Blockchain: la revolución del consumo de contenidos

Quirze Salomó, CEO del CBCat (Centre Blockchain de Catalunya), expone las nociones básicas del blockchain y da claves para entender cómo este concepto se puede relacionar con el futuro del broadcast y el audiovisual.

Hace pocos días, Barcelona vivió en carne propia el entusiasmo creciente del mundo audiovisual por las nuevas tecnologías en el mayor salón audiovisual del mundo, el Integrated System Europe, más conocido como ISE, en el cual tuve la oportunidad de asistir y participar.

De entre todas las tecnologías que hemos visto aplicadas al sector audiovisual en los últimos tiempos, y que tienen la capacidad de enriquecerlo, hay una en concreto que ha llegado para revolucionar el sector de forma totalmente disruptiva: la blockchain, y las DLTs (Distributed Ledger Technologies).

Para explicarlo de un modo sencillo y resumido, una blockchain, o cadena de bloques, no es más que una base de datos; es decir, una compilación de información que se almacena electrónicamente en un sistema informático. Las principales propiedades de una blockchain, que la diferencian de una base de datos clásica, son la descentralización, la transparencia, la privacidad y la seguridad.

Blockchain, creación, propiedad y distribución de contenidos

Por vez primera, el sector audiovisual dispone de una tecnología que permite a los creadores monetizar sus obras directamente al ser consumidas por el usuario final, sin pasar por intermediarios.

Uno de los sectores que a todos nos viene a la cabeza cuando pensamos en el mundo audiovisual es el de la música. Es bien sabido que prácticamente el 90% del valor que puede llegar a generar un artista con su música se absorbe por parte de todos los intermediarios que participan en la producción de esta. Por intermediarios entendemos a productores, agentes, representantes, distribuidoras, discográficas… Si bien es cierto que hay una gran responsabilidad y necesidad de los servicios que algunas de estas partes ofrecen, las cifras y porcentajes que llegan a manejar son, en muchos casos, totalmente desorbitados. Imaginad ahora que existiera una tecnología capaz de poner en contacto directo al artista con el consumidor final. ¿Se os ocurre alguna?

Otra posibilidad que permite la tecnología blockchain es la participación activa de los consumidores en la producción de los contenidos y la carrera profesional de los artistas. Aplicaciones como Rollyhoo permiten a los usuarios apoyar económicamente la carrera de los creadores, y beneficiarse después de la rentabilidad generada por dichos activos. Gracias a la tecnología blockchain, los procesos en este tipo de iniciativas son completamente automáticos y transparentes. Esta es también una forma de luchar contra los grandes monopolios de contenido y fomentar el nuevo talento, puesto que solamente suelen financiar grandes producciones de directores, actores o músicos ya consolidados. Así, las tecnologías descentralizadas permiten la verdadera democratización de la creación del entretenimiento.

Nuevo paradigma para el contenido

Dejando de lado la capacidad democratizadora de la blockchain, también podemos fijarnos en los medios de distribución de dicho contenido. Si hasta la fecha teníamos una completa dependencia de las grandes plataformas de contenido digital, sea YouTube, Spotify, Netflix u otras grandes plataformas, tenemos delante de nosotros las herramientas para crear nuevas vías de distribución directa, de nuevo, sin intermediarios. Por un lado, tenemos la creación, por otro, el consumo. Entre estos dos, existen intermediarios que explotan la distribución, que al fin y al cabo son quienes se encargan de hacer llegar al usuario final el producto del artista/autor.

Gracias a la blockchain y, en concreto, a la tecnología de los NFTs (tokens no fungibles) y las criptomonedas, se pueden construir plataformas totalmente descentralizadas donde la distribución de dicho contenido se efectúe de una manera más eficiente, reduciendo los costes para el usuario final, e incrementando los beneficios de los creadores.

Es precisamente la manera de distribuir los beneficios de un negocio la que está marcando las diferencias entre las empresas tecnológicas tradicionales y las nuevas start-ups del mundo de la web 3. Las nuevas generaciones, cada vez más, son conscientes de la importancia y el potencial que pueden llegar a tener las comunidades de usuarios, y esta tecnología pone en sus manos nuevos mecanismos para monetizar su esfuerzo y convertir a un grupo de personas en auténticos propietarios de nuevos negocios.

Los metaversos

No podemos olvidar el gran boom de los últimos meses: los metaversos. Estos nuevos mundos digitales son posibles gracias a la tecnología blockchain, que es la que posibilita que haya en ellos un sistema económico y de gobernanza. Sin esta tecnología, nadie nos garantiza una propiedad auténtica de los activos digitales que habitan estos mundos virtuales.

Como se está viendo, nos encontramos en un momento de auge de estos entornos, en el que aún está por definirse cómo se visualizarán dichos mundos (¿será con realidad virtual, aumentada o mixta?), cuáles tendrán más tráfico o qué nos atraerá a ellos como usuarios. Pese a todo, si hay una cosa clara es que estos nuevos mundos van a tener que llenarse de contenido, y aquí entra la industria audiovisual. Para que nosotros, como usuarios, queramos pasar nuestro tiempo en estos entornos, deberemos encontrar no solo una alta calidad de gráficos, sino un buen contenido interactivo, un storytelling convincente y, en definitiva, un entorno que nos motive lo suficiente para querer regresar un día tras otro.

Debemos entender estos mundos como una nueva forma de interactuar con la realidad digital que la humanidad ha estado construyendo desde finales del siglo XX. La capacidad inmersiva de la realidad virtual nos acerca mucho más a los creadores de contenido, generando en nuestras mentes un componente emocional capaz de derivar en acciones que, de otro modo, no haríamos. Si los artistas y creadores son capaces de potenciar este efecto en los usuarios y monetizarlo vía herramientas como los NFTs y las criptomonedas, entonces verán el auténtico potencial que pueden llegar a tener los metaversos.

Quirze Salomó

CEO del CBCat (Centre de Blockchain de Catalunya)

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