Daniela Cajías, primera mujer que recibe el Goya a la Mejor Dirección de Fotografía
Cajías, de origen boliviano y formada en la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales (ECA) de La Paz, hace historia con ‘Las niñas’ en los Goya.
El Goya a la Mejor Dirección de Fotografía recayó en Daniela Cajías por su trabajo en la película Las Niñas, la ópera prima de Pilar Palomero. Se convierte en la primera mujer en ganarlo.
A este premio también optaban Sergi Vilanova por Adú, Javier Aguirre por Akelarre y Ángel Amorós por Black Beach.
Al recibir el premio y rodeada del equipo de la cinta, lo dedicó a «todo el equipo de Las niñas y especialmente a Valérie Delpierre, Alex Lafuentea y Pilar Palomero por haber confiado en mí, por haber apostado por mí. Gracias a la gente que quiero en Bolivia, a mi familia y mis amigos, a todos los artistas que están ahí».
Cajías, de origen boliviano, se formó en la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales (ECA) de La Paz, y es hija de los cineastas Francisco Cajías y María Eugenia Muñoz, por lo que desde niña ha estado relacionada con el mundo del cine. Ha hecho historia al ganar el Goya a la mejor Dirección de Fotografía por esa película. Es la primera en conseguirlo en 35 años de historia de los premios.
La cámara invisible
En Las Niñas, Cajías quiso ser casi invisible, ya que como ella ha reconocido en entrevistas no quería molestar con trípodes, ni cables, ni luces…, sino rodar un poco como si fuera un documental, iluminando desde fuera del set o de las casas, para que las niñas tuvieran toda la libertad para actuar y moverse.
Una seña de identidad del trabajo de la fotógrafa es que se apoya en la utilización de luz natural porque considera que hay algo en las texturas y colores naturales que brindan un tono que le convence más. No por ello, es reacia a recurrir a otras fuentes.
Su sistema de trabajo ha sido el estudio en cada localización de las entradas de luz para, ya en rodaje, ajustar lo planificado a las diversas circunstancias. El objetivo fue controlar la luz, el cambio de intensidad, cómo y por dónde redirigirla, con el fin de contribuir a la historia.
También fue idea de Cajías, acogida favorablemente por la directora de Las Niñas, que la película se rodara en formato 4:3, no por cuestiones estéticas, sino para que el viaje imaginario a la época fuera más real. Tenía un punto nostálgico que trasladaba a los 90, con esa televisión cuadrada. Ambas consideraron que a nivel narrativo podía aportar.
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