Antoni Verdaguer ultima el rodaje del documental ‘Morir sin morir’
La producción documental de Antoni Verdaguer, Morir sin morir, que ya estrenó su primera parte documental ‘El último derecho’ en el espacio de TV3 Sense Ficció el pasado 22 de octubre, ultima ahora la fase de ficción rodando con cámaras Sony las últimas localizaciones en el Parc Audiovisual de Catalunya en Terrassa.
La filmación de un rodaje documental suele necesitar muchos escenarios y espacios de grabación diferentes, auténticos y fieles a la realidad que se quiere plasmar en la historia en recrear. Es necesario un importante trabajo de documentación y conseguir un buen equilibrio entre realidad y los condicionantes de la producción cinematográfica que a menudo implicar transformar un espacio en un plató de rodaje.
Éste precisamente es el problema que enfrentaba la producción documental de Antoni Verdaguer, Morir sin morir, que ya estrenó su primera parte documental El último derecho en el espacio de TV3 Sense Ficció el pasado 22 de octubre y que ahora retoma la fase de ficción terminando de rodar las últimas localizaciones en el Parc Audiovisual de Catalunya en Terrassa.
Tras la fase de preproducción que se inició en las oficinas del Parque a mediados de 2009, con la instalación de una oficina de la productora SetMàgic, el director del filme, Antoni Verdaguer, empezó a rodar con cámaras Sony en diferentes ciudades europeas: Holanda, Bélgica, Luxemburgo -con la eutanasia despenalizada-, Suiza -donde se practica el suicidio asistido-, Italia, Francia y el Reino Unido -con una ley muy restrictiva-).
El rodaje continuó en diferentes ciudades españolas, rodando en el último trimestre en Terrassa y localización de Barcelona la parte de ficción de lo que será la película Morir sin morir.
Este largo alternará la ficción y el documental. Una parte de esta producción lleva a la pantalla una historia real, en un estilo narrativo lo más parecido posible al documental (localizaciones reales, actores desconocidos, sensación de verdad), que presenta la historia real de Alba, una mujer de poco más de 30 años que se encuentra en estado vegetativo permanente desde hace más de cuatro años.
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