Fallece a los 92 años, Ray Harryhausen, el maestro de los efectos especiales

Pionero de los efectos especiales y maestro de cineastas como Steven Spielberg, James Cameron, Peter Jackson o George Lucas deja un legado técnico que ha marcado a generaciones.

Ray Harryhausen, una de las grandes leyendas de la industria del cine y gran pionero de los efectos especiales, ha muerto esta semana en Londres a los 92 años.

Ganador del Oscar y el BAFTA, Harryhausen fue un maestro de la animación stop-motion en películas como Jason y el vellocino de oro, film en el que todos recordamos una extraordinaria pelea de espadas entre siete esqueletos. El propio Harryhausen admitió en una entrevista que cada esqueleto apenas medía 25 cm. animados fotograma por fotograma durante cuatro meses y medio.

Su fascinación con los modelos animados se remonta a la obra de Willis O’Brien, King Kong (1933), a la que asistió cuando niño con su amigo Ray Bradbury, el famoso escritor de ciencia ficción autor de Fahrenheit 451. Su técnica consistía en la unión de la animación por fotograma con la proyección posterior, conocido como Dynamation, y se aplica en la mayoría de sus grandes proyectos como La isla misteriosa y El viaje fantástico de Simbad.

Varios productores y realizadores se vieron influidos por el artista, como Steven Spielberg, James Cameron, Peter Jackson y George Lucas. «Sin Ray Harryhausen, tal vez no habría habido Guerra de las Galaxias», ha llegado a afirmar Lucas. El neozelandés Peter Jackson, considera El Señor de los Anillos como todo un homenaje Ray Harryhausen. «Sin su amor eterno por las imágenes y narraciones maravillosas, nunca se habría hecho la trilogía, por lo menos no por mi parte» ha asegurado Jackson.

Steven Spielberg, por su parte, ha afirmado que «Ray y su inspiración se quedará con nosotros para siempre». James Cameron también elogió al maestro comentando que «todos los que hacemos películas de ciencia ficción y fantasía siempre nos sentimos apoyados sobre los hombros de un gigante. Si no fuera por la contribución de Ray, no seríamos lo que somos».