Alain Bainée, un autodidacta del arte del cine, Goya a la mejor dirección artística
Nacido en Francia en 1959, pero instalado en España desde principios de los años 90 tiene en su curriculum títulos como ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, ‘El detective y la muerte’, ‘El maquinista’, ‘Intruders’ o la reciente ‘Mindscape’.
Alain Bainée, al frente de la dirección de arte en la película Blancanieves, se impuso a sus competidores Pilar Revuelta, de El artista y la modelo, Pepe Domínguez del Olmo de Grupo 7 y Eugenio Caballero de Lo imposible en la 27 gala de los Premios Goya, celebrada en Madrid.
Nacido en Francia en 1959, pero instalado en España desde principios de los años 90 tiene en su curriculum títulos como Vicky, Cristina, Barcelona, El detective y la muerte, El maquinista, Intruders o la reciente Mindscape. En la actualidad está preparando el nuevo filme del director Brad Anderson.
De profesión arquitecto, se introdujo en el mundo del cine de forma autodidacta. En España empezó trabajando como director de arte, sobretodo en publicidad. Su primera película en nuestro país fue Kika (1993), de Pedro Almodóvar.
Desde entonces, él mismo reconoce a Panorama Audiovisual que “ha habido un cambio enorme desde los 90 en el enfoque mismo de la fabricación de una película. A partir de 2002 los sistemas informáticos y los planteamientos de producción han cambiado el espíritu del cine, la manea de hacer y se nota en el resultado”
Para Bainée “la luz de Kiko de la Rica, director de foto en Blancanieves, ha sido el complemento perfecto para la película porque se trata en una película en blanco y negro, pero la luz del decorado era la última pincelada que hacía que ese mismo decorado cogiera su color de blanco y negro. Trabajar en blanco y negro no deja de ser un reto ya que hay que trabajar para que en la película no se solapen los colores. Ha habido un trabajo muy preciso en este sentido”.
El cineasta francés insiste en que “es una maravilla para un director de arte trabajar en una película como Blancanieves, una gran satisfacción transformar un cuento en una realidad de un país y de una época, pero con esa parte fantasiosa que yo le he ido dando a través del carromato y otros elementos mágicos que nos trasladaban de nuevo al cuento. En el caso de Blancanieves resultó un auténtico reto por lo ambicioso del proyecto y los pocos medios para recrear la época, el cuento y el mundo taurino”.
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