¿Cómo se transforma un podcast en un formato televisivo? El caso de ‘Mi año favorito’
José Miguel Contreras, socio fundador de Lacoproductora (y profesional con una dilatada experiencia en compañías como Canal+, Globomedia, La Sexta o Atresmedia), aborda la nueva forma de entender la producción televisiva partiendo del ejemplo de Mi año favorito, producción original de Movistar Plus+ basada en el podcast homónimo de Podium Podcast (PRISA).
Decir que mundo de la producción televisiva está cambiando sería anclarse en la obviedad. Las preferencias de los espectadores, el inevitable impulso de la tecnología y el siempre complejo contexto social ha hecho que los programas, series, concursos o informativos que nos han acompañado hayan ido adaptándose a una realidad en evolución. Es cierto que podríamos reconocer una determinada estabilidad que se prolongaba durante décadas, tal y como sucedió en la frecuentemente llamada “edad de oro” de la ficción española en los 90. Ahora, eso ya no existe. Las tendencias duran meses; con suerte, años. La flexibilidad, no solo en el contenido, si no en los modelos de negocio, se constituyen como un requisito fundamental para la supervivencia.
En este contexto nace Lacoproductora, un proyecto nacido hace tres años de la mano de Jorge Pezzi, profesional del mundo de la producción, publicidad y creatividad, y de José Miguel Contreras, un veterano profesional del mundo audiovisual que, entre otros hitos, ha liderado e impulsado iniciativas como Globomedia y GECA, además de haber sidso director de Factoría de Ficción, consejero delegado de LaSexta o vicepresidente de Atresmedia. Durante los siguientes minutos, Contreras acompañará al lector para transmitirle su visión sobre el ecosistema de medios o la evolución de las preferencias del espectador, movimientos ejemplificados en su último gran proyecto: la adaptación del podcast Mi año favorito de Podium (PRISA) a un formato televisivo para Movistar Plus+.
Un proyecto “original y distinto”
Desde su nacimiento, Lacoproductora nace como una iniciativa “completamente original” que buscaba “no tener nada que ver con el concepto tradicional de las productoras para las televisiones”, según subraya Contreras. Este movimiento industrial responde a la identificación de que las productoras se encontraban en una fase de transformación (y de declive “para aquellos que no se transformen”). Ya no tendría sentido realizar formatos de entretenimiento o de ficción especialmente definidos. Al contrario, para Contreras el futuro era “lo híbrido, un mestizaje tecnológico, creativo y de ventanas que en ese momento éramos incapaces de vislumbrar”.
Partiendo de esa mentalidad abierta, eje de la transformación digital tan deseada por cientos de corporaciones, Lacoproductora comenzó a realizar y “experimentar” con numerosos proyectos. Como bien reconoce el socio fundador de la compañía, “algunos han salido y muchos otros no”. La reina del pueblo, El cielo puede esperar, Por H o por B, Las cosas claras o El condensador de Fluzo son algunos de los nombres propios que sí que han visto la luz de la mano de destacados agentes como HBO, Netflix, Atresmedia, Telemadrid, RTVE o la propia Movistar Plus+.
La transversalidad como eje
Este cambio de enfoque nace de la observación de tres claves que han conducido a un cambio en el paradigma televisivo. En primer lugar, un cambio tecnológico transversal, lo que ha generado, a su vez, un cambio de consumo: “La aparición de nuevas ventanas, sobre todo provocadas por el estallido de la disrupción digital, ha explotado los métodos tradicionales de transmisión de contenidos y ha abierto multitud de nuevas ventanas”. Estas revolución tecnológica y de consumo dirige, inevitablemente, hacia la tercera clave: una revolución económica.
Para Contreras, los modelos de negocio históricos que han acompañado a la producción audiovisual de entretenimiento y ficción para televisión han “estallado y quebrado”. Para muestra, un botón: “Antes era muy sencillo: si tenías un programa de televisión y tenía mucho audiencia, es que había ido bien y ganabas dinero. Esto se ha rodo y no se sabe muy bien por qué”. Entre las causas, que suman pero no llegan a ser determinantes, Contreras identifica las figuras de streamers o Tiktokers, los cuales manejan unas cifras “completamente enloquecidas”, o la proliferación de creadores de contenidos que cuentan con múltiples plataformas de distribución para dar a conocer sus proyectos.
“Esta curiosísima mezcla de tres elementos, revolución tecnológica, revolución absoluta de consumo y revolución de los métodos de negocio está provocando un nuevo mundo en eclosión. De ninguna manera esto ha terminado. Lo que sí ha terminado es el pasado”, sentencia Contreras.
El origen de Mi año favorito en TV
Como bien reconoce el socio fundador de Lacoproductora, en los orígenes de esta iniciativa empresarial jamás se habrían planteado la posibilidad de adaptar un podcast a televisión. En tres años, el mundo audiovisual ha cambiado..
La llegada de Mi año favorito a Movistar Plus+ nació a partir de conversaciones mantenidas con María Jesús Espinosa de los Monteros, directora de la unidad de audio de PRISA. El objetivo era claro: adaptar un podcast a la televisión como pieza de un proyecto transversal. Para ello, se analizó el catálogo de Cadena SER, Podium Podcast y el resto de verticales de PRISA; además, se habló con creadores de la casa. Finalmente, fue el locutor y guionista Arturo González Campos quien vio la posibilidad de adaptar uno de los podcast en los que participa: Mi año favorito, un talk show en el que el propio González Campos y el actor Dani Rovira invitan a una celebridad a repasar su año favorito.
El proyecto fue presentado a Movistar Plus+. La idea no era únicamente realizar una adaptación televisiva que se vería a través de su plataforma de pago, sino que iría acompañada incluso con una gira de teatros que se definiría inminentemente. Del mismo modo, el podcast seguiría su curso. Tres canales de negocio, de consumo lineal y no lineal, al servicio de la preferencia del espectador: así sería la nueva etapa de Mi año favorito.
Movistar+ recibió la idea con los brazos abiertos: “Fue curioso. Demostró que a veces la experimentación empresarial e industrial, si parte de la creatividad, pueden dar frutos que hasta ahora no estaban explorados”.
Del podcast a la televisión
La base era clara. ¿Pero de qué manera se adapta un formato de podcast basado en gran medida en la improvisación y con una duración indeterminada, que se extiende desde la hora y diez minutos a las dos horas?
Para afrontar este desafío, el equipo de Lacoproductora trabajó mano a mano tanto con el propio Rovira y González Campos. Era imprescindible comprender cuáles eran las claves que identificaban y hacían único este formato para así poder mantener su espíritu. Contreras pronto descubrió que la verdadera magia residía en la improvisación. Como bien reconoce: “El año, al final, es una referencia, una especie de excusa para que vengan y hablen de ahora, antes, del futuro o de lo que quieran”.
Partiendo de esta base, se planteó un formato al servicio de sus protagonistas para que, de esta forma, pudieran mantener su “frescura e informalidad”. Paralelamente, se decidió reforzar la conversación con elementos de grafismo que referenciaran momentos concretos, la participación de invitados especiales y una banda invitada por episodio para versionar un tema clásico del año elegido.
Luchando contra la tiranía del tiempo
Todas estas decisiones responden a las diferentes realidades de consumo que, aún a día de hoy, diferencian un canal auditivo como son los podcast y la televisión. Si bien el espectador ha podido acostumbrarse a no tener que recibir estímulos constantes durante el consumo de un programa televisivo, todavía se requieren de elementos que aporten un determinado dinamismo. La escucha pasiva desaparece y esto puede provocar que, aun manteniéndose la magia y la intimidad de la conversación, la audiencia eche en falta un factor que le haga no despegar su mirada de la pantalla, sea grande o pequeña.
Para hacer frente a estas limitaciones, especialmente marcadas por una duración máxima de cincuenta minutos, el equipo de Lacoproductora junto con Movistar+ decidió añadir secciones que estructuraran la conversación, así como grabar “bastante más” de lo que finalmente se acabaría por ver. La conversación debe mantener su flujo y su naturalidad; luego, la edición hará lo necesario para adaptarse a la plataforma de Telefónica. Contreras, siendo consciente de que la magia reside en el ambiente creado, considera prioritario favorecer que tanto González Campos como Rovira “no se vean atenazados o condenados por la tiranía del tiempo”.
Una integración absoluta con Movistar Plus+
Para dar forma a Mi año favorito, Lacoproductora decidió aliarse con Movistar Plus+. Para entender su relación, hay que olvidar la mayor parte de alianzas históricas entre productoras y broadcasters, así como de los roles que otrora asumían. La integración entre ambas compañías ha sido total, hasta el punto de que las responsabilidades creativas o técnicas se llevaban a disipar.
Contreras considera que clave para esta integración es que el equipo de entretenimiento de Movistar Plus+ esté encabezado por José Andrés García Ropero y Ángel Ayllón, “dos de los profesionales más experimentados y que más programas han hecho en su vida” de la televisión en España. “Juntos tienen miles y miles de horas de comedia a sus espaldas”, apunta el socio de Lacoproductora, lo que provoca que la conversación fluya de una manera “radicalmente distinta” en comparación con la “gran mayoría de ejecutivos de programación o de marketing”. Esta integración en la parte de desarrollo creativo del proyecto también se extiende en su producción. Mientras que Movistar+ cede sus estudios de Tres Cantos para la grabación del formato, en un momento dado Lacoproductora podría llegar poner sus propios operadores de cámara.
Esta colaboración tan estrecha permite que el formato siga evolucionado con el paso de las grabaciones. Contreras reconoce que día a día aprenden de la experiencia. Lo considera algo imprescindible, ya que no está adaptando un formato internacional, sino creando algo completamente nuevo: “Cada día discutimos y aprendemos qué tipo de invitados funciona mejor, qué tipo de contenidos, cómo debe mantener su estructura el programa, qué ritmo debe tener… Todo eso se construye desde la pura creación, lo que es lo más bonito de la televisión”.
La libertad se refleja en la técnica
La falta de referencias previas y el resto de llevar la intimidad de un podcast a la televisión ha permitido que el equipo de Lacoproductora tome decisiones creativas que no podrían haberse producido en cualquier otro contexto. Estos elementos se reflejan en un ritmo de montaje menor del que se podría esperar de la televisión en abierto o la elección de un tipo de iluminación tenue y que prescinde de los colores más saturados.
Contreras considera que esto responde a la nueva realidad del ecosistema televisivo. Al partir de un contexto íntimo generado en el formato original y gracias a la confianza depositada por Movistar+, la adaptación televisiva de Mi año favorito se puede permitir experimentar con ciertas claves tecnológicas que no podrían haber sido posibles, aún a día de hoy, en la televisión en abierto: “La gente sigue exigiendo muchísima luz en la televisión en abierto para que, cuando estés zapeando, te llame la atención ese pelotazo de luz. No digo que haya una relación directa, pero cada vez que se han hecho programas más íntimos o más cerrados, funcionan mucho peor (…). No obstante, como con el consumo a través de plataformas tú eliges el momento y cómo quieres ver un programa, el concepto es radicalmente distinto”.
Este cambio de planteamiento ha acompañado a toda la conceptualización del look de Mi año favorito: disposición de las mesas, la elección de la iluminación, los fondos o incluso el color de la moqueta. También ha condicionado el modelo de realización, ya que se ha optado por un premontaje realizado en directo que, posteriormente, es retocado en postproducción.
“Todas estas decisiones se han tenido que estudiar y trabajarlas para encontrar una fórmula que haga que los soportes técnicos estén al servicio del concepto y que no choquen”, reconoce Contreras.
PRISA Video: un nuevo capítulo
La creación de nuevos contenidos que trasciendan los formatos más habituales seguirá marcando el día a día de Lacoproductora durante los próximos años. Eso sí, lo hará de mano de PRISA, grupo que ha decidido “integrar plenamente» a la productora en su estructura de vídeo para desarrollar “tareas de creación de formatos, comercialización y producción de productos audiovisuales”.
En coordinación con los diversos equipos de PRISA, Lacoproductora dara vida a diferentes formatos que puedan “desarrollarse y explotarse casi de manera ilimitada, ya sea en audio, vídeo, físico o en la creación de productos derivados que puedan dirigirse a diferentes géneros”, según Contreras. Para ello, se estará abierto a todo tipo de estímulos que puedan generar ideas dignas de ser compartidas en todos los países y mercados de habla hispana: “Con este planteamiento, te estalla la cabeza en el mejor de los sentidos. Ya no mides exclusivamente una ventanita, pensando “a ver si coloco este programa y se lo vendo a no sé quién”. Ahora el objetivo es desarrollar una idea que tenga la posibilidad de tener un desarrollo extremo a través de todas las ventanas posibles tanto presentes como futuras”.
Este movimiento viene acompañado de una decisión natural, si consideramos el contexto de la conversación y de la mentalidad que ha acompañado a Lacoproductora a lo largo de su breve (pero intensa) historia. Esta unidad de negocio es de PRISA hacia el exterior, lo que implica que todos estos proyectos no serán explotados exclusivamente de forma interna en el grupo. Al contrario, se rompe ese concepto “casi autárquico” para llevar nuevas historias, narrativas y formatos a la amplia totalidad del mundo audiovisual: “Vamos a trabajar rompiendo el código tradicional; ese que dice que la productora da únicamente un servicio que el operador te contrata. Para ello, vamos a ver conjuntamente cómo desarrollamos las posibilidades creativas, industriales y de promoción para cada uno de los contenidos”.
La adaptación de podcast a televisión (y gira) de Mi año favorito es el primer gran proyecto bajo esta renovada filosofía. ¿Recordaremos 2022 como el año del gran cambio de paradigma en la producción de ficción y entretenimiento?
Un reportaje de Sergio Julián Gómez
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro RSS feed y no te perderás nada.