Sam Raimi y su equipo crean un universo fantástico en el plató de ‘Oz. Un mundo de fantasía’
El diseñador de producción Robert Stromberg diseñó para recrear el mundo de Oz 24 platós completos más varios platós parciales, lo que hace un total de cerca de 30 en el complejo cinematográfico Michigan Motion Pictures Studios en Pontiac, Michigan.
El director director Sam Raimi imagina en Oz. Un mundo que fantasía los orígenes del popular mago, que debutó en el primer libro de L. Frank Baum titulado El maravilloso mago de Oz. Como precuela cinematográfica del libro, la película se adentra en los antecedentes del personaje del mago y ofrece una experiencia absolutamente única a los espectadores.
Baum, que escribió 14 novelas entre 1900 y 1920, todas ambientadas en el mundo de fantasía que creó con tanto realismo, no contó nunca con detalle los orígenes del mago. «Me gustan las historias que cuentan los orígenes y me encantó la idea de cómo el personaje llegó a ser mago», dice el productor Joe Roth. «Así que me pareció una gran idea acudir a los libros de Baum para investigar y crear sus orígenes».
Con Oz. Un mundo de fantasía, Sam Raimi (quien dirigió la trilogía Spider-Man) aborda el proyecto más importante de su carrera de director al afirmar: «esta es una visión enorme. Tiene una escala gigantesca. El mundo de Oz, tal y como Frank Baum lo creó, abarca muchos países y territorios diferentes. Es un universo totalmente inventado. A pesar de su grandeza, en las películas de Spider-Man había un personaje fantástico en una ciudad que todos conocemos, Manhattan. No era un mundo imaginado. Y eso es lo que Baum hizo en sus libros. Creó Oz, un auténtico universo».
La imaginativa historia, con guión de Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire, sigue los pasos de Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de poca monta y de dudosa reputación, que tiene que abandonar la polvorienta Kansas y dirigirse al brillante País de Oz. Y cuando llega, Oscar cree que le ha tocado el premio gordo ya que la fama y la fortuna están a su alcance. Hasta que conoce a tres brujas, Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams), que no están convencidas de que sea el gran brujo que esperaba todo el mundo. Oscar tiene que enfrentarse a todo tipo de problemas en el País de Oz y también con sus habitantes. Así que deberá averiguar lo antes posible quién es bueno y quién es malo. Oscar utiliza sus juegos de magia, con ingenio, fantasía y algo de brujería, y no sólo se transforma en el grande y poderoso Mago de Oz sino también en un hombre mejor.
El director Sam Raimi ha destacado que «me resulta muy interesante conocer a este misterioso personaje de Oz, que es un auténtico enigma en el libro de Baum. ¿Quién es este tipo? ¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Cómo acaba con este fantástico montaje y se convierte en un líder si es un impostor?»
Oz. Un mundo de fantasía puede presumir de un reparto estelar que incluye a James Franco (127 Horas) como Oscar Diggs, el mago predestinado; Mila Kunis (Cisne negro) como la atormentada bruja Theodora; Rachel Weisz (El jardinero fiel) como la hermana mayor de Theodora, Evanora, la bruja que manda en la Ciudad Esmeralda; y Michelle Williams (Brokeback Mountain) que interpreta a Glinda, la Bruja Buena.
El rodaje
Para que la fascinante Tierra de Oz cobrara vida, Sam Raimi congregó a su propio equipo de magos técnicos e ilusionistas cinematográficos, entre los que se incluyen: el director de fotografía Peter Deming (Arrástrame al infierno, Evil Dead II), el diseñador de producción dos veces ganador de un premio de la Academia Robert Stromberg (Alicia en el País de las Maravillas, Avatar…), el editor cinematográfico merecedor de un premio Oscar Bob Murawski (Vivir al límite, la trilogía de Spider-Man), los diseñadores de vestuario Gary Jones (Spider-Man 2, El talento de Mr. Ripley) y Michael Kutsche (Thor, Alicia en el País de las Maravillas), el compositor cuatro veces nominado a los premios Oscar Danny Elfman (Spider-Man, Spider-Man 2, Un plan simple, Milk), el artista de efectos visuales galardonado con un premio Oscar Scott Stokdyk (trilogía de Spider-Man) y los artistas de efectos especiales de maquillaje Greg Nicotero (Sie7e psicópatas, The Grey) y Howard Berger (la saga de Las crónicas de Narnia), quienes se encargaron de crear el aspecto y estilo de varios de los peculiares habitantes de Oz.
Raimi convocó al diseñador de producción Robert Stromberg para que plasmara su visión. Stromberg re-imaginó y volvió a diseñar sets tan emblemáticos como el afamado Camino Amarillo y la Ciudad Esmeralda; y, a su vez, creó diseños nuevos para los tan anticipados sets del Salón del Trono de la bruja, los Whimsie Woods (donde Oz conoce a Theodora), el Dark Forest, donde se introduce a Glinda la bruja buena en la historia, y Tierra de Porcelana, una ciudad cuyos habitantes están completamente hechos de porcelana. En total, Stromberg diseñó y supervisó la construcción de 24 sets.
“Los proyectos anteriores que realicé fueron mucho más virtuales”, reconoce Stromberg. “Para esta película en particular, deseaba definir una cualidad más teatral. No creo que uno pueda lograr eso en mundos completamente digitales. De modo que la única manera de obtener la sensación de escenario teatral era construir inmensos sets en estudios de rodaje, y luego expandirlos mediante efectos visuales, que desempeñaran más un papel de apoyo que uno de preponderancia sobre todos los aspectos del proceso de grabación”.
Sam Raimi señala otro punto a favor de los sets reales: “Para mí era importante contar con numerosos sets para los actores. Realmente deseaba que ellos tuvieran algo para tocar y ver que fuera real. Fuera de Oz, no me importaba si ellos imaginaban el mundo más allá de nuestros sets. Pero deseaba que Oz fuera lo más real posible”.
Dicho esfuerzo no pasó inadvertido para los actores. “Era emocionante estar en el set porque el mundo mágico ya no estaba sólo en nuestra mente”, apunta la actriz Michelle Williams (Glinda) acerca de la ventaja de trabajar en un entorno real para dar vida no sólo a la historia de Raimi sino también a su personaje.
“Con el Camino Amarillo y el Castillo de Glinda delante de mis ojos, ya no necesitaba imaginar el mundo a mi alrededor. Sam y Robert realmente lograron que los actores nos sintiéramos a gusto en los sets que construyeron para que nosotros trabajáramos en ellos”.
Además del deslumbrante nivel de detalle presente en los fantásticos sets, el mismo detalle se aplicó al diseño del vestuario, el maquillaje y los efectos visuales; e incluso se extendió a la preparación de los actores para dar vida a sus papeles.
En el caso de Franco, consistió en aprender magia. El actor explica: “De hecho, vine aquí dos semanas antes para trabajar con el gran mago de la ciudad de Las Vegas: Lance Burton. Trabajamos juntos a diario. Aprendí a realizar trucos con palomas y con fuego, a extraer cosas de las galeras y hacer levitar objetos. ¡Y creo que me volví bastante bueno!”
Para los diseñadores de vestuario Gary Jones y Michael Kutsche el trabajo estaba hecho a su medida ya que debieron diseñar cientos de trajes originales para cada uno de los personajes de fantasía: desde brujas hasta munchkins. Una incursión en el guardarropa revela un enorme espacio colmado de percheros y percheros de prendas y anaqueles repletos de sombreros y accesorios confeccionados a mano.
Los diseños de Jones y Kutsche para las tres brujas fueron cuidadosamente elaborados, y se valieron de ilustraciones de concepto como guía preliminar antes de diseñar los trajes y escoger las telas. Jones describe su enfoque para distinguir a las tres opuestas hechiceras mediante el diseño de sus trajes: “Las brujas son claramente luminosas u oscuras para resaltar el contraste entre el bien y el mal. Para la bruja malvada empleamos un color verde mercurio, ligado al diseño de Ciudad Esmeralda realizado por Robert Stromberg. Glinda, por supuesto, es una suerte de niña inmaculada, de manera que para este personaje diseñamos tres vestidos o túnicas diferentes de color blanco”.
Sobre el vestuario, Rachel Weisz señala: “Los trajes son fantásticos e imponentes. Mi traje de Evanora tiene mucho brillo y plumas. Supone una transformación total; es glamoroso, es alta fantasía. Es realmente divertido”.
En Oz. Un mundo de Fantasía hay una gran diversidad de personajes, incluyendo más de cien personajes que fueron realzados con aplicaciones protésicas. Los artistas de maquillaje Howard Berger y Greg Nicotero estuvieron involucrados en el diseño y ejecución de todas las características específicas de los distintos personajes de la película, como brujas, Niña de Porcelana, Munchkins, Winkies y Tinkers.
El artista galardonado con un premio de la Academia Berger habla sobre el enfoque adoptado por el equipo: “Debíamos tomar los conceptos de la novela y reinventarlos para adaptarlos al mundo que Sam Raimi estaba convirtiendo en un universo completamente nuevo, que debía ser original y diferente, pero sin perder familiaridad. Se trata de personajes de fantasía, pero en cierto punto, basados en la realidad. Y nosotros deseábamos que parecieran vivos y reales”.
Curiosidades
- El diseñador de producción Robert Stromberg diseñó 24 platós completos más varios platós parciales, lo que hace un total de cerca de 30.
- El rodaje de “Oz, Un mundo de fantasía” tuvo lugar en siete estudios del complejo cinematográfico Michigan Motion Pictures Studios en Pontiac, Michigan.
- El artista e ilustrador alemán Michael Kutsche para hacer realidad el aspecto y los mundos de las brujas, tal y como los había imaginado Robert Stromberg, diseñador de producción. Kutsche conceptualizó los trajes de las brujas y también fue diseñador de vestuario de la película junto con Gary Jones.
- Durante 23 semanas, el diseñador de vestuario Gary Jones y su equipo se embarcaron en un ambicioso proyecto para vestir a más de 1.500 actores.
- Se han utilizado más de 3.000 elementos de atrezzo y de ellos, 1.400 se fabricaron especialmente para la película.
- Se utilizó una marioneta para crear una referencia para un personaje generado por ordenador.
- Howard Berger, creador de efectos especiales de maquillaje y su socio Greg Nicotero, diseñaron los looks de los habitantes del País de Oz, entre los que se encuentran criaturas como los Whimsies, los Tinkers y los Winkies.El País de Oz no estaría completo sin Munchkins, así que los directores de los extras de la película buscaron 36 personas pequeñas en la zona de Detroit con una altura media, 1,07 metros.
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