de Iberifer, Andrés Montoro, añade que “aún no hay herramientas bien desarrolladas aunque es importante la sinergia entre ingenieros, fact-checkers y profesionales de la información para crear herramientas robustas”.
A nivel de España y Portugal, todavía se está haciendo un mapeo de las tecnologías. Mientras esperamos la creación de herramientas en común, el vicedirector de Pagella Política, en Italia, Tomaso Canetta, afirma que el proyecto IVERES es una buena idea… (IDMO (Italian Digital Media Observatory)).
Teniendo en cuenta que no es papel de los periodistas señalar que un contenido circulando por una determinada red social sea una falsedad, es razonable pensar que el papel de los fact checkers no es sustitutivo, sino complementario de los medios de comunicación para garantizar que toda la información que circula es sólida, que responde a criterios de veracidad y, por supuesto que debe ser atractiva[5]. Por ende, urge encontrar la manera de prototipar una herramienta de ayuda, en abierto y exenta de intereses comerciales, que solucione las necesidades de verificación para los profesionales de la comunicación. Y esto sólo puede liderarse desde el servicio público con alianzas entre entidades, compañías e instituciones.
[1] Universidad de Navarra (IP), Instituto Universitário de Lisboa - ISCTEUniversidad de Granada, Universidad Carlos III de Madrid, Universidad de Santiago de Compostela, Universidad Politécnica de Valencia, Universidad Politécnica de Madrid, Universidad Miguel Hernández de Elche, Universitat de València – Estudi General Universidade de Aveiro Fundación Universitaria San Pablo CEU Universidad Rey Juan CarlosVerificadores y agencias de noticiasMaldita.esEFE VerificaVerificatPolígrafoLusa - Agência de Notícias de PortugalOtros centros de investigaciónReal Instituto ElcanoFECYTBarcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de SupercomputaciónCentro Protocolar de Formação Profissional para Jornalistas - CenjorOberCom - Observatório da ComunicaçãoAssociação Literacia Para os Media e Jornalismo [2] IVERES: Identificación, Verificación y Respuesta. El Estado democrático ante el reto de la desinformación interesada. Es un proyecto liderado por la Corporación de RTVE junto a la UAB y con la participación de UC3M, UGR y UPC. Su fin es desarrollar un sistema de verificación de información de dominio público en abierto y en lengua castellana. [3] Maldita.es es se define como una fundación y un medio de comunicación sin ánimo de lucro, firmante verificado del Código de Principios de la RICF desde 2018, y actualmente forma parte del centro Iberifier EDMO para España y Portugal. [4] Presentarlo en el CEDMO de Praga, ante la presencia de representantes de la UE, ha tenido todo su sentido teniendo en cuenta que la organización apoya a la comunidad europea en el desarrollo de directrices como la Convocatoria de Integridad de los Medios Sociales de la Comisión Europea (Call of Integrity of Social Media) liderada por 6 organizaciones europeas: Fundación Maldita.es (España), AFP (Francia), CORRECTIV (Alemania), DEMAGOG (Polonia), Pagella Politica / Facta (Italia) y EU DisinfoLab (Bélgica). [5] Esta necesidad mutua la puso también encima de la mesa en Praga, Alexander Stubb, Director European University Institute, quien dijo que “el CEDMO está luchando contra la desinformación porque si no tuviéramos fact checkers no tendríamos Democracia”.
Montserrat Rigall
Periodista de RTVE.
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