Los 15 capítulos esenciales para entender la historia de ‘Diario de un nómada’ (La 2)
Miquel Silvestre. Dos cámaras. Una moto y un coche. No hace falta más. El aventurero, escritor, productor, guionista, camarógrafo y productor, a través Silver Rider Prodaktions, ha sabido revitalizar el género de la aventura documental en la parrilla de La 2 con un formato que pone en valor las localizaciones, la historia y las personas. Una particular vuelta al mundo cargada de espontaneidad que prescinde de avanzadillas en términos de producción para poner el valor en la sorpresa que traza el propio recorrido. En Diario de un nómada, se acompaña a un viajero según va descubriendo y dibujando su propio camino.
Silvestre traza el recorrido de Diario de un nómada a través de 15 capítulos, repletos de historias curiosas y de claves técnicas que nos abren la ventana a una forma diferente de hacer las cosas, que le ha valido recientemente una nominación en los Premios Iris frente a otros gigantes como Late Motiv o El Hormiguero.
1. La aventura comienza en YouTube
“Comencé a filmar mis viajes en moto en solitario para subirlos a YouTube. Estos vídeos, con una vocación documental, quería que sirvieran para complementar mi lado literario, ya que a través del vídeo conseguiría llegar a más gente que quisiera leer mis libros. Había hecho algunos pinitos a la hora de filmar mis viajes con algunas piezas más cortas por África, pero no me había puesto a ello de forma sistemática. Entonces, en el momento en el que decido dar la vuelta al mundo, que fue un viaje de 18 meses y 50.000 kilómetros, me llevo una serie de equipamiento. Me llevé una cámara réflex, una Canon EOS con alguna lente, y otras cámaras deportivas. Según fue avanzando el viaje, fui ampliando el equipo. En Bangkok, aprovechando que la tecnología era muy barata, me compré otra réflex y un Tokina ojo de pez; en Nairobi, un 300 milímetros. Fui editando los vídeos sobre la marcha con un portátil. Esa fue mi primera escuela de rodaje y montaje. A medida que iba montando un vídeo cada semana, me iba dando cuenta de lo que hacía falta”.
2. La primera llamada de TVE
“Los vídeos que hice los vieron en el programa La Aventura del Saber de Televisión Española. Me entrevistaron y me propusieron realizar una colaboración con ellos. Poco después me fui a Uzbekistán, a rodar la ruta de la seda, y al volver fue cuando un productor ejecutivo del formato me propuso presentar un proyecto para una serie completa. Dije desde el primer momento que sí, pero hay que tener en cuenta que esto se produjo en el año 2014. El truco consistió en que en aquel momento TVE tenía un déficit económico importante, por lo que solo estaban buscando productos patrocinados. Vaya, gratis. Me dijeron que tenía que entregar un producto patrocinado. Ese fue el verdadero lío. Me puse en contacto con una productora para realizar un presupuesto para rodar por Sudamérica. Pero hablamos de 360.000€. No podía conseguir esa cantidad. Entonces, como quería hacer la serie, dije a TVE que tenía una productora… aunque en realidad fundé la mía propia, Silver Rider Prodaktions (sic). Con un presupuesto de unos 100.000 euros, contraté a un cámara, a un conductor y compré mis primeras cámaras profesionales”.
3. Un debut DIY
“Compré unos micros inalámbricos Sennheiser, compré una Panasonic, unas GoPro y con eso nos fuimos tres meses por Sudamérica. Fue la primera temporada de Diario de un nómada. No tenía más escuela que los vídeos que hice para YouTube de mi vuelta al mundo, así que decidí aplicar el mismo sistema, pero con un cámara que me grababa. Cuando regresé a España en verano de 2014 no encontraba a nadie que me montase los programas como a mí me gustaría, principalmente porque no habían vivido el viaje, así que decidí montarlo yo. Me compré un MacPro y empecé a montar mis programas con Final Cut. ¿El motivo? Porque es la versión actualizada o más profesional de iMovie, que era el software que utilicé para montar mi vuelta al mundo. Todo fue muy doméstico y muy amateur. Sin embargo, presenté la primera temporada para Televisión Española y, para mi sorpresa, pasó el control técnico y me los emitieron”.
4. El formato comienza a funcionar
“A partir de ahí, la serie empezó a funcionar bien tanto de audiencia como de crítica. Yo creo que es por el contenido de aventura con cultura. Mezcla las dos cosas. No soy un Calleja ni un Frank de la Jungla. En Diario de un nómada hay un fondo intelectual más denso. No es más que la historia española de la exploración. […] Es un viaje que se sigue completamente en directo. El viajero no va siguiendo una ruta previamente producida, creada por una avanzadilla de producción que va preparando las historias o reservando los hoteles. Aquí se hace sobre la marcha. El viajero resuelve sus papeletas y las cámaras le acompañan para poder grabar con la máxima fidelidad lo que realmente estaba sucediendo. […] Como el sistema me había funcionado, decidí replicarlo. Yo dirijo la filmación, filmo muchas cosas, soy el realizador y productor del programa y, además, lo monto. Una vez que tengo hecho el premontaje, redacto una voz en off para completar los huecos que necesitan información adicional. Pido la locución a un antiguo compañero del colegio, que es locutor profesional. Entonces, me los manda por correo electrónico y los voy encajando en el proyecto. Luego lo exporto, lo mando a colorear, encargo la corrección de sonido a un técnico… ¡y ya está! Así llevamos 11 temporadas. Me han encargado la 12ª y, paralelamente, un programa con otro título para Viajar, a quienes ya les he entregado como 60 episodios. Además, he subido un par de temporadas a Prime Video y hago otro formato para Garage TV. No es que tenga una gran productora, pero lo que sí que tengo es una productora muy pequeñita pero completamente independiente. Y tenemos bastante trabajo”.
5. Consolidando el acuerdo con Televisión Española
“La negociación con TVE fue un poco complicada. Desde que empezamos a hablar, allá por 2013, hasta que se inició la serie, pasó un año y medio. En un par de ocasiones me dijeron que el proyecto no podía salir adelante. Me costó muchísimo terminar de convencerles. Todo lo tengo publicado en un libro llamado Nómada en Sudamérica. En un momento dado, después de trabajar durante meses, recibí un email en el que me decían que el proyecto no podía salir. Pensaban que no iba a poder conseguir los patrocinios necesarios. Pero cuando les dije que ya tenía la pasta necesaria para hacerlo, todo desencalló. No sería hasta cuatro temporadas después cuando empezaron a pagarme. Durante un tiempo, estuvieron emitiendo mi programa completamente gratis. Lo conseguía financiar en base a patrocinios. Pero bueno, llegó un momento en el que también exigían más, más calidad, y fue entonces cuando ya empezaron a pagarme. No mucho, eso sí. Es un programa muy barato, pero a mí me compensa. Me divierte hacerlo”.
6. Una productora con colaboradores de confianza
“Silver Rider Prodaktions sigo siendo yo, en el sentido de que no tengo nada de contratado. Las personas que trabajan en cada proyecto son autónomos, pero sí es cierto que tengo a unos colaboradores de mucha confianza con los que repito habitualmente. Tengo a un par de etalonadores de confianza, a un técnico de sonido con quien repito, Pablo Estrella; y seis operadores de cámara que van rotando. El problema que encuentro es que puedo pagar poco, por lo que ellos tienen que priorizar los trabajos que les pagan más. Pero, aun así, todo el mundo está deseando venirse conmigo. Por ello, en función de los calendarios que tengan, voy viajando con uno o con otro. Normalmente llevo dos operadores de cámara que hacen también de conductor. A pesar de que vamos variando de cámara, el programa y su estética es siempre similar. Una vez que ya se aprende a trabajar conmigo, la técnica es bastante sencilla. Diario de un nómada es un programa cuya única complejidad técnica es filmar siempre en exteriores y ser muy rápido para captar lo que pasa en el camino. No se repite nada”.
7. Tres personas, una temporada
“Desde el inicio, Televisión Española me exige que vaya con un operador de cámara profesional. El primer cámara es un chico que trabaja para una productora de Canal Extremadura, Antonio Piris, que es quien me acompañó por Sudamérica. Aquella temporada se grabó con un solo cámara y un conductor argentino que, si bien no era cámara, acabó grabando algunos planos. Después de ver el trabajo que resultó, comprendí que era necesario trabajar con dos operadores de cámara que se fueran alternando en la labor de conducción. Excepcionalmente hemos sido cuatro, pero ya he podido comprobar que contar con tres operadores de cámara es contraproducente. ¡No aporta nada! Cuando van tres, se empiezan a confundir las responsabilidades y la distinción de tareas no está tan clara. El formato ideal son dos vehículos. En uno estoy yo y en el segundo están los cámaras. Y lo más importante es poder desplazarse rápidamente. Por otro lado, el operador de cámara también es el encargado de grabar el sonido”.
8. Un material técnico todoterreno
“Hemos tenido una evolución técnica importantísima, porque se demanda y porque la tecnología ahora es buena y barata. Nos hemos convertido en adictos de Netflix, así que ahora todo tiene que estar grabado a la perfección, con cámaras estabilizadas, con su color… El ejemplo lo pongo con los drones. El que utilizamos en Sudamérica fue un Phantom II de DJI con la cámara sin estabilizar. En aquel momento lo metí todo, pero ahora no podría utilizar nada, ya que la cámara vibraba enormemente. De lo que costó aquel Phantom en su momento a lo que cuesta ahora el Mavic Mini, que es el que utilizamos… […] El salto se ha producido por todo. La cámara profesional que compré para la primera temporada, una Panasonic PX250, me ha aguantado muchísimo y prácticamente ha dado la vuelta al mundo. Sin embargo, llegó un momento en el que se quedó obsoleta. Ahora grabamos con la Sony Alpha 7 SII, cámaras deportivas DJI – Osmo Action, GoPro y los estabilizadores Osmo X3 y X5, que ya ni siquiera se fabrican. Por otro lado, grabamos con ópticas tele, pero todas ellas muy “todotorreno”. Lo malo es que sobre un trípode vibran mucho si hace viento. Para poder corregir este inconveniente necesitaríamos unos trípodes mucho más pesados, pero lo cierto es que apostamos por equipos ligeros porque, en nuestra ecuación, lo que más interesa es la versatilidad”.
9. Editando en mitad del desierto
“Siempre vamos con un coche o una furgoneta, el cual cuenta con un convertidor de corriente con una regleta. De esta forma, conseguimos que las baterías vayan cargándose continuamente, al igual que nuestro ordenador. Esto no quiere decir que muchas veces no se nos haya estropeado el sistema. En esos momentos, te jodes y tienes que economizar las baterías. Son cosas que suceden durante el viaje y que luego no se tiene que notar en el episodio. Al final, en la carretera nos ha pasado de todo: se nos han pinchado las ruedas, nos hemos quedado sin suspensión… Por otro lado, el sistema de convertidor nos permite descargar las tarjetas a diario, algo fundamental, ya que todos los brutos tienen que ordenarse directamente en los numerosos discos duros que llevamos a los viajes. Hacemos la copia de seguridad cada día”.
10. El sonido, el principal enemigo
“El problema más habitual dentro de un rodaje es el sonido. Un plano quemado se puede justificar porque haya mucho sol. Además, el etalonador puede hacer lo que pueda. Si narrativamente es importante, se puede introducir. Pero un sonido malo, chasqueado o saturadísimo de viento no se puede utilizar. Eso nos ha estropeado muchísimos planos. He llegado a utilizar, como alternativa, el sonido grabado con un móvil o con la GoPro. El espectador no tolera un fallo en el sonido. Como espectador, al ver un documental quieres que todo sea fluido. No te quieres enterar de que estás viendo una película. […] En definitiva, esa es la mayor complejidad técnica. Además, hay que tener en cuenta que los cámaras no son sonidistas. Controlan de luz o de temperaturas de color, pero llevar el sonido requiere de una pericia técnica diferente. Ese es nuestro mayor desafío”.
11. Las odiseas del sobrecalentamiento, las baterías y las tarjetas
“Nos enfrentamos a otros problemas técnicos, como el sobrecalentamiento de las cámaras. Si le sucede a la Sony Alfa 7 SII, deja de grabar. Y es un problema, ya que a veces nos pasa en el desierto o a pleno sol. También nos enfrentamos a la suciedad en las lentes, que es algo de lo que me entero cuando estoy en edición o cuando trata la imagen el etalonador. Otro de los problemas es que estas cámaras requieren de un consumo de energía constante. No llevan alimentación externa, por lo que siempre tienes que llevar baterías suficientes encima. No obstante, aunque llevemos siempre un chaleco o riñonera con tarjetas y baterías de repuesto, en ocasiones nos hemos quedado sin alguno de los dos recursos en mitad de una secuencia. Así es la filmación. También se nos han corrompido las tarjetas, hemos formateado una tarjeta pensando que la habíamos descargado sin hacerlo… Son cosas que a veces suceden. Al final, nuestros rodajes son una aventura. Son riesgos que están ahí”.
12. La magia de lo incontrolable
“Cuando nos nominaron a los Premios Iris, comenté en el vídeo que se tiene que mandar a los académicos que mi formato es el único de todos los nominados que no se graba en un estudio. Las circunstancias de grabación para mí son siempre incontrolables. Grabo según tengo la luz de la mañana, mediodía, tarde o noche. No puedo controlar la luz ni el sonido. ¡Es completamente diferente a rodar en un estudio! Cuando me encuentro con un paisano en la carretera no le puedo decir que se ponga a un lado en el que le favorezca la luz. Es el cámara el que se tiene que desplazar. Esto es algo muy importante, ya que siempre tratamos de grabar las reacciones de las personas sin intimidarles. Tú imagínate que estás vendiendo fruta al lado de la carretera, se para un extranjero y, a continuación, llega un coche con dos tíos con cámaras. ¿Cómo conseguimos que estas personas sigan actuando de forma natural? Eso es lo verdaderamente mágico. Depende mucho de la forma que tengo de tratarles y relacionarme con ellos. Procuro demostrarles a estas personas que el interés está en ellos; que lo que está haciendo o contando para mí es lo más importante. Todo esto, sin pensar ni mirar a los cámaras para que él tampoco los mire. De esta forma, logramos muchos momentos genuinos y naturales. Como siempre digo, a un paisano no le puedo decir que me repita una secuencia. Lo importante es captar ese momento y que quede lo mejor filmado posible”.
13. Una nueva etapa en España
“Viajar por España me resulta mucho más difícil de vender. Aun así, Televisión Española está emitiendo la saga de Diario de un nómada “Ruta por la España vacía”, y también he vendido un formato similar a Viajar, lo cual ha venido muy bien. Es cierto que Viajar tiene menos audiencia que La 2, pero también tiene una virtud, y es que repite los contenidos continuamente. […] Por otro lado, para mí es muy interesante viajar por España porque estoy descubrimiento mi propio país. En cuanto a logística es mucho más fácil, ya que puedo hacer tres episodios en un fin de semana. Sin embargo, me sale más caro filmar fines de semanas suelto que viajar durante un mes. Además, ofrezco al espectador la posibilidad de repetir mis rutas. A Uzbekistán no puede ir todo el mundo, pero es muy probable que a Soria sí. […] Aún con todo, desde el punto de vista del interés del viajero, al final a mí lo que me gusta es viajar por Mongolia o Pakistán. ¡Me genera mucha más emoción! Prefiero ir a sitios donde no me entienda la gente. La diferencia lingüística obliga a que ambas partes haga un esfuerzo para entenderse”.
14. El reconocimiento en los Premios Iris
“En 2020 nos llevamos el Premio Zapping al mejor programa documental, cultural y divulgativo, y este año hemos sido nominados al Premio Iris a mejor realización. Estos reconocimientos llegan en un momento en el que ya tengo un currículum. Al final, el programa es el mismo. No hay una gran diferencia entre lo que contaba antes y lo que cuento ahora. Pero también es cierto que el programa al final va calando. Con el poco presupuesto que tenemos y con las dificultades que tenemos para filmar estos documentales, no deja de ser un motivo de alegría grande. Al final, hago esto para vivir de verdad. Me gusta mucho contar historias y ese es el legado que estoy creando. Mi modelo podría ser Félix Rodríguez de la Fuente. Una televisión de aventuras, de entretenimiento, pero que al mismo tiempo lo veas y digas: “He aprendido algo que no sabía”. Algo que puedan ver mis hijos con orgullo. Estos premios y nominaciones suponen un refrendo del esfuerzo realizado. Es como si se confirmara que no iba tan desencaminado cuando tuve la idea inicial. […] Yo sé que el premio no me lo van a conceder. Siempre hay un modesto en las nominaciones, y creo que este año me han elegido a mí. Aun así, me hace sentir muy contento. Ser escogido en una categoría en la que también está Late Motiv, El Hormiguero o Mi casa es la tuya, que tienen realizaciones exquisitas y muchos medios, no deja de hacerme sentir como si me hubiera colado en la fiesta (risas)”.
15. Las próximas aventuras del Nómada
“Lo principal es tener una ventana. Nunca están garantizadas, por lo que hay que trabajar cada día. A medida que disponga de una ventana, seguiré haciendo el formato, si bien sé que no habrá una evolución técnica, ya que actualmente estoy haciendo lo que me gusta hacer. Sí que hay novedades, ya que en los nuevos episodios de Viajar viajo en coche en invierno. También podría viajar en tren o hacer muchas otras cosas. En cualquier caso, creo que es mucho menos atractivo que el viaje en moto. […] Lo único que sí haría es seguir invirtiendo en tecnología para tener mejores cámaras y mejor calidad, pero sin comprometer la agilidad. En cuando a destinos, estoy esperando que se resuelva esta situación. Tengo que ver cómo está el mundo en base a las restricciones: dónde nos van a dejar pasar con el pasaporte de vacunación, dónde no… Cuando la epidemia explotó, yo ya tenía un viaje siguiendo la ruta de Alejandro Magno, uno de mis sueños. Quería cruzar toda Europa, Balcanes, Turquía, Irán, Pakistán y llegar hasta la India. Me parecía un viajazo espectacular. Sin embargo, no se puede hacer por las restricciones de viaje. Simplemente pensar en tener que pasar tres PCRs en cada frontera… También tengo producidos destinos como Argelia, Túnez, Marruecos o Turquía; sé las ciudades y los yacimientos que tendría que visitar, y qué narrar en cada lugar. Pero hay que esperar a que la situación se resuelva. Soy optimista. Yo creo que en torno a noviembre o diciembre podremos retomar estos y muchos otros proyectos”.
Puedes ver Diario de un Nómada en TVE Play.
Un reportaje de Sergio Julián Gómez
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